Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Guido Pella: “Sé que ahora, después de entrenar o jugar, volveré a casa y ahí se terminará todo”

El bahiense vive días llenos de emociones y sentimientos encontrados. Lejos de las canchas, pero planificando su regreso, su rutina dio un vuelco de 360 grados a partir de la llegada de su primera hija.

Guido y Stephie, a la semanas de conocer la gran noticia.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

 

   Analítico, reflexivo y sereno como nunca. El fruto de la experiencia, maduración y los ciclos atravesados, potenciado por meses de intensas emociones.

   El bahiense Guido Pella (31) se prepara para escribir, probablemente, el capítulo más sagrado y exitoso de todo ser humano. Y no hablamos de tenis propiamente, la actividad que ha guiado y motivado sus días hasta hace algunos meses.

   En camino se encuentra Arianna, el fruto del amor junto a Stephanie Demner, la conocida influencer y modelo argentina; su compañera desde hace casi cinco años.

   Naturalmente, un suceso semejante sacude las fibras más íntimas del alma, muchas de ellas tal vez desconocidas hasta entonces, y plantea un escenario completamente desconocido pero desafiante y plagado de sentimientos.

   “Al principio me sentía raro, pero desde el primer momento lo viví con mucha intensidad y una felicidad inmensa. Claramente no fue casualidad, fue algo buscado. Pero obviamente hubo que afrontar nuevas situaciones, como adaptar la casa y un montón de cosas para la llegada de Ari, pero estamos llevando un embarazo muy bueno. Eso hace que sea todo más simple”, le contó Guido a "La Nueva".

   Como dijo no hace mucho en una nota a la revista ¡Hola, Argentina!, el tenis pasó a un segundo plano. Pero eso no significa que no haya más cuerda para correr y golpear la pelota unos cuantos torneos más (ver adelante).

   Pero su presente lo potencia el bienestar familiar. Y esta postura no solo responde a la incipiente paternidad (el casorio será para más adelante), sino a las secuelas de una pandemia que, particularmente en él, dejó varias enseñanzas.

   “Estoy muy bien, muy tranquilo y disfrutando un montón de cosas. Siempre fui una persona muy inquieta, que le costó quedarse mucho tiempo en un mismo lugar. Pero a partir de lo vivido en la pandemia, viendo cómo el mundo se empezó a manejar o como mostró su verdadera cara en los peores momentos, me di cuenta que lo que hacía no era lo que yo quería. Como que algo adentro mío hizo parar, ver y disfrutar otras cosas. Y acá estoy, pasándola muy bien en familia y aprovechando para desintoxicarme un poco”, detalló.

   —¿Te referís particularmente al tenis?

   —Más que el tenis a la vida en general. Viví desde los 14 años una vorágine impresionante, que prácticamente no me permitió mirar lo que pasaba alrededor. Y en pandemia, debiendo indefectiblemente frenar y ver hacia los costados, conoci la verdadera cara del mundo y cómo se manejaba. Fue un golpe duro en todos los sentidos.

   —¿Qué cosas puntualmente?

   —Manejos, actitudes, situaciones, políticas, etc. Siento que el mundo se empezó a manejar de una forma sin precedentes, y la verdad que hubo cosas que yo hubiese hecho de otra forma; pero eso no fue algo que haya estado en mi poder. Por eso tomé la decisión de alejarme un poco de todo y recargar energías.

   En ese contexto, agravado por una lesión que interrumpió la rutina competitiva acostumbrada, a Guido le llegó la noticia que lo cambió todo y que transformó ese panorama oscuro en un paraíso.

   “Se dio todo muy rápido. Yo había vuelto del último torneo en Moscú y un mes después me enteré que iba a ser padre, por lo que no tuve mucho tiempo para adaptarme a la nueva vida. De repente y sin pensarlo, me llegó una de las noticias más lindas de mi vida. Sí soy consciente que va a generar sensaciones y momentos completamente diferentes a lo vivido”, confesó sobre la llegada de su hija, prevista para el 15 de julio.

   Paralelamente a la felicidad, emoción y ansiedad, reina la incertidumbre. Guido y Stephie son primerizos en la materia, por lo que día a día, aún con Arianna descansando en el vientre de mamá, van descubriendo esta nueva faceta.

   “Stephie seguro la tenga más clara, porque labura acá en el país y haciendo mucho Home Office, algo que se potenció en pandemia. Si bien los dos nos estamos tratando de adaptar de acuerdo a la bebé, seguramente ella, por su profesión y flexibilidad horaria, pueda acomodarse mejor”, explicó.

   “En mi caso la tengo un poco más complicada, porque el torneo más cerca lo tengo prácticamente a 10 horas de avión. Voy a tener que pasar un proceso de adaptación y ver lo que me hace feliz. Pero como dije antes, la prioridad será siempre mi hija. A partir de eso planificaré lo que resta de la carrera”, aclaró Pella, actualmente ubicado en el puesto Nº125 del ranking ATP.

Un antes y un después

   Ese proceso de adaptación descrito anteriormente, conllevará, como sucede en la mayoría de los casos, la formación de un nuevo paradigma de vida.

   “Antes de saber que iba a ser papá tenía otra perspectiva. Y la realidad es que ahora aprendí a ver y analizar las cosas desde su punto de vista real. Creo que tuve que trabajarlo un montón. Primero entender que el mundo no iba a moverse en la forma en que yo pretendía y que, por el contrario, yo tenía que adaptarme a él”, explicó Pella.

   “Esa fue una de las cosas que más me costó. Con la vorágine de mi carrera no tenía tiempo de pensar en otra situación que no tenga que ver con el tenis. Pero creo que estos meses que estuve afuera me sirvieron para darme cuenta las cosas que tengo que mejorar y cambiar”, confesó.

   —¿Cómo pensás la vida con la llegada de Arianna?

   —Me siento mucho más preparado que antes para encarar el futuro, y obvio que la llegada de Arianna cambió totalmente la perspectiva. Las cosas que antes eran graves ahora se tornan insignificantes y eso me va a servir mucho a la hora de volver a jugar al tenis, para no preocuparme por cosas que antes pensaba que eran terribles.

   “Estoy en un momento ideal para darme cuenta si quiero volver y hacerlo bien. Y eso implicará tener que seguir resignando cosas. Pero ahora, con una bebé, todo será distinto; ella me programará la cabeza de otra forma, sabiendo que en el momento que vuelva de entrenar o jugar un partido, volveré a casa y ahí se terminará todo. Será una motivación mucho más grande que correr detrás de una pelota. Y creo que eso me va a dar una tranquilidad que hasta ahora no sentí”, reflexionó.

“No me suma nada”

   El perfil introvertido de Pella para con las redes sociales, contrariamente a la mayoría de sus colegas tenistas, despertó en la opinión popular todo tipo de sospechas y dudas sobre el futuro de su carrera profesional.

   Pero él mismo, cómo anticipó en el comienzo de la nota, planea intentarlo una vez más; como tantas veces lo ha hecho en el transcurso de su vida deportiva.

   “Nunca dejé de entrenar, hacer físico y rehabilitarme. Lo que pasa es que a mí no me gusta para nada mostrarme en redes sociales como hace la mayoría. No soy de esas personas que muestran 24 horas lo que hacen; no me suma en absoluto. Haciendo pública mi vida, todo se presta al debate sobre qué se hace o deja de hacer. Pero bueno, al no mostrar nada también sé que lo voy a generar”, agregó.

   “Sé que hay gente que cree que no estoy haciendo nada y que estoy gordo. A ver, estando seis meses fuera del circuito, obviamente que no voy a estar de la misma forma que cuando compito. Pero nunca dejé de entrenar y cuidarme”, aclaró.

   —¿Cómo vienen los entrenamientos?

   —Estoy haciendo otro tipo de trabajos que me permiten tener el cuerpo que por ahí no tuve antes, tal vez más duro y grande, con más masa muscular. Ya tengo casi 32 años y, a medida que uno crece, el cuerpo tiene que mutar y adaptarse a las necesidades del momento. Y por el tema de la rodilla necesito las piernas más fuertes, para que así la rótula sufra lo menos posible.

   “La semana pasada arranqué a hacer un poco de tenis y después veré cómo se va dando. La idea es tratar de intentarlo una vez más y que sea de la mejor forma”, subrayó Guido.

   —¿Y cómo imaginás esa vuelta?

   —Supongo que será lenta, pero no descarto que pueda agarrar ritmo rápido. No tengo que ponerme ningún objetivo a corto plazo, porque probablemente tarden en llegar los resultados. Tampoco tengo fecha de regreso.

   “Más allá del ranking, que no es ni va a ser el mejor cuando vuelva, y que seguramente no me dé para entrar a ningún lado, sé que si vuelvo y estoy jugando bien, con ganas y competitivo, el tema del ranking no me preocupará. Sí pretendo estar bien de la rodilla y de salud, lo que me va a permitir jugar y entrenar a pleno. Ojalá lo pueda hacer”, cerró Pella.