Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Harding Green: denuncian ola de robos en un loteo con casas en construcción

Vecinos aseguran que ya hubo 10 delitos en lo que va del año y más de 20 desde diciembre. La mayoría de los robos son de materiales. Piden mayor vigilancia policial.

Fotos: Pablo Presti - La Nueva.

   Vecinos de Villa Harding Green denunciaron hoy ante La Nueva una sucesión de robos en una zona recientemente loteada, con varias propiedades en construcción. Aseguraron que en lo que va de 2022 hubo diez robos y más de veinte si se cuentan los de diciembre.

   Según afirmaron, ninguno de esos hechos fue esclarecido. Los damnificados sostienen que, cuando se acercan a denunciar, en el destacamento de Harding Green –ubicado a menos de diez cuadras– los policías argumentan que cuentan con un solo patrullero y que no alcanza para cubrir todo el sector.

   Se trata del área comprendida por las calles Juan Manuel de Rosas, Jorge Newbery, Salinas Chicas y Spilimbergo. Los propietarios compraron sus terrenos hace dos o tres años. Algunos ya terminaron sus casas, pero predominan las construcciones.

   De las obras, ya no sorprende que de la noche a la mañana desaparezcan herramientas de construcción, grupos electrógenos o distintos materiales, sin importar que estén guardados con candado en un obrador. Las viviendas, por su parte, también han sido invadidas en varias oportunidades.

   Del amplio número de obras afectadas, el caso más reciente es de hace dos días, en un terreno donde delincuentes abrieron el obrador y se llevaron un martillo neumático, un grupo electrógeno y herramientas de mano.

   Jorge es uno de los residentes del sector, hace un año vive en la esquina de Spilimbergo y Araucanos. “Hablá con el vecino que quieras, al azar. Ya le van a haber robado”, aseguró.

   El hombre explicó que poco después de mudarse, le “dieron vuelta todo” al igual que a muchos de sus vecinos. “A una señora le vaciaron la casa y dejaron las alacenas completas en la ventana para llevárselas”, contó. Y agregó que “la semana pasada, a las 10.30, le entraron a robar al vecino de enfrente y no le llevaron más cosas porque yo salí a sacar al perro”.

   También relató que “en una noche, se llevaron de un obrador tres pallets de ladrillos de cerámicos, que no son fáciles de llevar, tienen cien cerámicos cada uno. Otro vecino puso alarmas y tranquerones, pero también se los llevaron”.

   “Estamos en una situación incómoda e impotente, porque ya no sabemos a quién recurrir”, afirmó Jorge desde el comedor de su casa.

   “Yo tengo alarma, un perro grande, contraté seguro, y no sé qué más poner. Porque encima vos construís y sale un montón de plata, no te podés ir”, se lamentó.

   A la vuelta, Norma limpiaba la casa donde vive su hijo hace también un año. Contó que tuvieron suerte y nunca les entraron a robar “porque siempre tuve alarma y, además, la casa nunca está sola: mi hijo duerme acá y a la mañana vengo yo cuando se va a trabajar”.

   “Estoy enterada por los vecinos de que hay muchos robos y no se pueden parar. La policía hace caso omiso y el problema viene desde hace mucho tiempo”, dijo.

   A un par de casas estaba Cristian, que trabaja en otra de las construcciones que fue robada hace pocos días. Del contenedor cerrado con candado contó que se llevaron tejidos y otros materiales que calificó como no tan significativos, “pero ya con el hecho de entrar…”, insistió.

   Indicó que ante este panorama él tiene “la idea de levantar la medianera con altura” en la obra donde trabaja hace pocos días, y que el dueño “está cercando” el terreno con cemento. Agregó que a la tranquera, que ahora está cerrada con un candado de moto “porque los cortan”, “le van a poner unas chapas, para que por lo menos no se vea”.

    En ese sector loteado recientemente no llegan los servicios. El propietario está “esperando que pongan la luz, que esta semana ya le dan, para poner un reflector, porque es una boca de lobo”, contó Cristian. Toda el área, comprendida por siete manzanas aproximadamente, está iluminada por solo dos postes de luz.

   “Estamos lejos de todo, acá ni en política vienen”, comentó Jorge. “Llorando con la municipalidad logramos que pongan dos medidores de luz. Pero acá no pasan las cloacas, el agua ni el gas. ¡Pongamos un poco de buena voluntad para darle seguridad a las familias que están construyendo!”, reclamó.

   A pesar de eso “pagamos los mismos impuestos que toda la ciudad”, por eso afirmó que el problema de los robos merece esclarecimiento. Agregó que están cansados de acudir tanto a la policía como al delegado barrial, que “calma el enojo del momento pero no hace nada” y añadió que “si ellos no tienen una solución, pensaremos en otra cosa”.

   Algunos vecinos, agregó, están pensando en poner un  rondín, vigilancia privada por el sector, pero hasta ahora es un comentario. “Yo creo que es ilógico”, opinó Jorge.

   “Tenemos más o menos visto quiénes son los ladrones y dónde viven, pero no podemos hacer mucho. Nos tienen muy vigilados: saben cuándo estamos, cuándo no, en qué momento salimos, lo que hace cada uno”, aseguró.

   Los vecinos suponen que llegan caminando, porque los autos en ese área se ven de lejos, y se “roban todo lo que se pueda vender”. Jorge dijo que los delincuentes están organizados: “No es un ladroncito que roba por oportunidad”.

   Y remató: “Como sociedad somos cómplices, porque después vemos las cosas por dos pesos, a precios ilógicos, y las compramos”.