Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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"La Nueva." en el show de Fito Páez: un disco histórico y las anécdotas de un espectáculo emocionante

El disco que marcó a un par de generaciones sonó de pe a pa. Resultó emocionante, con anécdotas contadas por el propio artista. Varios bahienses presentes.


Por Franco Pignol

   El vientito fresco te va anunciando la salida del subte B mientras subís las escaleras de la estación Dorrego. “Cruzás la avenida, caminas hasta la esquina, doblás a la derecha y a unos 100 metros está el estadio”, nos responde el del carrito de los panchos.

   Las persianas y las paredes hablan del barrio, Villa Crespo. Hay escudos auriazules de “El bohemio” por todos lados. En el corazón de la barriada está el club Atlanta. La cantina y la sede rodean un terreno gigante en donde hace tres años se levantó el impresionante y exclusivo estadio cerrado para espectáculos Movistar Arena.

   El show empieza antes que arranque la música. Admiramos el edificio. Una obra maestra dedicada al show en vivo. Accesos amplios, más de 12.000 asientos, campo, dos bandejas y palcos exclusivos se combinan con la oferta gastronómica en distintos boxes como si se estuviera por jugar la Champions League.

   Comprobamos que se ve bien de todos lados. Hasta nos cruzamos con varios bahienses. Un lugar privilegiado para un show histórico: el festejo por los 30 años del disco nacional más vendido de la historia: “El amor después del amor”, de Fito Páez. 

   Nosotros participamos del quinto de los ocho shows programados en el Movistar Arena y completamente vendidos. Casualmente fue el primero que se largó a la venta y que se agotó en horas, razón por la cual estaba lleno de fanáticos.

   El álbum comenzó a sonar en vivo y fue de pe a pa. Largó con “El amor después del amor”, “Dos días en la vida” y “La verónica”, para luego darle paso a los siguientes para totalizar los 14 antes del intervalo de 10 minutos. Hoy parece increíble estar hablando de esa cantidad de canciones en un disco, cuando lo que se impone es el estreno de singles en redes sociales.

   “Quiero recordar a nuestro amado Luis Alberto Spinetta que ha hecho de este mundo un lugar mejor. Despertar jóvenes de esta nueva era y escuchas LAS”, dijo Fito antes de tocar “Pétalo de sal” y “Sasha Sissi y el círculo de baba”.

   También hubo tiempo para agradecerle a Cecilia Roth (“gracias Cecilia forever”) y a Fabiana Cantilo, a quien le confesó algo por primera vez en su vida: “Nunca te lo dije, pero esta canción la escribí pensando en vos”. Así empezaron los acordes de “Brillante sobre el mic”.

   Otra de las hermosas anécdotas del show fue cuando anticipó “Detrás del muro de los lamentos”.

   “Los argentinos somos muy exóticos para componer. Yo estaba haciendo esta canción en un ritmo ternario, me parecía que era un 6x8 y yo le decía que era una chacarera, pero era medio afano. Un día me junté con Lucho González, el guitarrista de Chabuca Granda y él me ayudó a darle forma”, reveló Páez sobre la canción que suena a un ritmo landó o marinera peruana.

   La segunda parte del show fue igual o más impactante. Se activaron todos los recursos técnicos para condimentar los mejores temas que no están en el disco homenajeado. La novedad pasó por “Lo mejor de nuestras vidas”, un temón justamente nominado a mejor canción de rock en los Latin Grammy 2022.

   Más mensajes técnicos: El fondo verde en las pantallas led para rodear “Al lado del camino” en referencia al disco “Artaud”, de Spinetta.

   Los llantos y los gritos de emoción se repetían en cada acorde de estribillo, logrando el clímax sobre el final cuando llegó la seguidilla: “Al lado del camino”, “11 y 6”, “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, “Circo Beat”, “Ciudad de pobres corazones” y los bises “Es solo una cuestión de actitud”, “Dar es dar” y la imperecedera “Mariposa Technicolor”.

   "Estamos un momento enrarecido del mundo… Hay que estar atentos a que no transformen el mundo en una mierda, porque el mundo no es una mierda”, cerró Páez.