Locura por la Scaloneta: no cae la venta de camisetas

Valentina Manfrin

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Periodista y próxima licenciada en Comunicación en la Universidad Salesiana (UNISAL). Integra el equipo de redacción web de La Nueva. desde 2021. Realizó coberturas locales y regionales, vinculadas a lo social, la política y la salud, entre otras. Además, forma parte del equipo de producción audiovisual como conductora y generadora de contenido.

   Un hombre y una mujer, de la mano, lucen la camiseta de la Selección; una maestra lleva la albiceleste debajo del guardapolvo; un nene le sigue los pasos a su papá con la del "10" y otro bebé viste un body celeste y blanco. 

   Horas antes de que la Selección argentina de fútbol se enfrente a Croacia en busca del pase a la final de la Copa del Mundo Qatar 2022, las camisetas de la Selección ya eran las protagonistas del vestuario que los bahienses habían elegido para salir de sus casas esta mañana. 

   En Bahía Blanca, los comerciantes notaron que la demanda de camisetas explotó antes del Mundial y cayó luego de la derrota del debut ante Arabia Saudita. Sin embargo, a medida que avanzó el torneo, la Scaloneta enderezó su rumbo hasta quedar entre los 4 mejores del mundo. ¿Cómo siguió la venta durante ese período?

   “Hay que tener fe. Si no tuviera fe, no pediría más. Pero yo pido y pido”, dijo sobre la reposición de stock Oscar, mientras acomodaba su puesto en la esquina de Belgrano y San Martín. “Ya pedí más buzos y todo. Vamos a llegar”, aseguró, ilusionado.

   “En la previa antes del primer partido se vendió mucho y cuando perdimos cayó la venta”, recordó, por su parte, Daniel, quien está al frente de un puesto en San Martín y Alsina. Sin embargo, reconoció que “la gente se incentiva a medida que la Selección va avanzando, entonces compra banderas, camisetas, vuvuzelas...”. 

   Para Daniel, el ritmo de ventas fue parejo tanto antes como durante el Mundial, aunque con algunos matices en lo que los bahienses eligen comprar. “En los festejos, lo que más se vende son banderas”, señaló. 

   Su puesto, frente a la Plaza Rivadavia, para muchos está de paso camino al Teatro Municipal, punto de encuentro por excelencia para celebrar los triunfos. “Acá queda de pasada para los festejos, pero cortan el tránsito y la gente que pasa en el auto compra más que caminando, entonces está más tranquilo”, evaluó. 

   El vendedor de 53 años dijo que, pese al buen ritmo de ventas, en este Mundial “no se venden locuras por el momento económico que estamos viviendo los argentinos”. 

   “En otros mundiales se vendió más –aseguró–. Yo estoy en la calle hace 40 años, desde el 78; y puedo decir que el Mundial '86 fue el que más se vendió”. 

   Emiliano, quien está al frente de un local de camisetas en Zelarrayán al 100, había manifestado que “la fe seguía intacta” después del debut del 23 de noviembre. Sin embargo, hoy reconoció que no pensaba que el caudal de ventas de camisetas se iba a mantener a lo largo del torneo.

   “La venta superó las expectativas. Pensábamos que lo más importante iba a ser al principio, antes del Mundial, que fue furor, y que después se iba a aplacar mucho. Pero nada que ver. La verdad es que todos los días seguimos teniendo gente”, señaló.

   Para él, la época del año es una explicación posible para la demanda sostenida, aunque confía más en otro factor. “Capaz es porque justo se junta con Navidad. Pero creo que va más que nada por el tema de que la Selección sigue pasando y emocionando”. 

   “Estamos atentos a reponer según cada partido. Obviamente, siempre con la ilusión de ganar, pero no sabemos qué puede llegar a pasar”, reconoció.