Las fachadas de edificios y los riesgos del caminante

Redacción de La Nueva.

contenidos@lanueva.com

   Finalmente la municipalidad está implementando la ordenanza aprobada hace más de una década que obliga a los propietarios de viviendas a mantener en buen estado las partes de fachadas que puedan significar un riesgo para el caminante.

   Si bien existe una normativa debidamente aprobada por el Concejo Deliberante, la misma no hace más que tomar cuenta de lo que establece el Código Civil, al señalar que "el propietario de un edificio es responsable de los daños que resulten de la ruina de todo o parte de él".

   Es más, muchos de los artículos que rigen esa situación provienen del Derecho romano, el cual, en garantía de indemnizaciones de daños que amenacen a una finca por el estado ruinoso de otra colindante, facultaba al perjudicado plantear la responsabilidad de los propietarios por los daños causados.

   La ordenanza establece cómo debe ser el control, diseñó un informe técnico firmado por un profesional con incumbencia.

   Así, carteles, toldos, molduras, cañerías, soportes de aire acondicionado, balcones y otras decenas de elementos que es común ver en una fachada, deben tener el estado adecuado que garanticen su estabilidad y que no terminen con un desprendimiento que dale a terceros.

   La puesta en marcha de la ordenanza ha generado preocupación en muchos consorcios que deben encarar reparaciones, ya que las mismas se traducirán en un aumento de las expensas o en el pago de una cuota extraordinaria.

   En rigor eso es habitual que suceda de manera continua en los edificios, donde se realizan tareas de mantenimiento constante de las instalaciones, cubiertas, ascensores y hasta adecuaciones de instalaciones de servicio de gas o electricidad.

En cuanto al valor de un informe técnico, los mismos están regulados por los colegios profesionales, con lo cual lo que en realidad puede generar un costo elevado es el grado de importancia de las reparaciones a realizar.