“Aunque suelo ser bastante negativo, me tenía mucha fe para ganar el campeonato”
El puntaltense Ramiro Fernández se tomó revancha y logró su primer título en el Turismo Promocional Standard.
Por Tomás Arribas / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)
Por tercer año consecutivo, la corona del Turismo Promocional Standard queda en nuestra región. Aunque esta vez, el título de campeonato dejó nuestra ciudad y se trasladó merecidamente hacia Punta Alta.
En el taller familiar de Ramiro Fernández (25) todo es alegría y satisfacción, pero también alivio. Al fin se logró saldarse la enorme deuda pendiente de 2019, cuando, por esas cosas de las carreras, la gloria se le escurrió de las manos.
En un abrir y cerrar de ojos, cuando nuevamente la cosa estaba encaminada, parecía repetirse la película de terror. Un inesperado toque y la butaca llena de interrogantes, a segundos de cruzar la meta final en el Autódromo de Toay (La Pampa).
“Vi el cartel de última vuelta y aproveché para entrar en succión de (Tomás) Díaz, que es lo mejor que te puede pasar en La Pampa, y logré superarlo antes de llegar a la chicana. Salí a la contrarecta con una muy buena diferencia, evito que entren en mi succión y ahí pensé que la ganaba. Pero sufrí un toque desafortunado de atrás (NdR: de Nicolás Iglesias) que me mandó al trompo. Por suerte saqué el auto y llegué con lo justo en la posición que necesitaba. Si perdía uno más se me escapaba”, detalló el campeón, 5° en la última final del año, ganada por el bahiense Díaz.
“Era un año prácticamente calcado al 2019—remarcó--, sobre todo por la primera parte del año. También en aquella temporada fui el más ganador (4), y en el arranque del playoff todo empezó a hacerse muy cuesta arriba. Quizás ese era mi miedo este año. Pero, en la primera fecha, pude terminar y sumar puntos, y eso me sacó un peso de encima”.
—Parece que sin sufrir no vale...
—Sí, tal cual. La verdad es que fue un año muy luchado y sufrido, y terminó costando hasta la última curva. Sentía que la clave del fin de semana era la fecha del sábado (NdR: se realizó fecha doble), el día más complicado por la lluvia. Pero una vez que pasó, y lo sorteamos bien, estábamos confiados, porque teníamos muy buen auto. Eso me ayudó a estar tranquilo el domingo y poder quedar tan bien posicionado para la final.
—Qué momento para desarrollar una fecha doble, justo para la definición de un playoff...
—Sí, tremendo. Creo que eso fue lo más complicado del año y la parte que más te hacía dudar del playoff. Pero bueno, llegué a la última fecha 11 puntos abajo, por lo que esa última carrera terminó siendo letal. En condiciones normales, sin playoff, habría sido líder por 40 puntos. Por suerte no se cayó nada y todo funcionó bárbaro.
Admite Fernández que, amén de los fantasmas del pasado y las similitudes entre los ciclos deportivos, confiaba en poder alcanzar el objetivo supremo este año. ¿La clave? En el taller, junto a papá y el grupo de mecánicos.
“Aunque soy bastante negativo, tenía mucha fe. Se trabajó como siempre, dándolo todo y con muy buenos elementos. Después, como se dice siempre, está el toque de buena o mala suerte como en todo deporte. Pero acá no hubo roturas, y eso es mérito de todas las horas dedicadas al auto. También a que el plan de carrera fue llegar y sumar”, remarcó el campeón, cuyos primeros pasos al volante se produjeron en karting de tierra.
—¿Ya te sentís campeón?
—Todavía no me doy cuenta lo importante que es ganar un campeonato en una categoría regional tan grande. La cantidad de autos y los lugares donde corremos la hacen más importante de lo que uno imagina.
"Es una lástima"
Desde hace algunas temporadas, la histórica divisional, conocida popularmente como Promocional 850, navega hacia terrenos ajenos a nuestra región, a excepción del circuito de Pigüé.
Eso motivó, a principio de año, que autoridades de la Federación Regional N°3 del Sudoeste no la contemplen dentro de su jurisdicción, obligando al por entonces presidente, Roberto Rovito, acordar su desembarco en la Federación Pampeana.
"Cuando me bajé del karting, elegí el TPS porque pertenecía a nuestra federación y tenía una vidriera bárbara. Hoy un chico que sale del kart no la tiene cerca, ni siquiera la ve. Y es una lástima, porque no deja de tener la esencia y la atracción histórica. Lamentablemente, a veces terminamos corriendo solos", expresó.
—¿Pensaste en cambiar de categoría?
—A ver, más allá de eso, me gustaría poder defender el "1" en el TPS, pero también vemos al Turismo Regional, que está muy interesante, como así también el Gran Turismo de la Comarca. Hay una diferencia importante de presupuesto entre una y otra, pero habrá que seguir trabajando y ver qué se puede hacer dentro de las posibilidades.