Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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El Puerto y White, una unión que comenzó hace 136 años

El 26 de septiembre de 1885 se habilitó un elemental muelle de hierro de traza curva. Esta fecha es tomada como la génesis de la localidad portuaria.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

   La historia de Ingeniero White se remonta hacia los principios de la América sin descubrir, en aquellos tiempos, los aventureros y exploradores como Fernando de Magallanes, en 1520, año en que en medio de su travesía hacia el sur, por las costas patagónicas, descubrió la bahía Blanca, a la cual la llamó Bahía de los Bajos Anegados.

   En 1804, antes de que llegara Magallanes, marinos españoles la denominaron Bahía de los Buenos Cables que los ingleses denominaban blanca. En 1823 el piloto Fernández Pareja reconoció el brazo de mar que lleva su nombre (Arroyo Pareja, Punta Alta). 

   Más tarde, en 1827 cuando el ministro M. Rodríguez y Rivadavia proyectan crear una ciudad y un puerto al sur de la provincia deciden llamarla Bahía Blanca y al año siguiente una expedición reconoce el área con ese nombre.  

   En 1828, Estomba en su diario de viaje hace referencia a la región con el título "expedición a la bahía blanca...." y en el acta de fundación se la designa como Fortaleza Protectora Argentina y al Puerto Esperanza (hoy ingeniero White.) Balcarce, ese mismo año, propone llamarla Nueva Buenos Aires pero la persistencia de sus pobladores en llamarla Bahía Blanca hizo cambiar esas denominaciones. 

   El pueblo se componía de precarias viviendas de chapa y madera, pero cobró una gran importancia sobre los principios del Siglo XX, por la gran llegada de inmigrantes europeos (en su mayoría), que se instalaron en el puerto y en la ciudad. 

   En 1883 la concesión del puerto le fue otorgada al Ferrocarril del Sud. Al momento de su inauguración, en el año 1885, se contaba con un pequeño muelle en curva que, por sus reducidas dimensiones permitían atracar tres vapores de ultramar y otros tres de cabotaje.

   Precisamente, la inauguración de ese muelle, producida el 26 de septiembre de 1885, es tomada como la génesis de la localidad portuaria. Ese día, la empresa de capitales británicos del ferrocarril del Sud (FC Sud) habilitó un elemental muelle de hierro de traza curva, al cual llegaban las vías del ferrocarril.

   De esta manera, esa salida al mar Argentino, que en los papeles hacía de Bahía Blanca un lugar estratégico, fue adquiriendo porte de puerta de salida de los bienes agropecuarios hacia el viejo continente.

   El puerto Comercial de Bahía Blanca comenzó a funcionar de manera inmediata, con un movimiento de carga que creció de forma exponencial.

   A los diez años de habilitado, su infraestructura era insuficiente para atender los cientos de buques que llegaban de todo el mundo a cargas sus bodegas con cereales y cueros. De hecho, en determinados meses, la estación colapsaba, y los buques debían esperar por días hasta ingresar a la ría.

   En 1899, el poblado que hasta entonces tenía su estación ferroviaria, terminal de la línea que comenzaba en Constitución, con el nombre de "El Puerto", fue rebautizada por el presidente Julio Argentino Roca con el nombre de "Ingeniero White".

   El hecho ocurrió al regreso del viaje inaugural, realizado por Roca y una gran comitiva, de la línea férrea entre el puerto y Neuquén. Al detenerse el convoy en la localidad portuaria, Roca propuso un brindis y decidió rendir homenaje al ingeniero Guillermo White, presente en el tren, quien como máxima autoridad del FC Sud, había realizado esa obra, estratégica dado los conflictos que el país tenía con Chile, en tiempo record.

Tiempo de elevadores

   En 1905 la situación del puerto de Ingeniero White era caótica. Su capacidad de trabajo era superada con creces por el uso y por miles se agolpaban los vagones cargados de cereales no solo en White sino en todas las estaciones ferroviarias de la provincia. Ante esa situación, las autoridades del FC Sud decidieron construir dos modernos y avanzados elevadores de granos, capaces de acumular 4 mil toneladas de bolsas y 9.216 de cereal a granel cada uno, totalmente automatizados para descargar el material en las bodegas de los buques.

   Los dos elevadores fueron fabricados en Inglaterra, utilizando una estructura prearmada de hierro, el material por excelencia para este tipo de edificios de uso industrial. Su revestimiento exterior se hizo con chapas metálicas.

   Prolijamente desarmados y embalados en cientos de cajones llegaron a nuestro puerto, donde se había construido un muelle para su ubicación, el cual desde entonces y hasta nuestros días se conoce como "el muelle de los elevadores". 

   Las estructuras fueron debidamente armadas y su particular perfil pasó a ser parte del paisaje urbano no sólo del puerto sino de Bahía Blanca, ya que desde los puntos altos de su geografía se los podía distinguir.

   Fueron habilitados al servicio en 1908 y durante 70 años funcionaron y sirvieron de buena manera al uso. En 1978, en una de las intervenciones más desafortunadas respecto al patrimonio arquitectónico local, estas joyas de la arquitectura e ingeniería mundial fueron desarmadas y vendidas como kilos de chatarra.

   En 1929 las Empresas Eléctricas de Bahía Blanca (EEBB) encargaron el proyecto de una planta termoeléctrica al Arquitecto J. Molinari, jefe de proyectos de la compañía Ítalo-Argentina de Electricidad, quien había realizado en la Capital Federal muchas subestaciones de transformación. 

   El protagonismo de la usina General San Martín, en el desarrollo bahiense se apagó a mediados de los años 80, cuando entró en funcionamiento la central termoeléctrica Luis Piedra Buena. 

El presente

   El 1 de setiembre de 1993, el de White se constituyó en el primer puerto autónomo de la República Argentina y se conformó un Consorcio de Gestión para administrarlo.

   Si analizamos el crecimiento del Puerto, como también la radicación de industrias que ha generado la confianza en este puerto, podemos decir que la autonomía es la herramienta de gestión para esta etapa de crecimiento en un mundo globalizado. Un modelo que otros sectores del estado vinculados a la producción debieran tomar como ejemplo.

   Desde 1993 a esta parte, el CGPBB ha tenido 8 presidentes. Ellos fueron:  José Egidio Conte, Hernán Neyra,  Jorge Scoccia,  Jorge Otharán,  Hugo Antonio Borelli,  Pablo Pussetto, Miguel Donadío y, actualmente, Federico Susbielles.

   Todos ellos trabajaron por el crecimiento del sistema portuario, pero también de Ingeniero White y su comunidad.