Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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¿Por qué hay cada vez menos pediatras en Bahía?

En nuestra ciudad quedan en actividad apenas 138 médicos especialistas en Pediatría. La falta de profesionales impacta directamente en la atención en las guardias de los distintos hospitales.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.
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Audio nota: Mariano Muñoz 

   El sistema de salud parece estar al borde del colapso. Y ya no es por falta de presupuesto o de recursos, sino porque cada vez hay menos médicos pediatras. 

   Y eso es un grave problema hacia el futuro, con un pronóstico preocupante, si se tiene en cuenta que apenas quedan en actividad menos de 140 profesionales. 

   Especialistas bahienses alertaron que si esto no se revierte a tiempo no habrá personal suficiente para atender a los pacientes más pequeños. 

   Según ellos, sueldos bajos, una carrera que dura entre 11 y 13 años, el estrés que viven a diario y el pluriempleo son las razones por las que la mayoría de las residencias de pediatría quedan sin cubrir.

   Y ese no es un dato menor: el pilar que sostiene gran parte del sistema son los residentes en las especialidades clínicas. Ellos son los que se encargan de atender la mayor parte de las consultas en las guardias. 

   Eso ocurre no sólo en los hospitales públicos de la ciudad, sino también que se extiende a los privados.

   En Bahía Blanca, como en el resto del país, no se han completado los cupos de residentes que posee el sistema de formación de pediatras, quedando vacantes espacios de excelencia, que fueran usinas de formación de conocimiento y recurso humano en este área. 

   Por ejemplo, en el Municipal, de 3 cargos se completó uno solo; en el Italiano no se cubrió ninguno y en el Penna apenas logró contratar 2 sobre 7 disponibles.

   En los últimos días, la situación se vio agravada con un colapso en la atención, generando largos tiempos de espera y un profundo agotamiento de los profesionales que brindan la atención. 

   “A la seriedad de la crisis que atravesamos, se suman situaciones institucionales de profunda gravedad, como la inminente falta de la atención pediátrica en la  guardia externa en el Hospital Interzonal “Dr. J. Penna”, debido a la escasez del recurso humano, repercutiendo sin lugar a dudas en todos los estamentos de atención pediátrica, ya desbordados”, señaló un comunicado que llevó la firma de 14 profesionales (ver aparte), la mayoría con cargos jerárquicos en los distintos hospitales de nuestra ciudad.

   La misiva fue acompañada por las doctoras Carolina Miotto (de la Sociedad Argentina de Pediatría), Alejandra Crisafulli y Mónica Herrera (ambas de la secretaría de Salud del municipio) y el doctor Carlos Deguer (de la Asociación Médica de nuestra ciudad).

   “Está claro que cada vez hay menos pediatras. Y simultáneamente se está dando un envejecimiento del padrón, lo cual conforma un combo preocupante porque no hay renovación. Por lo tanto, va a llegar un momento que no habrá especialistas”, reconoció Deguer, actual secretario general de la AMBB. 

   Y añadió: “Hoy hay especialidades que atraen mucho más que la pediatría, ya sea porque generan menos presiones, tienen más rédito económico o conllevan menores cargas horarias y responsabilidades”.

   En esa misma línea se mostró la doctora Silvia Zárate, jefa del Departamento de Especialidades pediátricas del Hospital Municipal y especialista jerarquizada en Pediatría. 

   “La situación se ha complejizado en los últimos meses. Los jefes de pediatría de todos los espacios públicos y privados nos venimos reuniendo bastante seguido porque es un tema de suma preocupación para todos. Lamentablemente no es un problema de sencilla resolución. Es más, creemos que se irá complicando cada vez más a corto y mediano plazo”.

   Rubén Marlia, pediatra neonatólogo e instructor de residentes en el HMBB, realizó un duro análisis de esta realidad.

   “Esto no llegó al punto culmine, sino que se va a profundizar aún más. Va a haber un momento, para el que no falta mucho, que no va a haber residentes y los que estamos nos vamos a ir retirando por edad”. 

   Los pediatras señalaron que los problemas de recursos humanos que aquejan al Hospital Interzonal Penna afecta en forma proporcional al resto.

   “La falta de pediatras de guardia en el Penna nos impactó a todos por igual, ya que la demanda creció significativamente, lo que redundó en que las horas de espera en las guardias pediátricas hayan aumentado considerablemente”, señaló Zárate.

   Y agregó: “Por eso pedimos que se haga un uso adecuado de las guardias hospitalarias. El sistema está desbordado completamente y los profesionales trabajan en estado de agotamiento”.

   Según señalaron los profesionales, el 50% de las consultas en la guardia del Municipal es Código Verde, que identifica a aquellos pacientes que pueden ser atendido en un lugar que no es de emergencia. 

   “Por eso, le pedimos a esa gente que vaya a consultorios particulares, consultorios externos o a unidades sanitarias”, remarcaron.

Las posibles causas

   “Se trata de una situación compleja y multicausal, donde el empobrecimiento de la profesión, la necesidad del pluriempleo y los diferentes contextos de formación condicionan la decisión de los profesionales recién egresados. Hay poco interés en las residencias pediátricas, pero es una tendencia que viene aumentando todos los años”, opinó Marcelo Meo, Jefe de Pediatría del Hospital Penna.

   Sin embargo, se pueden señalar cuatro razones por las que hay cada vez hay menos pediatras y que conllevan a un pronóstico alarmante: sueldos bajos, una carrera que dura 12 años de promedio, estrés permanente y pluriempleo.

   “También se suma que cada vez hay más gente sin cobertura de obra social. Y esa gente, por cuestiones económicas, realiza la consulta en la guardia de los hospitales”, agregó Silvia Zárate.

   Pero esta realidad no sólo se vive en Bahía Blanca: hospitales insignias, como el De Niños de La Plata, también tiene esta problemática, algo impensado tiempo atrás.

   “Hay causas formativas y por otro lado del ejercicio de la profesión. Digo formativas por la extensión que lleva la especialización, al igual que otras. Son 7 años de pregrado, más entre 4 y 6 años de especialidad. Estamos hablando de 11 a 13 años de formación”, remarcó Rubén Marlia.

   Cabe recordar que las residencias son un sistema a tiempo completo, que significan 50 horas semanales más las coberturas de las guardias, que llegan a 80 horas por semana.

   “Y por un sueldo que en la mayor parte de las veces está por debajo de la línea de pobreza. Allí nace el problema del multiempleo. Entonces, es lógico que no quieran hacer ese esfuerzo, ya que deben dejar de lado cuestiones personales, familiares y sociales. Y a eso hay que agregarle el clima que se vive en guardias saturadas, donde la gente, cansada de esperar, se la agarra con el profesional que atiende y que es ajeno a esta situación”, añadió Marlia.

   El instructor de residentes en el Hospital Municipal señaló que la queja de los médicos más jóvenes radica en la extensión de los tiempos de formación. 

   “Creo que la mejor manera de solucionar es una reunión entre universidades, pregrados, hospitales y poder Ejecutivo y Legislativo. Este problema se tiene que abordar desde distintos ángulos, porque si no será imposible solucionarlo”.

“El problema es estructural”

   Para el doctor Carlos Deguer, secretario general de la Asociación Médica de Bahía Blanca, el problema no es sólo monetario, sino estructural. Y precisa de medidas urgentes para llegar a una solución que no se dará de un día para el otro.

   “Obviamente que un factor crucial es el económico, pero no es el único y no se va a solucionar con un aumento en los salarios. Hoy es mucho trabajo que se paga poco si se tiene en cuenta que un médico pediatra, en 12 horas de trabajo, ve entre 80 y 100 casos. Pero es un fenómeno internacional. Esto sucede en países como España o Estados Unidos, donde las guardias de los hospitales son utilizadas para consultas rápidas”.

   Para Deguer, el inconveniente mayor es estructural. 

   “También pasa por las condiciones de trabajo. Hoy los pediatras de guardia reciben mucha violencia, tanto verbal como física, en su lugar de trabajo. El problema tiende a agravarse cada vez más. Por eso hay que visibilizarlo, para que se empiece a trabajar cuanto antes en la búsqueda de soluciones”.

   El secretario general de la AMBB remarcó que el sistema requiere de un cambio profundo y paulatino.  

   “Pero para eso se debe dar un gran diálogo de todos los estamentos involucrados. Se deben destinar mayores recursos a la atención primaria de la salud para lograr mejores resultados. Todos somos partes del problema, pero debe haber una decisión de la gobernanza para impulsar los cambios necesarios”.

El alerta de la Sociedad de Pediatría

   "Hay poco interés en las residencias clínicas. Es una tendencia que viene aumentando todos los años. En muchos hospitales públicos se ve un incremento de vacantes de residencia sobrantes, que no se ocupan", comentó Pablo Moreno, presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

   Según esta entidad, en el último año quedaron muchísimas las vacantes de residencias sin cubrir en la Ciudad de Buenos Aires. 

   "Esto es un peligro. Porque son los residentes quienes muchas veces soportan las cargas laborales de los hospitales públicos", acotó Moreno.

   Debido a esta tendencia, la SAP viene enviando notas al Ministerio de Salud de la Nación para alertar sobre este problema. 

   Allí, la entidad "expresa su preocupación por vacantes no cubiertas, especialmente en el ámbito público, de Residencias de Pediatría, según el relevamiento efectuado por los presidentes de las nueve regiones de la Sociedad". 

   La nota destaca el impacto que esta situación tendrá en la formación de nuevos pediatras.

   "Hay poco interés en las residencias clínicas. Es una tendencia que viene en aumento todos los años. Hay una nueva generación de médicos jóvenes que no está dispuesto a trabajar muchas horas por poca plata. A futuro es un problema de salud pública gravísimo. En cinco o diez años va ser un escenario muy difícil".

   Y enumeró que el pluriempleo, los bajos salarios profesionales y el alto nivel de estrés son los principales motivos de esta merma de residentes en estas especialidades. 

   "Todo esto va impactar en la atención de la gente, en la calidad de atención en el futuro", agregó el pediatra.

   La pediatría como especialidad es muy exigente y es muy mal remunerada en comparación con otras. Es una especialidad puramente clínica.

   "Los estudiantes están desmotivados, ya desde la facultad. Si enfrente tienen un profesor que es pediatra y que tiene pluriempleo, con muchas guardias mal pagadas, eso los desmotiva para seguir la especialidad", aseguró Moreno.

El análisis de la UNS

   El doctor Pablo Badr es el decano del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur, de donde egresan los futuros especialistas de nuestra ciudad, la región y el país. 

   “Cada vez son menos los profesionales con especializaciones en pediatría. Esto se está dando en todo el país, y desde hace varios años”, reconoció. 

   Claro que el problema se ha agudizado, en parte por la crisis que generó la pandemia, pero tiene otras aristas.

   “La formación de grado es fuertemente práctica, y estas instancias prácticas funcionan como un proceso de socialización, donde el estudiantado se vincula y reconoce el ámbito profesional. Interactúan fuertemente con el campo profesional, y lo que ven, con claridad, es la asimetría en la distribución de los ingresos que tienen las distintas especialidades”. 

   Y argumentó: “Las especialidades clínicas que no utilizan tecnologías duras, instrumentales o farmacológicas, como son clínica, pediatría, medicina familiar, emergentología, presentan una gran asimetría en relación a otras especialidades. Al ver esto, se proyectan como futuros profesionales, y van tomando decisiones antes de finalizar su carrera. En este sentido, el problema no es la orientación de las carreras de grado y, si bien puede incidir, está lejos de ser el foco del problema, y parte fundamental de su solución”.

--Uno de los argumentos que esgrimen los profesionales es que la especialización demanda mucho tiempo, por lo cual se opta por otras especialidades más cortas. ¿Perciben que en la UNS se está dando esta situación? 

   --No hay especialidades mas cortas, pero claramente algunas deberían serlo, entre ellas las especialidades clínicas del primer nivel de atención. El Foro Argentino de Carreras de Medicina Públicas (FAFEMP) está trabajando con el Ministerio de Salud de la Nación para desarrollar residencias integradas, en las cuales parte de la formación de posgrado pueda acreditarse en el último año de la carrera de grado. 

   “Cabe destacar, en cuanto a la duración, que nuestra carrera de medicina es la que tiene la menor sobreduración del país (98% se graduan en el tiempo teórico de la carrera) y la migración a otras especialidades se da de todas maneras”.

--¿Se forman menos pediatras o bien la cantidad es la misma, pero prefieren no atender en hospitales?  

   --Se forman menos pediatras, menos especialistas en clínica y menos en medicina familiar. Y esto se comenzó a dar primero en localidades remotas a grandes centros urbanos, luego en el primer nivel de atención (unidades sanitarias) y recién ahora el impacto se comienza a ver en los hospitales. Pero la distorsión de elección de especialidad, radicación geográfica y en niveles de atención es un problema de larga data.

   --¿Vislumbrás alguna solución a esta problemática que parece agravarse cada vez más? 

   --El problema continuará agravándose si no se toman decisiones de fondo, integrales y transversales a todo el territorio nacional. Debe generarse una profunda revisión sobre la jerarquización de las especialidades clínicas en relación a subespecialidades y ello requiere una decisión política fuerte. 

   “Es necesario avanzar hacia un sistema integrado de salud y a un fortalecimiento del rol rector del estado sobre la salud, por encima de los intereses de grandes grupos económicos y corporativos. Por otro lado, es necesaria una revisión de fondo del rol de las residencias médicas, las cuales deben ser espacios de formación médica de calidad, que garanticen  formación y derechos laborales, y eviten todo tipo de violencia y explotación”.

Los firmantes

   Con un comunicado, pediatras de los diferentes ámbitos públicos y privados de nuestra ciudad manifestaron su preocupación. 

   Ellos fueron los doctores Carolina Miotto (MP 2000, de la Sociedad Argentina de Pediatría); Marcela Pacheco (MP 110433, del Privado del Sur); Maura Papucci (MP 2079, Privado del Sur); Claudia Díaz Arguello (MP 111836, Italiano); César Garat (MP 18419, Italiano); Eduardo Teplitz (MP 51992, Italiano); Pablo Benassati (MP 2157, Matera); Rubén Marlia (MP 19737, Hospital Municipal); Mauro González Ros (MP 114569, Municipal); Silvia Zárate (MP 1716, Municipal); Marcelo Meo (MP 1829, Penna); Alejandra Crisafulli (MP 1508, de la secretaría de Salud MBB); Mónica Herrera (MP 1257, secretaría de Salud) y Carlos Deguer (MP 1048, de la Asociación Médica BB).