Labastié: “A las bochas, la danza y el folklore los llevo en la piel”
El poncho de alpaca, la bocha y la casca de su actual club: La Armonía. Dardo es fiel practicante de las tradiciones argentinas.
Por Javier Oscar Schwab / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)
El hogar está al final de un pasillo, el ambiente es cálido y se respira amabilidad. Los anfitriones, Dardo Labastié y su esposa Sonia Agüero, son fieles admiradores de las tradiciones argentinas –el sitio está repleto de cuadros y objetos valiosos- y, al igual que sus dos hijos, están unidos por la música, la danza y el folklore.
Para ellos, en un principio, fue aprender. Luego se conocieron bailando y desde hace años son reconocidos por sus enseñanzas y porque se animaron a bailar en los escenarios más importantes de todo el país mostrando su arte.
“El que sabe tocar es mi hijo (Álvaro). Yo rasco la viola cuando me urge hacerlo, en especial si se trata de algún malambo. En realidad le estamos pasando la posta a los chicos, que también son apegados a estas costumbres”, dijo Labastié, señalando que su hija, Estefanía, es una gran bailarina.
Todo lo relacionado con el folklore lo apasiona, pero Dardo dio sus primeros pasos como jugador de bochas en General Cerri, algo que, junto con la pesca, heredó de su padre: Nery.
“Mi papá jugaba con ‘Yuqui’ Lucanera y Jorge Orazi en XX de Septiembre. En mi casa de la infancia, en un terreno de 14x50, tengo una canchita de tierra de 22 por 2,90 metros. Cuando puedo me hago una escapada para practicar”, cuenta Dardo, quien vivió allí hasta los 21.
“Mi viejo falleció en 2001 y mi madre (Susana) se vino a Bahía, conmigo, los últimos años de su vida”.
Hizo menores en XX de Septiembre, más conocido como “La Italiana”, pero ya no existe la cancha de bochas: hay un punto digital.
“Jugué hasta los 18; luego empecé a trabajar y retomé en 2002. Por cercanía le apunté a Olimpia, pero no había lugar y me mandaron a Barrio Hospital, donde estaba Julio Brau.
“En Primera estaban Juan Scarfi, Horacio Sánchez y Mario Varela. Jugué en Segunda con Francisco Bardini y Héctor Aguirre. El primer año salimos campeones; en el segundo llegamos a la final, pero no pude estar por un viaje que tenía programado a las Termas de Río Hondo”, dijo.
Luego, por iniciativa de “Beto” Soto, presidente de El Puma, disputó un campeonato interno llegando a la final ante el anfitrión Pablo Dalgalarrondo.
“Santanafessa y ‘Pochi’ Sánchez me invitaron a quedarme, ya que el club tenía intenciones de pelear el ascenso. Hablé con Julio Brau, no hubo problemas y así nació mi historia -en 2006- que se extendió hasta 2018. Jugué con Alfonso ‘Tito’ Nungeser, Dalgalarrondo, Ariel Ramírez, Osvaldo Jatip, Fabián Centanni, ‘Juany’ Merlo y su padre, entre otros”, contó.
En 2010 pierde una final individual ante Rafael Randazzo y un año después gana el torneo de parejas junto a Dalgalarrondo.
“También el Clausura de tríos, aunque ascendimos porque un club se desafilió. Cuando se unificaron las categorías llevaba 11 años en El Puma y decidí seguir uno más para jugar un año en Primera. Luego, tras un desgaste lógico, vino mi etapa en Olimpia y el ascenso junto a Omar Scalerandi y Santiago Fortunatti”, dijo.
En 2017, Dardo fue homenajeado por la ABB con el premio "Caballerosidad Deportiva".
"Fue un gran halago. También salí campeón provincial de tríos con Sebastián Bevilacqua, Ricardo Rojas y Ezequiel Urra, y fuimos terceros en el Argentino de Tercera 2018 en Crespo, Entre Ríos.
"Otra final que valoro mucho fue el individual por el ascenso ante Dante Núñez. Me ganó, pero jugar contra personas de gran trayectoria te hacen crecer", aseveró.
Mirá el particular bochazo de Labastié en su cancha de General Cerri
-Y el año pasado apareció La Armonía.
-Sí. Le pregunté a Julio (Martínez) para seguir en Olimpia, no hubo definición y apareció La Armonía. Aclaro que nunca cobré ni cobro por jugar; jamás lo hice. Con Jonantan Nardi y el “Pochi” Gómez arrancamos el torneo de parejas, jugamos tres partidos y se cortó todo por la pandemia. Lástima porque llevábamos tres triunfos, jajaja.
-¿Cómo nace tu pasión por el folklore?
-Por un hermano que arrancó de chico (6 años) en la peña “El Fortín”. Un día lo fuimos a buscar con mi vieja, llovía y me quedé. Me preguntaron si quería bailar, no me podía negar.
“A los 16, Jorge Gestoso, mi profe, me trae al cuerpo de baile del Centro Municipal de Estudios Folklóricos. Lo acompañé 3 años, íbamos a los barrios bahienses, a General Cerri y a Algarrobo (club Juventud Unida) y Médanos”.
Dardo Labastié junto a Sonia Agüero y la guitarra, sus compañeras de la vida.
-¿Y los domingos?
-En el Club Universitario, Peña Purun Poyen. Ahí apareció Sonia (Agüero). Nos conocíamos de vista, pero el baile nos unió. En 1988 a ella, que trabajaba en Cultura del municipio, la convocan del Centro Comunitario San Roque para dictar clases de folklore a los chicos del comedor. Allí funcionaba una peña desde el año 1984, que fue creciendo y llegó a tener más de 100 alumnos.
"Con el tiempo le empecé a dar una mano, aunque fui bastante caradura, jajaja", señaló.
"Sonia cursó un profesorado en Bahía y los estudios oficiales en Tandil. Y terminó de hacer el cuarto años para el nivel Polivalente de Arte y ahora está cursando la licenciatura. Es una gran profesional, muy dedicada la docencia. Lo mío se resume en una experiencia de 32 años y dos bibliotecas que son parte de mi hogar”, puntualizó.
Álvaro, Estefanía, Sonia y Dardo, listos para salir a la pista.
-¿Cuándo empezaron a competir?
-En 1990. En folklore dependés de un jurado que evalúa el trabajo arriba del escenario: hay un montón de puntos que surgen de la puesta en escena, vestuario, danza y que la misma esté acorde con el vestuario, la letra, el carácter.
“Cuando empezás a competir se te abre bastante la cabeza y empiezan a llegar los libros, sumás experiencia. En 2001 ganamos el festival "Las Sierras en Tandil" compitiendo con más de 60 parejas. Y luego viajamos a Cosquín (2002, '03 y '05). De 2006 a 2010 obtuvimos títulos provinciales; yt luego fuimos al Festival Nacional del Malambo, en Labrode (Córdoba), uno de los más importantes del país", dijo Labastié.
“De 5 años consecutivos metimos dos finales y repetimos en 2015. Otro gran galardón fue haber ganado el Festival del 'Chivo' en Malargüe, Mendoza, donde Sonia obtuvo el premio a la mejor bailarina. Vamos intercalando festivales", agregó.
-¿La satisfacción es sólo personal o existe un incentivo económico?
-No existe el incentivo económico, hay que costearse todos los viajes y se compite por el reconocimiento. Quedar como ganador de un certamen local, regional, provincial o nacional es una satisfacción personal, o grupal, enorme. Tu nombre queda para siempre en ese festival.
"También hemos ganado varios torneos virtuales, como uno reciente en Tandil", señaló Labastié.
-¿Qué les gusta bailar?
-En el rubro específico de pareja nos gusta mucho el baile tradicional. Hacer una investigación del atuendo y la coreografía; interiorizarnos y poner en práctica cómo se bailan las danzas en distintas regiones del país. Le apuntamos a los certámenes grandes, que por lo general son en época estival.
"Nuestra Peña Tradicionalista Anai Ruca, que en idioma mapuche significa 'Casa de Amigos', viene organizando certámenes desde hace 15 años. Y en lo particular, llevo 3, contando éste que hubo poca actividad, dando clases en la Peña Nativista de Coronel Dorrego".