Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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¿Por qué la ivermectina desvela las ilusiones de propios y extraños?

“Ningún contagiado que la haya tomado se sintió peor de lo que estaba”, dice el médico veterinario Rubén Ceminari, quien se recuperó, junto a su familia, tras contraer Covid-19 en Darregueira.

Imagen de ivermectina, esta semana, en una farmacia de nuestra ciudad. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva; Gentileza Flia. Ceminari y Archivo LN.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “No se la estoy recomendando a nadie; simplemente cuento mi experiencia familiar. Pero sí hay que saber que existe una alternativa para el tratamiento con sustento científico contra el Covid-19 y que, día a día, aparecen más resultados que ratifican sus beneficios”.

  El médico veterinario Rubén Ceminari (Chichito, 52) hace la aclaración antes de ponerse a hablar.

   Se refiere a la ivermectina, una droga que —según estudios publicados— ha demostrado ser eficaz para los primeros 5/7 días de aparición de síntomas y efectiva: ayuda a disminuir la carga viral y evita el avance del virus.

   Tanto él como su mujer, las tres hijas y hasta sus padres tuvieron coronavirus. E insiste con las aclaraciones.

   “Lo que no puedo certificar es que los beneficios que tuvimos fueron producto de una casualidad o por la ingesta de la ivermectina”, agrega.

Rubén Ceminari, médico veterinario y productor rural. / Diseño: Guillermo Kluin-La Nueva.

   “Pero cierto es que mi padre entró a la zona Covid de Puan con un pronóstico muy complejo; de hecho, me dijeron que era muy probable que no saliera (sic). Según se veía en una placa radiográfica, tenía la base del pulmón tomada. Pero a los tres días lo mandaron de regreso sin síntomas. Tuvo una recuperación muy rápida”, relata.

   “Mi madre, que es diabética, la pasó leve. A otras personas, en sus mismas condiciones, no les fue bien”, afirma.

   Los Ceminari, que residen en Darregueira, son una familia ligada al campo en Puan, un distrito que, hasta hace sólo un rato, se destacaba por la ausencia de coronavirus. Hoy, es diferente.

   “Empecé con síntomas de una gripe común; calculé un resfrío de verano, con secreción nasal acuosa. Seguí así por dos días y a mi esposa (Marcela Holzman, 54) le empezó a pasar lo mismo, pero con más congestión”, explica.

   “En Puan aún no había ningún caso. Ella se fue a hisopar, por las dudas, y regresó con el diagnóstico de contagio. Así nos incorporamos al club Covid”, dice.

   La familia —con Sofía (18); Julieta (27) y Paola (32)— entró en aislamiento el domingo 20 de diciembre. Mientras tanto, se hacían especulaciones.

   “Unos días antes hubo festejos de cumpleaños. Compartimos la reunión con mis padres, y otros familiares, pero siempre con todos los protocolos, barbijos y afuera de la casa. Pero bueno…”, recuerda Ceminari, en diálogo con La Nueva.

Los Ceminari: Chichito, Pelusa y Chiche, en una imagen anterior al inicio de la cuarentena.

   “Ese mismo domingo decidimos usar las redes sociales para avisarles a todos. Y al otro día comenzaron a aparecer casos de gente relacionada, en especial a mi hija menor”, asegura.

   En Darregueira, una localidad de alrededor de 7.000 habitantes, ubicada a 175 kilómetros al norte de Bahía Blanca, en un momento llegó a haber más de 100 casos positivos, con 400 personas aisladas.

   “Afortunadamente eso acá se va revirtiendo. Aunque ahora empezó a subir en Bordenave y en Puan, lo que ratifica que cada lugar tiene un comportamiento diferente y no se puede referenciar al distrito, sino que se debe analizar pueblo por pueblo”, indica.

   “Luego llegó el momento en que empezamos a preguntarnos qué íbamos a hacer. Soy veterinario y siempre estoy atento al tema de la salud”, sostiene.

   “La ivermectina es algo que viene haciendo ruido desde hace rato como la única alternativa antiviral, ya que el resto de los tratamientos médicos que hoy existen contra el coronavirus son paliativos de síntomas”, expresa.

   Para los Ceminari, los estudios publicados en la Argentina --en este septiembre-- por instituciones representativas, que mostraron una eficiencia antiviral de esta droga ampliamente conocida en el ámbito veterinario, pero que también se utiliza para la salud humana, eliminaron las dudas respecto del futuro: ivermectina para todos y todas.

   “Como no hay ningún medicamento contra la enfermedad, los médicos elaboran una receta compasiva, que sucede en los casos de una droga que aún no está aprobada. Y así se hizo”, asevera.

   “Alguna gente dice: ‘¿Cómo van a tomar algo que se hizo para las vacas?’. Pero en realidad hay que extender la mirada: no sólo es un producto veterinario”, comenta.

   Ceminari recuerda que unas 3.000 millones de dosis de ivermectina se han utilizado en humanos —con gran suceso— para tratar diferentes parasitosis, sobre todo en las zonas tropicales, en los últimos 30 años.

   La droga para uso en animales es inyectable y la de humano es por vía oral.

   Los Ceminari realizaron la ingesta de las dosis con la misma sugerencia indicada en aquel estudio (ver aparte).

   “Es una presentación de comprimidos orales. Son de 6 miligramos cada uno y los tomamos durante 3 días a una dosis de 0,6 miligramos por kilo. Esto es, una pastilla cada 10 kilos de peso por día durante tres días”, explica.

   “¿Dónde la compramos? En una farmacia. Es una droga que está habilitada para uso humano, aunque no posee una prescripción para Covid y por eso viene a dosis más bajas para tratamiento de parasitosis”, expresa.

   “Lo hicimos durante tres días y así transitamos la enfermedad. Pero insisto: no puedo decir que la sacamos leve porque tomamos esta droga; no tengo pruebas”, dice.

   “Este es el gran problema: no existe un seguimiento médico para garantizar que uno está mejor o que atravesó la enfermedad en forma leve por la ivermectina. O porque te tocó una carga viral pequeña y no se evidenciaron grandes síntomas”, agrega.

   Pelusa (79) y Chiche (81) son los padres de Chichito. También tomaron ivermectina.

“No te hagas muchas ilusiones”, me dijo el médico de guardia de Puan cuando llevé a mi papá. Pero se recuperó en forma rápida. Otra vez: no tengo certezas de que haya sido por la droga, pero sí algunas presunciones”, sostiene.

   Esta experiencia ha sido muy fuerte para los Ceminari. De 18 personas aisladas, 16 terminaron con síntomas y uno de ellos falleció.

   “¿Efectos secundarios? Hasta hoy no escuché a ningún médico que haya presentado un caso por algún efecto secundario como consecuencia del consumo de esta droga”, asegura.

   Admite Ceminari, por testimonios ocasionales en sus recorridas laborales por el interior del distrito, que existe gente que se ha automedicado y que, hasta ahora, no se conocen efectos secundarios.

   “Pero no es lo que hay que hacer. Es el médico quien debe tratar al paciente y elaborar una receta con las indicaciones”, aclara.

   El médico veterinario, quien también es productor rural, sostiene que, según el estudio, el momento ideal de ingesta es a partir de los primeros síntomas y por espacio de esos tres días.

   “De este modo la droga tendría una intervención directa en el anclaje del virus a la célula y, a su vez, algún efecto en la modulación de la inmunidad propia del ser humano. Porque muchas veces hay una respuesta inmunitaria muy agresiva y termina siendo una complicación para el organismo”, explica.

   “En este sentido, la ivermectina actúa como una moduladora de la respuesta inmunitaria”, comenta.

   Ceminari lamenta que aún la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) no haya aprobado la utilización terapéutica de la ivermectina para la recuperación de pacientes afectados por Covid-19.

   “Varias provincias ya lo han hecho y se ha incrementado su uso”, dice.

   “Bolivia también la utiliza y, en algunas ciudades de Brasil se la receta de modo preventivo. La subsidia el Estado, ya que, incluso, se trata de una droga de bajo costo, fácil de fabricar y accesible en todo el mundo”, concluyó.

   En Misiones, por ejemplo, se determinó el uso de la ivermectina en dosis de 0,6 mg/Kg/día durante cinco días. Salta, Corrientes y Tucumán han realizado una aprobación semejante.

   Según el Anmat, el antiparasitario de amplio espectro “no posee, aún, evidencia científica clara y los estudios que se han realizado hasta ahora no cuentan con el número suficiente de pacientes para demostrar su eficacia”.

“Lo preventivo y profiláctico gana terreno”

   Para el doctor Carlos E. Lanusse, del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (Civetan), ya existen conclusiones acerca del uso de la ivermectina en pacientes contagiados con Covid-19.

   “Lo más probado y certificado científicamente es el tratamiento curativo, pero lo preventivo y profiláctico empieza a ganar terreno. Esta es la novedad, porque creo que va a terminar siendo una herramienta de mucha utilidad”, asegura.

   “La certeza sobre la ivermectina es que el esquema terapéutico prioriza tratar a los pacientes lo más temprano posible; es decir, cuanto menos biosíntomas muestre, mejor son los resultados y cuanto más alta es la dosis, mejor impacta en la disminución de la carga viral”, agrega.

Carlos E. Lanusse es médico veterinario Dr. Cs. Vet., Ph.D., Dip ECVPT; profesor titular de la UNCPBA e investigador del Conicet. / Diseño: Guillermo Kluin-La Nueva.

   “Lo que pasa es que, desde el punto de vista científico, la hipótesis de otro esquema preventivo profiláctico cobra, ahora, otra dimensión", asegura.

   "Si bien en el esquema preventivo falta que nos pongamos de acuerdo en un protocolo sobre cuál sería el mejor régimen posológico, o de dosificación, y de cada cuántos días, lo cierto es que existe la posibilidad de llegar con la droga antes que el virus. Se trata de una dosis más baja, con un intervalo de tiempo distinto”, asevera.

   Lanusse, quien encabezó uno de los equipos de científicos que elaboró el informe publicado en este septiembre sobre la droga, recuerda que para un paciente la ivermectina es la alternativa para la etapa temprana e inicial de la enfermedad.

   “Si vos tenés un paciente grave e internado, acaso haya que optar por suero equino, el ibuprofeno inhalado u otros antibióticos”, indica.

“Con la ivermectina se logra bajar la carga viral y, por eso, ese individuo tiene menos chances de cursar la etapa compleja de la enfermedad, que es la internación y/o problemas pulmonares graves”, añade.

   Lanusse, quien es médico veterinario, Dr. Cs. Vet., Ph.D., Dip ECVPT; profesor titular de la UNCPBA e investigador superior del Conicet, relata que la ivermectina no es una droga nueva y que los estudios con efecto antiviral ya existían antes del Covid-19.

   “Había muchos trabajos in vitro con distintos tipos de virus, como el HIV, el zika y la fiebre chikungunya. Pero en plena pandemia apareció un grupo australiano y evaluó, también in vitro, el uso de ivermectina en altas concentraciones. El resultado fue contundente; fue la primera aparición científica que probaba que la ivermectina tenía algo que ver con este virus”, explica.

   “Lo bueno es que, en las últimas cinco o seis semanas, empezó a aparecer en todo el mundo una cantidad enorme de información complementaria que corrobora lo que comunicamos en septiembre. Fundamentalmente, sobre el efecto terapéutico en pacientes enfermos que son tratados en la etapa temprana”, dice Lanusse, en diálogo con La Nueva.

   “En otras palabras: cuando más temprano se trata al paciente, mejor es la evolución; más corta es la evolución de la enfermedad; menos gente se interna y menos gente se muere”, asegura.

   Lanusse señala que la Universidad de Liverpool (Reino Unido) hizo un estudio de metaanálisis para recopilar la información de todos los estudios sobre la ivermectina y el Covid-19 en el mundo y que los resultados son por demás elocuentes respecto de la conveniencia de su utilización.

   “El estudio se presentará ante la OMS (Organización Mundial de la Salud) en los próximos días. Eso ayudará a que todo se ordene respecto de lo que debería suceder en nuestro país”, señala, en relación a una eventual demora de aprobación.

“En realidad, el Anmat no le tiene que responder a los científicos. Nosotros hicimos un proyecto de investigación y publicamos los resultados. Ellos ya lo tienen. A quien tiene que responder el Anmat es a la sociedad; al pueblo argentino”, dice.

   “Como las provincias tienen autonomía en materia sanitaria, hay un número creciente que ya aprobó la ivermectina y eso, sumado a que son cada vez más los médicos que prescriben su uso, entiendo que en poco tiempo será algo masivo”, indica.

   Lanusse, quien es oriundo de la localidad tresarroyense de Orense, se permite una conveniente aclaración.

   “No hay que alentar la automedicación. La ivermectina se debe utilizar con prescripción médica y es necesario desalentar por completo las formulaciones de uso animal. Es un error (utilizarla para uso humano), más allá de que principio activo sea el mismo. Ni científicamente, ni éticamente, es recomendable”, sostiene.

   “Justamente, porque el Estado no ha legislado ni dio pautas de uso posológico, estas circunstancias se han incrementado. Hoy existen variedades de ivermectina que se utilizan en condiciones no reguladas; es decir, sin un protocolo estandarizado. Eso es lo que hay que reclamarle al Estado”, asegura.

   —Dr. Lanusse, ¿la ivermectina compite con las vacunas?

   —No. Va por otro camino. Y acá el punto clave es que todos tenemos que vacunarnos. La ivermectina es una rueda de auxilio para el sistema inmune; ayuda a que la infección sea menos grave.

   “Es muy importante hasta que tengamos a toda la población vacunada. Y lo será después de esa etapa porque los casos van a seguir, más o menos leves.

   “Aún con una persona vacunada, la ivermectina no interfiere. Se puede usar en forma complementaria perfectamente. Este es un tratamiento y la vacuna apunta a que el sistema inmune de la persona vacunada desarrolle su propia respuesta o anticuerpos”.

De qué se trata

   El primer indicio respecto de la ivermectina apareció —en este abril— en la revista Antiviral Research. Una investigación de científicos australianos demostraba que el fármaco, que se utiliza habitualmente en animales y desde hace 30 años en humanos, inhibía la replicación del SARS-CoV-2 en cultivos celulares in vitro.

   Tal dato lo recogieron científicos argentinos y armaron un consorcio público-privado, entre ellos el Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (Civetan, Conicet); el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Salta (IIET, unas); la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ); la Unidad de Virología y Epidemiología Molecular del Hospital Juan P. Garrahan y el laboratorio Elea Phoenix.

   Con la experiencia en el conocimiento farmacológico y en la realización en ensayos clínicos con ivermectina en dosis más elevadas a las que suele prescribírsela, o que venían realizando estudios exploratorios en torno a la posibilidad usar este fármaco para el tratamiento de otras enfermedades (denominado reposicionamiento de drogas), los científicos comenzaron con los ensayos clínicos in vitro para determinar si la molécula antiparasitaria tenía efectos antivirales en pacientes con coronavirus.

El estudio concluyó que la administración de ivermectina a dosis de 0,6 miligramos por kilo de peso (el triple de lo utilizado en forma habitual) produce la eliminación más rápida y profunda del virus, siempre y cuando se inicia el tratamiento en etapas tempranas de la infección; es decir, hasta 5 días desde el inicio de síntomas.

   El hallazgo de la actividad antiviral de ivermectina es resultado de un estudio clínico sobre 45 pacientes con enfermedad leve o moderada en distintos centros hospitalarios (Cemic, Muñíz y Alta Cuenca de Cañuelas). De ellos, a 30 pacientes se les administró ivermectina en altas dosis, y al resto no.

   Luego se les hicieron mediciones de seguridad del medicamento, cuantificación de virus en secreciones respiratorias y niveles de ivermectina en sangre.

   Los pacientes que recibieron ivermectina presentaron una respuesta antiviral significativamente diferente a los no tratados. Y el efecto se evidenció en la disminución más profunda de virus en secreciones.