Kéfir de agua: ¿qué es y por qué se puso de moda en Bahía Blanca?
Lo que conviene saber sobre esta bebida a la que se le atribuyen bondades digestivas e inmunológicas.
Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
Los que nunca lo han probado, seguro conocen a alguien que lo consume.
El kéfir es una bebida capaz de mejorar la salud, y aunque por un tiempo la versión láctea obtuvo la fama, ahora es el momento del kéfir de agua.
Este líquido se está convirtiendo en el nuevo favorito de muchos bahienses, no solo porque va en línea con un estilo de vida saludable, con el agregado que favorecería la prevención de sufrir Covid-19 por sus bondades digestivas e inmunológicas.
Tanto Analía Lofrano (médica especialista en nutrición y actual presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición Capítulo Atlántico) como María Belén Pérez Serrón, Licenciada en nutrición, quien se desempeña en Ceosur (Centro Oncológico del Sur) y en el Centro de Estética Benessere) avalaron su consumo.
“Es una bebida fermentada, un probiótico, con microorganismos que traen muchísimos beneficios para la parte gastrointestinal. Mejora la digestividad de quien lo consume y también refuerza el sistema inmunólogico, que hoy está tan analizado por el Covid. Si el tubo digestivo no funciona bien, las bacterias o los virus van a permanecer más tiempo en nuestro cuerpo”, expresó Lofrano.
“Yo no sólo lo recomiendo, sino que también lo consumo. Su mayor beneficio es que mejora la flora del intestino. Como así también el tránsito intestinal, tanto en casos de diarrea o de constipación. Pero lo más importante es que aumenta las defensas del organismo”, amplió Pérez Serrón.
Según indican, el kéfir de agua supera al que se elabora con leches animales porque no produce rechazos en casos de alergia y porque pueden consumirlo los veganos, mientras que su elaboración no conlleva tantos riesgos como los que se le atribuyen a la kombucha.
“Se puso de moda todo lo que es la alimentación natural. Por eso hay mucha gente haciendo dieta vegana y vegetariana. Y es muy positivo, porque el consumo de carnes, embutidos y enlatados que tenemos los argentinos es muy alto e indudablemente afecta la salud”, dijo Lofrano.
Y amplió: “Obviamente, el consumo tiene que ser con moderación y desarrollarlo en forma progresiva, para que no caiga mal y uno lo abandone. Si uno empieza con kefir y una dieta alta en fibras, es probable que se produzcan dolores abdominales y estomacales”.
Si bien se desconoce quiénes lo descubrieron, las primeras descripciones de sus gránulos datan de 1855, cuando un grupo de soldados ingleses los importaron de la guerra de Crimea convencidos de los beneficios que aportaba para la salud.
Su sabor es muy agradable por la presencia de sus levaduras y microorganismos que, al fermentar, le aportan un ligero tono de bebida carbonatada.
Su nombre científico es scoby (symbiotic colony of bacteria and yeast) y en castellano suena similar a su función, ya que actúa como una verdadera escoba que barre el intestino.
“Es muy sencillo de preparar. En un litro de agua filtrada, se ponen 3 cucharadas de nódulos, 5 pasas de uva y 5 cucharaditas de azúcar integral. Eso se deja en un lugar oscuro por 48 horas y se pasa por un colador antes de consumir”, explicó Pérez Serrón.
Ambas profesionales recomiendan empezar de a poco, consumiendo un cuarto de vaso hasta llegar con el correr de los días al vaso completo.
“Estos glóbulos se pasan de persona a persona y algunos le agregan azúcar, miel o frutas para que tenga mejor sabor. Lo importante es que no haya ningún objeto metálico en contacto, para que no se oxide y pierda sus propiedades”, explicó Lofrano.
Aunque los nódulos se suelen regalar, porque se van reproduciendo constantemente, también hay a la venta.
“Se consiguen neutros y también saborizados, pero los beneficios son los mismos. Se puede consumir en cualquier momento del día, pero hace mayores efectos si es con el estómago vacío”, agregó Pérez Serrón.