Original campaña de desarme que bien podría instrumentarse en Bahía
En barrios periféricos de La Plata, una ONG les cambia a los jóvenes armas de fuego por un pago (previsto por ley), capacitación laboral y alimentos, en caso de ayudar a comedores.
Una original campaña de desarme, que bien podría replicarse en esta ciudad, se puso en marcha en villas de La Plata donde tenedores de armas de fuego las entregan a cambio de dinero y, si colaboran en comedores o merenderos, reciben capacitación laboral y alimentos gratuitos.
La iniciativa para reducir el índice delictivo es factible de implementarse en otras ciudades como Bahía Blanca, a raíz de “características similares” entre nuestro medio y la capital bonaerense, según analizó Pablo Pérez, miembro de la organización La Plata Solidaria a cargo de la propuesta.
Sin embargo el coordinador del emprendimiento se refirió a la necesidad de debatir si es la mejor idea para desarmar a la población y enfatizó que el Estado debe adherir a la iniciativa.
Si no es una buena idea -continuó-, la órbita estatal en todo caso deberá corregirla o plantear otra propuesta superior en tal sentido, “porque creemos que hay que empezar a trabajar de esta forma”.
El plan, puesto en práctica en la periferia platense, apunta a instaurar en la sociedad medidas “más profundas” para combatir la delincuencia, independientemente del accionar policial.
“Comprendemos que lo urgente entre los vecinos es querer tener más policías en sus barrios y cámaras de seguridad, pero también se necesita tomar medidas como esta porque, si no, nos convertimos en el Lejano Oeste”, opinó Pérez.
“Esta última campaña está teniendo una repercusión importante, porque muchos chicos nos escribieron para informarnos de que tienen un arma supuestamente de sus abuelos, pero la verdad es que la usan ellos para delinquir”, agregó.
De acuerdo con el referente social, la idea del desarme promovida por La Plata Solidaria fue tomada de una mujer mayor que compraba las armas a jóvenes.
“Afinamos esa idea con el Programa de Desarme Nacional (la paga por cada arma la otorga el Estado), que no está instalado ni es conocido (en la comunidad) y, como hacemos trabajo de territorio, le agregamos el plus de dar un incentivo más para que los chicos puedan desenvolverse laboralmente”, destacó.
Algunos las alquilan
Hasta ahora 4 chicos están dispuestos a entregar sus armas de fuego.
“Pero la realidad indica, y esto sucede desde hace tiempo, que los chicos alquilan el arma para salir a robar, entonces no se pueden desarmar porque el arma no es de ellos, sino de algún 'pirata' que se las alquila”, indicó.
“Desarmamos y cuando vamos a la ANMaC (Agencia Nacional de Materiales Controlados, exRegistro Nacional de Armas de la República Argentina), nos enteramos que un mismo arma tenía 3 pedidos de secuestro por distintos hechos en diferentes lugares de La Plata”, sostuvo.
“Si esto sirvió para empezar a abordar la problemática de la inseguridad, ya ganamos aunque desarmemos a uno solo. Estas campañas las veníamos haciendo desde antes, pero como todo, cuando se viralizan, toman mayor impulso”.
A raíz de su difusión, la iniciativa ya está “sobrepasada en demanda y oferta” de egresados de la Universidad Nacional de La Plata que quieren colaborar.
La agrupación coordina 26 comedores en la periferia del Gran La Plata, Berisso y Ensenada.
“La idea surgió a partir de lo que vamos viendo en esos lugares y lo que nos relatan los chicos y los encargados cuando estamos allí, donde notábamos un incremento absoluto de la violencia e inseguridad”, afirmó el licenciado en Planificación Comunicacional por la UNLP.
“Hace 5 meses que los chicos no tienen escuela, clubes de barrio ni otros lugares de contención. Esto no significa que van a salir a delinquir pero, en los barrios más vulnerables y marginales de la ciudad, el límite entre irse a la casa a dormir y hacer alguna 'macana' es muy difuso”, opinó Pérez.
"No somos la contracara de los que se defienden armados"
Los integrantes de la entidad recibieron consultas de otros grupos solidarios y autoridades de Mendoza, Chaco y Río Negro, interesadas en la propuesta.
“No sé si es la mejor idea, pero nos dio resultado. Esta es la tercera edición de la campaña y arrancó hace poco más de 10 días. En la anterior recibimos 37 armas y muchos chicos se sumaron a los cursos de formación laboral de la UNLP”, dijo el entrevistado.
“Obviamente no solo está dirigida a personas que delinquen, sino a todos los chicos. Es mejor que participen aquellos que andan por el mal camino, pero también es importante que vengan los que están en el difuso límite entre lo que corresponde hacer y lo que no”, agregó.
“Porque, si no, pareciera que la condición para participar de los cursos es ser delincuente. Y no es así”, continuó el voluntario.
A criterio de Pérez, la entrega de armas por parte de jóvenes a cambio de una paga, capacitación y alimentos es un “proceso largo”.
“Hay que acompañar al chico y hablarle, por eso planteamos este tipo de actividades”.
A quienes deciden entregar un arma, además, tratan de integrarlos al barrio a través de actividades en los comedores, para que se sientan parte de algo.
"Aclaro que no somos el contrapunto de ninguna otra actitud que tome un vecino respecto de la inseguridad”, remarcó.
“No somos quiénes para decir qué está bien y qué está mal. Me refiero a que en algunos lugares nos tildaron como la contracara de quien sale a defenderse armado. Intentamos llevar adelante este proyecto en un marco que, a nuestro entender, es una tragedia”, finalizó Pérez.
Variedad de cursos
Oferta. La Plata Solidaria ofrece a quienes se desarmen cursos de tatuador, reparación de teléfonos celulares, peluquería, soldador y reparación e instalación de aires acondicionados.
Pandemia. Al no poder hacer los cursos virtuales, por falta de conectividad, la ONG evalúa de qué manera instrumentarlos en forma presencial, en medio de la pandemia.
Homologación. Voluntarios de la organización dictan las capacitaciones homologadas por un ente oficial.
Conectividad. “La conectividad es una gran mentira porque no existe en las villas de emergencia; no las llamo barrios populares porque algunas directamente son tolderías”, manifestó Pérez.