Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Jubilaciones: entre la inflación y el espejismo de los bonos

Los pasivos que no recibieron refuerzo finalizarían 2022 perdiendo poder de compra.

Fotos: archivo La Nueva.

   De confirmarse las proyecciones que ponen un piso del 6% para los últimos dos meses del año, los jubilados con haberes previsionales por encima de las dos mínimas perderían hasta un 10 por ciento con respecto a la inflación, al tiempo que, por efecto de los bonos que se otorgaron a lo largo del año, quienes percibieron la mínima conseguirían un aumento real del 8%.

   Es que el impacto de los seis bonos cobrados por los pasivos de la mínima a lo largo de todo 2022 (6.000 pesos en abril, 12.000 en mayo, 7.000 de septiembre a noviembre y 10.000 este mes), los dejaron en mejor situación relativa frente a quienes perciben haberes jubilatorios de poco más de dos mínimas actuales.

   Así, quienes perciben haberes jubilatorios que, aún siendo superiores a la mínima, están muy lejos de asegurar una vida digna a los adultos mayores, volverían este año a perder contra la inflación por el simple hecho de quedar excluidos de los bonos otorgados.

   A modo de ejemplo, un haber que en noviembre era de 87.815,52 pesos y que, tras el aumento del 15,62% que arrojó la fórmula para este mes, pasará a ser de 101.532,30, no le ganará a la inflación, pese a que equivale a apenas 2,03 mínimas, por el sólo hecho de que el pasivo en cuestión quedó afuera de los refuerzos.

   En este ejemplo, el jubilado perdería poder de compra, toda vez que sus haberes se actualizaron a razón del 72,48% de enero a diciembre, claramente por debajo de a inflación esperada para ese período (+91,5% de confirmarse las estimaciones de noviembre y diciembre), de forma tal que exhibirían una pérdida real del 9,9%.

   Idéntica situación se hace extensiva a todas las jubilaciones por encima de las dos mínimas, ya que no recibieron refuerzo alguno a lo largo de 2022.

   Por el contrario, una mínima para este mes y sólo con el aumento de fórmula pasará a ser de 50.124,26. Agregando el bono de 10.000 pesos de diciembre, quedará en $ 60.124,26, de modo que acumula, de enero a diciembre del corriente, un aumento del 106,89%, 15 puntos porcentuales por encima de la inflación estimada, lo que equivale a una suba real -por encima del nivel de precios- del 8,03%.

   “No creo que sea conveniente intentar siquiera comparar con los aumentos de precios, que no forman parte de la fórmula de movilidad jubilatoria; pero sí demostrar que cierto sector de beneficiarios pierde contra la suba del promedio de precios de la economía y pierde frente a otros jubilados”, opinó el abogado previsionalista y columnista de LU2 Radio Bahía Blanca Alfredo Bernabei.

   En ese orden de ideas, advirtió que existe una clara “discriminación” entre aquellos pasivos que si recibieron el bono y, por lo tanto, pudieron lograr alguna mejora en sus haberes, y quienes, por el simple hecho de quedar afuera de los refuerzos, no.

Real versus legal

   “Es sencillo advertir que han habido dos clases de aumentos de movilidad jubilatoria: por un lado los legales y por el otro, los reales”, advierte Bernabei.

   El profesional diferenció así entre los pasivos que estuvieron al margen de los refuerzos otorgados por el gobierno, y que sólo, como arriba se indica, tuvieron una evolución de sus haberes que se limitó únicamente a los porcentajes que surgieron de la ley de movilidad (los legales), y  los de la mínima, que lograron aumentos reales del 106,89% para el mismo lapso, ya que percibieron, además, los bonos.

   Pero si bien es verdad que los bonos mejoraron los haberes del 70% de los jubilados que cobran la mínima, son, en realidad, un espejismo en tiempos de bolsillos flacos.

   Esto es así porque como no entran en la base de cálculo de los haberes jubilatorios y no existe garantía alguna de que se vuelvan a otorgar a futuro, de modo que conseguir unos pocos pesos extra dependerá exclusivamente de la buena voluntad de las autoridades.

   Además, las jubilaciones también sufren el síndrome de “aumentos viejos con precios nuevos”. Esto se da porque como la ley estipula cuatro aumentos anuales (uno por cada trimestre), los índices inflacionarios suelen horadarlos.

   Esto ocurrió claramente a mitad de este año, cuando el aumento de fórmula (15% para el trimestre junio-agosto, el segundo de 2022), quedó claramente por debajo del 21,76% de inflación acumulada al mismo período, lo que implicó una pérdida de poder de compra para todos los pasivos, ya que en esa oportunidad, no se otorgó bono compensatorio alguno.