Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Recalculando

Las células del lugar van perdiendo sus funciones con la edad y las enfermedades, como con la enfermedad de Alzheimer, donde es muy común que los pacientes se desorienten y tengan problemas de memoria.

Por María Florencia Daneri / Especial para La Nueva.

   Caminar hasta el parque y doblar a la derecha para llegar al supermercado, encontrar un camino mas rápido para llegar al trabajo o ubicarse cuando el ómnibus cambia su recorrido de manera repentina nos demuestra que venimos con un GPS incorporado. Existe un área en nuestro cerebro, llamada hipocampo, que se dedica a la orientación en el espacio. En esa parte del cerebro ciertas neuronas se encargan de codificar información del espacio que nos rodea. En especial hay unas neuronas llamadas células de lugar que se activan cuando entramos en un lugar particular. Por ejemplo estamos en la cocina de nuestra casa y ciertas células de lugar se activan, estas se desactivan y se activan otras cuando entramos al living, actuando como una representación cerebral de nuestra ubicación específica en el espacio. Estas células se han encontrado también en roedores, murciélagos y monos.

   Las células de lugar se activan por estímulos en el entorno, incluidos objetos que vemos u olores. Se cree que son muy importante para formar la memoria de eventos, ya que aportan la información sobre el escenario en el que tuvo lugar el suceso.

   Las células del lugar van perdiendo sus funciones con la edad y las enfermedades, como con la enfermedad de Alzheimer, donde es muy común que los pacientes se desorienten y tengan problemas de memoria.

   Pero....podemos manipular este GPS interno? Un estudio reciente demostró que, controlando la activación de las células de lugar es posible engañar al cerebro y hacerlo creer que está en otro lado. Para esto los investigadores tomaron ratones y, mediante ingeniería genética, insertaron proteínas 'optogenéticas' sensibles a la luz en las células de lugar, lo que les permitió activarlas con láser. Los científicos activaron las células de lugar en el hipocampo en los ratones que buscaban agua azucarada en un laberinto. Primero registraron la actividad de un gran número de células del lugar del hipocampo, identificando las que se activaban cuando el ratón estaba en el bebedero con agua dulce. Luego usaron rayos láser para activar estas células de lugar cuando el ratón estaba en otro lugar del laberinto. La estimulación de estas células del lugar fue suficiente para que el ratón comience a buscar el bebedero e incluso a relamerse aunque estaba físicamente en el otro extremo del laberinto. Podemos decir que la estimulación de las neuronas con laser "teletransportó mentalmente" al animal, haciendo que actúe como si estuviera en el lugar del laberinto donde estaba el premio...recalculando.