Al mes le sobran días: ¿cómo lo viven los comercios bahienses?
La inflación impacta de lleno en el bolsillo de los consumidores y se percibe en la baja de las ventas después del 15 de cada mes.

Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
Audionota: Juan Ignacio Zelaya (LU2)
Es indudable que la inflación produce un impacto negativo en el poder de compra de los bahienses.
Y aunque no es un fenómeno nuevo, desde hace varios meses se percibe una merma de ventas en los comercios locales muy importante después del día 15 de cada mes.
De hecho, según el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las transacciones minoristas reflejan bajas por tercera vez consecutiva y los comercios del micro y macrocentro lucen vacíos y hasta las calles céntricas muestran cierta tranquilidad relativa en los últimos días de cada mes.
Los últimos datos de la CAME mostraron una caída de 4,7% en las ventas por el Día de la Madre; tendencia que se repitió en julio, agosto y septiembre con posibilidades de profundizarse el resto del año, pese a los intentos de reactivación con los programas para compras de televisores y celulares en 30 cuotas.
“Hay una gran diferencia de caja del 5 al 20 de cada mes, con el resto de los días. Nosotras lo vemos claramente porque en esos primeros 15-20 días, generalmente coincide con el vencimiento de impuestos y cuando la gente viene a pagarlos, lleva algo más. En los últimos días del mes, viene, paga y se va”, señaló Anahí, propietaria desde hace ya casi 20 años de un kiosco en el microcentro bahiense.
Precisamente, el economista José Vargas, de la consultora Evaluecon, comentó que en base a la evolución del salario y el valor de la canasta básica (alquiler incluido), los salarios alcanzan –en líneas generales- hasta el día 17 de cada mes.
“Es notoria la diferencia de afluencia los días que hay descuentos con el resto de los días. Los miércoles la gente aprovecha a llenar el tanque, mientras que en los otros días de la semana cargan lo justo y necesario”, afirmó Fernando, playero de una estación de servicio Puma.
En ese tren, del mayor movimiento comercial los días que los bancos ofrecen promociones, se refirió Gladys, empleada de una fiambrería del macrocentro.
“Los días que más trabajamos son los jueves, cuando son los descuentos de Cuenta DNI o los que hay del Banco Nación. Esos días sí vemos más movimiento en el local. El resto de la semana está muy tranquilo, con la gente cuidando mucho el dinero”.
Otra estrategia que perciben los comerciantes bahienses es que las personas se apuran a comprar lo que necesitan para todo el mes apenas cobran porque –a un ritmo inflacionario en torno al 7% mensual- saben que su dinero valdrá menos con el correr del tiempo.
Vargas señaló que no es casual que las mayores ventas se realicen los primeros días del mes, ya que muchas familias esperan el cierre de las tarjetas de crédito para volver a comprar lo que necesiten.
Pero existe otra cuestión a tener en cuenta en este tema: con los mayores costos financieros y la suba de precios, las compras con tarjeta de crédito se desaceleraron fuertemente.
“La paulatina desaparición de las ofertas de cuotas “sin interés”, y el incremento del costo de los resúmenes, dan como resultado una caída de los saldos financiados. Además el incremento de precios, hace que las personas alcancen muy rápidamente los límites de crédito establecidos”, explicó Guillermo Barbero, Socio de First Capital Group.
Además de los memes y los comentarios en la calle o entre amigos de que, una vez saldados los principales compromisos económicos, los ingresos se esfuman pese a que restan más de 20 días para la nueva fecha de cobro; los comerciantes aseguran que la situación no solo se palpa en los días del mes sino también en los tipos de productos que se consumen, que se atienen, cada vez más, a lo esencial.
“La gente se inclina mucho por lo que se denominan `segundas marcas', que suelen ser más baratas. Y llevan lo justo y necesario”, afirmó Belén, propietaria de una despensa familiar.
El gobierno nacional, mientras tanto, lanzó varios programas en los últimos días para contener la suba de precios de los productos y también sostener y estimular el consumo.
Entre ellos aparecen “Precios Justos” (un acuerdo para mantener fijos los precios de entre casi 1.500 productos, como alimentos, bebidas, higiene personal y limpieza), “Ahora 30” (con financiación orientada a la compra de artículos tales como celulares, heladeras y lavarropas) y “Menor Precio” (mediante el cual las empresas colocarán precios de referencia en los envases de los productos).
Sin embargo, aún no producen satisfacciones en los comercios locales.
“Por ahora, hay más consultas que ventas. El Ahora 30 todavía no arroja demasiados resultados concretos”, señaló Carlos, empleado de una empresa de electrodomésticos multinacional.
“La colocación de precios de referencia en los envases de alimentos no va a funcionar, porque la fabrica nunca va a tener en cuenta la logística de ese alimento ni los costos que tiene un comerciante para poder mantener a flote su local. Y en la cadena comercial hay muchos eslabones, por ejemplo nosotros le compramos a distintas distribuidoras de la ciudad y no en forma directa a la fábrica. Como pasa siempre, nosotros quedamos mal ante la gente al no poder mantener el precio que dice el envase”, opinó Andrea, encargada de un supermercado del barrio Pacífico.
Para Martín Garmendia, de la Cámara de Comercio de Bahía Blanca, la problemática va de la mano con el momento que vive el país.
“No hay que buscarle muchas vueltas: se vende menos porque falta de dinero en el bolsillo. Las ventas se están resintiendo en general, porque la gente no tiene dinero más que para lo elemental”.