Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Sebastián Pérez: “Fue un golpe anímico duro, pero nunca pensamos en bajar los brazos”

El bahiense superó un duro contratiempo a principio de temporada, despertó a tiempo y terminó siendo gran protagonista en la Clase 2 del TN. 

Fotos: Emmanuel Briane- La Nueva.

   Reinventarse de un cimbronazo tan bravo vale más que cualquier victoria en pista. Y esa será, probablemente, una de las grandes razones de Sebastián Pérez para brindar a fin de año.

   Ese último podio conseguido en el Juan Manuel Fangio de Rosario, luego de arribar 2° en la final ganada por Renzo Blotta, fue un bálsamo, una muy necesaria inyección anímica para seguirlo intentando.

   Aunque también un claro aviso que el camino tomado, más allá de las ingratitudes, es el correcto.

   La destrucción total del Toyota Etios en el comienzo de temporada de Turismo Nacional derrumbó la ilusión por completo. Esa era la gran apuesta del bahiense para, de una vez por todas, lanzarse a la pelea por el título en la áspera y competitiva categoría.

   “Fue un año muy complicado. Medio año en realidad, con la destrucción total del Toyota. Pero la segunda mitad fue mucho mejor, apostando nuevamente al Chevrolet Onix, dejando atrás las roturas de motores y logrando un buen funcionamiento general, gracias también a los buenos trabajos en suspensión”, nos cuenta Seba.

   “Fuimos mejorando y yendo de menos a más, hasta que en la última llegó el premio a todo ese sacrificio hecho”, agregó.

   —¿Después de semejante sacudón, pensaste en largar todo?

   —No pensamos en bajar los brazos, pero sí nos tiró el ánimo muy abajo. Después, analizándolo en frío, entendimos que la cosa pudo ser peor y que hubo mucha fortuna en no sufrir ninguna consecuencia física. Con un golpe así todo pudo ser mucho más grave.

   “Después de eso llegó el segundo golpe, cuando estábamos por ir a Alta Gracia, que rompimos el motor del Chevrolet probando en el banco de rodillo. Eso fue casi la gota que rebalsó el vaso. Ahí estuvimos complicados. Pero a partir de la cuarta fecha empezó a enderezarse el año”, remarcó Pérez.

   Los rendimientos de allí a final de temporada situaron al volante de nuestra ciudad, ganador de una final e inmerso en cinco podios dentro de la divisional, en el lote de potenciales candidatos al triunfo en la mayoría de los fin de semanas de competencia.

   —¿A qué se debió ese cambio y el salto en calidad?

   —Cambiamos el proveedor de aceite, que era lo que nos estaba complicando con la confiabilidad del motor del Onix. Y además de eso hicimos unos cambios en el armado del mismo que también ayudó a mejorarlo. Sumado a eso, se mejoró la suspensión del auto con elementos que tomamos del Etios, lo cual ayudó a terminar de pegar un salto en calidad. Entre que no sufrimos más roturas y que no teníamos kilos por performance, más la mejora girando, pudimos mostrarnos en muy buen nivel.

   Una por demás digna despedida (por segunda ocasión) le dio Seba al noble, rendidor y tan batallador Onix, que nuevamente quedará tapado en el taller, dando paso a la llegada de un Toyota Etios 0 km; la revancha para la familia Pérez con el modelo estelar de la actual Clase 2.

   —¿No te da pena dejarlo?

   —Sí, pero la decisión ya estaba tomada y vamos a continuar con lo que se habló el año pasado. La categoría mantiene el mismo reglamento para con el Chevrolet, y la realidad es que en circuitos rápidos, cuando sopla viento o le cargas kilos, el auto desaparece. Y nuestra intención es funcionar bien todo el año, no solo en algunas carreras. Apostamos por Toyota por ese motivo, además que hoy son mayoría en la Clase 2 y que eso ayuda mucho a la hora de tomar referencias y sacar parámetros.

   En el peor escenario posible, Pérez se reinventó y volvió a batallar ante las máximas potencias del TN, un mundo cada vez más profesional e industrial.

   El mérito mayor, hacerlo bajo la fórmula del taller familiar, método que todavía invita a ilusionarse.

   “Da mucha confianza saber que estamos ahí. El equipo trabaja cada vez mejor y yo, como piloto, sigo aprendiendo y entendiendo cómo interpretar el auto y qué cambios hacer para mejorar. Con el equipo, en su conjunto, estamos cada vez más afianzados, además que después de tantos años ya tenemos mucha experiencia en muchas cuestiones.

   “La economía sigue siendo el Talón de Aquiles, pero tenemos más apoyo que en otros años. Trabajo mucho para compensar la falta de presupuesto, pero, comparado a otros años, estamos mucho mejor. El punto más flaco que hoy tenemos es el tiempo. Lo que pueda faltar en dinero lo compensamos trabajando nosotros en motores y haciendo todo en casa. Pero todo ese tiempo que le dedicamos a full al auto hace que no tenga margen para ocuparme de otras cosas, como el cuidado físico o la alimentación”, agregó.

   —¿Cómo se podrá hacer la diferencia entre tantos Etios?, ¿tienen fe?

   —A ver, seguimos siendo equipo familiar. La diferencia se puede hacer buscando prolijidad y regularidad, y no parar los trabajos en el taller. Llegando en todas las carreras se puede pelear. Uno de los mejores Etios este año no ganó el campeonato porque paró mucho. Por eso, con un buen rendimiento y no abandonando, se puede pelear por cosas importantes. La regularidad es el aspecto clave en el TN.