“Vuelvo a Olimpo muy maduro como arquero”
Después de seis años, Martín García regresa al aurinegro con “sed de revancha”. En esta ocasión, como refuerzo del plantel superior que participa en el torneo Federal A. Le viene a pelear el puesto a Guido Villar, ¿conseguirá sacarlo del arco? Una historia de superación y esfuerzo constante.
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
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“Esta oportunidad me llega en un buen momento personal y deportivo, creo tener los objetivos claros como para responder a las exigencias y poder darle más nivel y prestigio a mi carrera como arquero”.
A los 26 años, el golero bahiense Martín Julían García entiende perfectamente que los vaivenes del fútbol hoy te llevan al estrellato y mañana te pueden hacer estrellar. Sabe que es así, sobre todo después de haber pasado por el Argentino B, el Federal A y la Primera D de AFA, raspándose en canchas inhóspitas y donde la condición de vida depende, pura y exclusivamente, de pelear “el mango” día a día.
En su corta o larga trayectoria, como usted prefiera, “Tincho” pasó por nueve clubes diferentes, pero a solo uno de ellos vuelve con una tremenda sed de revancha: Olimpo.
Es uno de los dos refuerzos que sumó el aurinegro para lo que resta del torneo Federal A, la semana pasada firmó contrato --hasta diciembre de 2002-- y ya entrena a la par de los otros goleros del plantel esperando ansioso alguna convocatoria del técnico Carlos Mayor.
“Hay situaciones en la vida que se dan por algo, y eso es lo que me entusiasma y me motiva. Me toca incorporarme en el mejor momento del equipo en el campeonato. Más allá de la buena racha de resultados (hace 7 partidos que no pierde, con 6 triunfos y un empate), el buen ánimo del grupo y las relaciones al mismo nivel de todos sus integrantes es lo que resalta en este brillante repunte que Olimpo tuvo en la competencia”, describió Martín.
“Noto que el plantel está dispuesto a todo para llegar a la meta final, que es el ascenso. Solo conocía a dos o tres jugadores, pero me encontré con futbolistas de un nivel muy superior a esta categoría, que interpreto que, al igual que Olimpo, están de paso por esta divisional”, sentenció con voz firme y un análisis real.
Nació y se crió en el barrio San Cayetano, se formó futbolísticamente en Liniers (Escuelita, Menores e Infantiles) y en 2014 llegó a Olimpo para ser el “1” de la `95 de AFA. Fue subiendo escalones, practicó casi un año con la Reserva (en ese momento estaba a cargo de Sergio “Pájaro” Hernández), pero nunca le dieron la chance de debutar y decidió emigrar, como tantos otros jugadores que no tuvieron –en muchos casos por caprichos y en otros por intereses de terceros-- la posibilidad de trascender.
—¿Encontraste a un club muy distinto a cuando te fuiste, allá por los últimos meses de 2015?
—Olimpo, social y estructuralmente, es un club de Primera división que está jugando en una categoría que no le corresponde. La situación actual que me toca vivir es muy distinta a la de hace seis años; hoy soy parte del primer equipo de la entidad, me cambio en el vestuario principal y tengo un contrato garantizado de trabajo.
“La perspectiva es otra, hoy el foco son los jugadores y tener gente a su disposición para que nos les falte nada. El manejo general, el del vestuario y todo lo que gira alrededor del plantel es muy prolijo y tremendamente profesional. Los objetivos son claros y así lo entiende cada uno de los que, de alguna manera, forman parte del mundo Olimpo”.
—¿Cómo te recibieron tus compañeros, me llegó la información que en el “túnel de bienvenida” alguno te dio una patadita de más, puede ser?
—Hubo algún que otro golpe artero, pero como puse cara de malo y pasé rápido nadie saltó para decir “fui yo”...(risas). Me recibieron de manera excelente, dándome a entender que lo más importante de todo es el grupo. Conocía a Martín Ferreyra y a Guido (Villar), pero todos los pibes se pusieron a mi disposición para lo que necesite.
—¿Cómo te recibió Guido, al que le viniste a pelear el puesto?
—Excelente, es un fenómeno, aunque el microclima que generamos entre los cuatro arqueros (también entrenan Nahuel Durán y Gabriel Sanhueza) es placentero y da gusto estar.
“Con Guido será una competencia sana, ya lo hablamos, sin diferencias para poder llevar una convivencia tranquila. El sabe que mi intención es atajar y que me voy a matar en cada entrenamiento para ganarme el puesto”.
—Te va a costar, Guido está muy bien.
—Si, tal cual, se afianzó en el puesto y no sera fácil sacarlo del arco, pero no te puedo decir otra cosa: trabajo para progresar y lograr una continuidad. A Guido se lo nota seguro, confiado, y ante Ciudad Bolívar, el último domingo, no falló en pelotas claves. Sus intervenciones fueron fundamentales para mantener el cero y garantizar la victoria del equipo.
“Mi idea es laburar a consciencia, me tengo que sentir bien para después ir por más. En caso de que no me toque atajar, voy a sumar desde donde sea, en el banco de suplentes o la platea”.
Y de golpe y porrazo...
El pasado 30 de junio, Martín quedó libre de Sansinena, donde disputó 4 encuentros y recibió 3 goles en el actual Federal A. Estuvo ante Juventud Unida de San Luis (0-0), Camioneros (2-1), Huracán LH (2-1) y Sol de Mayo (0-1), y tras ese traspié quedó relegado del plantel por una decisión que, todavía hoy, él aclara no saber si “fue dirigencial o del cuerpo técnico”.
“No estuve de acuerdo con algunas determinaciones y el destrato hacia la persona, pero ya está, pasó y no tengo rencores con nadie. Con el club me fui muy agradecido, porque me abrió las puertas, confío en mi y me dio la posibilidad de trabajar”, esgrimió quien en la Liga defendió los arcos de Liniers (Menores e Infantiles), Olimpo, Villa Mitre, Rosario Puerto Belgrano y el “tripero” de Cerri.
También estuvo en Estrella Norte de Caleta Olivia (2016), Lamadrid (Pirmera D, 2017-2018), Argentino de Merlo (Primera D, 2019) y Defensores de Belgrano (Primera Nacional, 2020).
Pero sigamos con Sansinena...
“Al no estar de acuerdo con ciertas decisiones, decidí dejar de ir a entrenar; sentía que ya no iba a poder sumar después de ese hecho puntual que no me gustó para nada”, agregó.
—¿A qué te referís?
—Tras la derrota frente a Sol de Mayo, donde me equivoqué en el gol que convirtió el rival, teníamos que viajar a Puerto Madryn, pero ni siquiera fui convocado. Al haber sido contacto estrecho con uno de mis compañeros, me tendrían que haber hisopado, pero no lo hicieron y quedé afuera de la lista de 18 convocados para ese compromiso.
“Me bajaron del viaje, aunque nunca supe si fue por una decisión dirigencial o del cuerpo técnico. Estaba en mis manos decidir si seguía yendo a practicar, pero no podía exponer a mis compañeros a un posible contagio sabiendo que yo había sido contacto estrecho de un Covid-19”.
“Me pidieron que me vaya a hisopar por mi cuenta, pero entendí que no era lo correcto. A la semana me presenté en el club, le agradecí al principal dirigente (Dámaso Larraburu, encargado del Fútbol profesional en la entidad cerrense), al cuerpo técnico, a los auxiliares y me retiré como debía ser, con respeto, sin echar culpas y sin hablar de más. La decisión de alejarme fue mía, lo aclaro por las dudas”.
“El fútbol es una rueda que gira constantemente, hoy estás acá y mañana no sabés, por eso no gano nada enojándome y despotricando en contra de un club que se impulsa por el esfuerzo, la pasión y la voluntad de gente que trabaja sin parar”, señaló el golero, puntualizando que no tenía contrato o vínculo profesional firmado con Sansinena.
Pese a quedarse sin club, Martín no dejó de entrenar. Y trató de mantener la mente ocupada con alguna otra actividad, como por ejemplo....
“Sí, ya sé a lo que te vas a referir, pero bueno, fue un modo de seguir estando en forma también, bajando y subiendo de la camioneta”, contó entre risas, refiriéndose al reparto de frutas y verduras que hizo para La Mejicana, la “verdu” de sus amigos del alma: Nicolás Orellana y Germán Pichihueche.
“Era un laburo piola, que hacía a mi ritmo, que tuve que dejar cuando me llamaron de Olimpo”, subrayó.
García es representado por el Grupo FAO, una empresa española que viene pisando fuerte en el fútbol sudamericano.
“Ellos se encargaron de la gestión y yo hablé lo estrictamente deportivo con el técnico (Carlos Mayor) y el entrenador de arqueros (Facundo Di Nasso). Olimpo es un paso relevante en mi carrera”, enfatizó.
—Económicamente, ¿arreglaste como querías?
—Sí, estoy conforme.
Festejó en la D
Martín defendió las vallas de Lamadrid (2017) y Argentino de Merlo (2019), y en ambas instituciones consiguió ascender de la D a la C.
—Me imagino lo que debe ser jugar ahí.
—Hay mucha presión, la gente es seguidora y hay un gran sentido de pertenencia por el club por más chiquito que sea. Lamdrid llegó a participar en la B Metro, así que imaginate la exigencia de los hinchas para que el equipo vuelva a la C y se afiance en esa categoría.
“En Merlo, los hinchas se volvieron locos cuando ascendimos; nos sacaron a pasear por las calles y fue increíble la caravana de los seguidores adelante y atrás del micro que transportaba al plantel”.
“No son clubes tan populares, pero te exigen como si estuvieras en un equipo de la A. Detrás de esas entidades hay una barriada y un sentimiento genuino hacia los colores que los hinchas aman desde que nacieron”.
—En Defensores de Belgrano estuviste un semestre y no jugaste, ¿por?
—Siempre fui el segundo arquero. Sumé minutos en Reserva, pero nada más. Me hubiese gustado atajar algún partido. Es un buen club.
—En Olimpo, a los 26 años, ¿con qué te ilusionás?
—Primero que nada lograr el objetivo grupal, que es ascender. Quiero seguir aprendiendo y mejorando, y si lo puedo lograr jugando mejor. Al menos lo voy a intentar. Un desafío es ir al exterior, a jugar a otro país, pero por ahora no me quiero dar tanta manija, prefiero pensar en el presente”.
“En este último año maduré mucho, me siento más completo como arquero y estoy tratando de disfrutar del juego. Es un puesto con mucha presión, por eso no cualquiera llega a donde siempre soñó”.
“Vuelvo a Olimpo muy maduro como arquero; tengo sed de revancha y mi mayor deseo es ganarme el puesto y atajar. Es un momento donde experimenté varios cambios, sobre todo después de mi paso por Buenos Aires. Creo que arranca un periodo renovado en mi vida como futbolista, y estoy dispuesto a aprovecharlo”.
—¿Sos hincha de Banfield?
—Sí, porque mi padrino (Alejandro Lesa) es nacido y criado en Banfield. Me hizo hincha de chiquito y siempre me pareció original no tener que pelear con los de Boca y River, por lo general mayoría en los lugares donde te desenvolvías. Antes seguía más al Taladro, incluso iba a la cancha. Ahora veo poco fútbol, lo justo y necesario.
—Fuera del fútbol, ¿qué?
—Estoy con ganas de encarar un emprendimiento relacionado a la fabricación de implementos para gimnasios. Tengo diseñados algunos racks para ensamblar las barras de potencia, además de unos cajoncitos para las pesas. Me gusta el ambiente de los gimnasios, aunque el proyecto, por el momento, está en mi cabeza y solo lo llegué a hablar con algunas personas.
La compu de "Cocho"
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Presencias. Registra Martín en el ámbito liguista, contando el Sub 17 (2012) y sus pasos por Olimpo, Villa Mitre, Rosario y Sansinena (en el único lugar donde atajó en el torneo local y Federal A).