Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Si no conocés a “Tucho”, no sos de Ingeniero White

Querido y admirado por la comunidad, Roberto Ursino se ganó el cariño por su invalorable aporte. Un ciudadano ilustre que vivió y vive para su gente.

Por Javier Oscar Schwab / jschwab@lanueva.com

   Como buen vecino nacido y criado en Ingeniero White, Roberto Ursino predicó con el ejemplo, el trabajo y la palabra. Entregó su vida al servicio de la comunidad y recibió el cariño de generaciones de whitenses.

   Más conocido como “Tucho”, vive en la misma casa donde nació hace casi 71 años (en 1949), en Mascarello 4028. Dice ser leal a sus afectos, amigos y a las instituciones, que lo fueron perfeccionando como hombre de bien.

   “Estoy a una cuadra de los Bomberos Voluntarios y a media del lugar donde nació el club Puerto Comercial, en una casa de Olimpio Rossini. Toda mi familia está vinculada sentimentalmente con la vida de Ingeniero White”, dice Roberto, quien, además, tuvo una vida activa como delegado –entre 1994 y 2003, acompañando a Juan Carlos Cabirón- y concejal, durante 8 años.

   “¿Sabés cuántas veces me preguntaron porqué no me fui a vivir a Bahía? No puedo ni podré despegarme de mis orígenes. Tengo un sentido de pertenencia muy profundo”, afirmó “Tucho”.

   Cursó el primario en el Colegio Presidente Sarmiento, el secundario en la N°1 General Enrique Mosconi y dejó sus sello como integrante del Grupo Socut Don Ernesto Pilling.

   “En 1958, con apenas 9 años entré a los scouts. Y lo hice hasta hace diez años, siempre colaborando o siendo parte de la jefatura del grupo. Pasé momentos maravillosos, con gente de principios y valores”, apuntó.

   También integró la Cooperativa de Pavimentación de Ingeniero White, donde se destacan obras de gran valía para que la población tenga hoy gran parte de su estructura pavimentada.

   Fue parte de la Cooperadora del Hospital Menor y actualmente preside la Sociedad Recreativa, Coral y Musical “La Siempre Verde” e integra una comisión de vecinos en la agrupación “White 2025”.

   “Tenemos una visión distinta. Queremos ver un White diferente, renovado. Quienes nos hemos quedado acá decimos siempre que el Puerto y la industria han crecido de manera notable; no así nuestro pueblo”, remarcó.

   “Bregamos para que eso se revierta. Hoy vemos un pueblo alicaído, con poca movilidad y persianas bajas y oxidadas. Hay instituciones emblemáticas como Bomberos, los clubes, biblioteca, jubilados e instituciones que tienen vida propia, pero necesitamos que se alimenten y sigan creciendo”, apuntó.

   “Tucho” valoró el influjo del Puerto para abastecer con obras recientes que ayudan a cambiar la fisonomía.

   “El Consorcio del Puerto está invirtiendo en obras; se están haciendo remodelaciones importantes en el casco urbano. Una obra emblemática es el acceso por avenida Santiago Dasso, que se comparte con el municipio bahiense. Y otras obras como la entrada a Ferrowhite o la calle Reconquista en el Saladero”, subrayó.

   “Necesitamos más, porque White tiene que reinventarse. Desde la Agrupación seguimos insistiendo por el bien de la comunidad. Queremos que los hijos y nietos de whitenses se queden y para eso hace falta trabajo para ofrecer, como antiguamente se hacía mediante la Junta Nacional del Granos, el Ferrocarril y el Puerto. Tecnología y privatizaciones nos jugaron en contra, porque se ha perdido la mano de obra local”, sintetizó.

   Ingeniero White cuenta actualmente con unos 13 mil habitantes.

   “Los jóvenes emigran, no encuentran dónde sentar bases porque no se les ofrece posibilidades. Hay muchas casas abandonadas, comercios de años cerrados. Todo esto va más allá del sentimiento, porque los chicos quieren a White, les duele tener que partir”, señaló.

   Roberto no formó una familia con hijos, pero sí tiene presente a sus seis sobrinos.

   “Pasé una vida linda. Me tienen presente todos mis familiares y amigos. Muchos me dicen: ‘Tucho volvé a la política’. Significa que algo bueno habré hecho (risas)”, concluyó.

   No sólo algo bueno. Todo el legado de “Tucho” merece ser reconocido.