Blockchain: una herramienta nueva y poderosa para las zonas francas

Redacción de La Nueva.

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Valentina Zalba
Especial para “La Nueva.”

   En un artículo publicado en la revista Blockchain e Inteligencia Artificial, de la Universidad Católica de Córdoba, Fernando Branciforte evalúa la conveniencia de implementar la tecnología blockchain para impulsar las transacciones y operaciones de logística y comercio en las zonas francas de nuestro país.

   El autor destaca el papel de la pandemia de COVID-19 como desafío para la economía mundial y su efecto en la ruptura de las cadenas de suministro, situación que puede verse, al mismo tiempo, como una oportunidad para impulsar el rol de las zonas francas, abriendo el escenario a la exploración de alternativas innovadoras para promover el comercio internacional.

   Una de estas tecnologías de vanguardia es la que se conoce como blockchain, o, literalmente, “cadena de bloques” por su traducción del inglés.

   Este sistema representa un nivel por encima del concepto tradicional de base de datos, tratándose de un protocolo de red que deja de lado a los intermediarios, con una estructura descentralizada y completamente distribuida entre todos los participantes relevantes.

   Además, es un sistema seguro, accesible y verificable para y por todo público, pudiendo ser usado y mejorado por cualquier desarrollador en cualquier parte del mundo.

   Entre los elementos clave de este tipo de tecnología se distinguen, en primer término, los participantes, quienes juegan un papel activo en la blockchain. 

   Para el caso de las zonas francas, estos incluyen a los usuarios de la zona, al concesionario, las autoridades portuarias, las entidades administradoras, auditoras y certificadoras, y los organismos estatales. 

   Según de qué participante se trate, podría acceder a la información de toda la cadena y según su nivel de autorización tendría o no permisos para ver y validar transacciones. 

   Quienes tienen acceso a la cadena lo hacen a través de su propio nodo en la misma, el cual se trata de una computadora o cualquier otro equipo similar con el software específico de este blockchain. 

   La red definida por estos nodos permite el intercambio de activos entre los participantes, incluyendo documentos, certificados e informes como notificaciones de envío y llegada de cargamentos, notificaciones de depósito de pago y emisión de certificados. 

   El tercer componente del sistema son las transacciones, que representan la forma en que se registra cualquier modificación en el blockchain. Básicamente se tratan de operaciones mediante las cuales los participantes crean, intercambian, modifican o destruyen activos.

   Esta tecnología ya ha sido aplicada con éxito por distintas empresas del sector productivo y de servicios. 

   Así, en 2019 KMPG, la red global de empresas que presta servicios profesionales de auditoría, asesoramiento legal, fiscal y financiero en más de 150 países del mundo, se asoció con Merck, Walmart e IMB para analizar los potenciales beneficios en la trazabilidad de la cadena de suministro de distintos medicamentos regulados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). 

   El proyecto de implementación logró reducir el tiempo de seguimiento, pasando de 16 semanas con el uso de sistemas tradicionales a tan solo dos segundos mediante el empleo de tecnología blockchain.

   Para el caso específico de las zonas francas, la implementación de tecnología blockchain podría resultar en un aumento en la transparencia en las cadenas de logística, así como en la eficacia y agilidad a la hora de ingresar productos, la posibilidad de lograr una trazabilidad en tiempo real, y una mejor coordinación entre los actores y el comercio, tanto interior como exterior.

   Las características de este sistema permitirían, además, escalar los beneficios mediante la interconexión con aduanas de todo el mundo, a través de convenios de reconocimiento mutuo.