Polémica por el IVA del 10,5 % para la leche: ¿qué se espera para los precios?

Redacción de La Nueva.

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Francisco Rinaldi

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Por tratarse de un alimento muy sensible desde el punto de vista social, el proyecto del Gobierno que estipula una alícuota unificada del 10,5 por ciento de IVA para todos los tipos de leches encendió la polémica.

Es que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmó Mauricio Macri en agosto de 2019 fijaba una tasa del 0% para un conjunto de bienes de la canasta familiar, entre ellos, la leche fluida entera o descremada con aditivos, medida que caducó el 31 de diciembre del año pasado.

De esta forma, como la ley de IVA exime del pago del tributo a la leche fluida o en polvo, entera o descremada, sin aditivos, vencido el DNU de Macri, la leche con aditivos (generalmente, las más caras), tributan, en la actualidad, el 21% habitual.

Aunque en una economía inflacionaria es muy complejo predecir el comportamiento de los precios a futuro, se espera que, de prosperar la iniciativa gubernamental, bajen los precios de las leches con aditivos -ya que pasarán de pagar el 21% actual al 10,5% del proyecto-, aunque, por el otro lado, las que no tienen aditivos (suelen tener un precio al público menor), verían incrementar su precio, ya que tributarían la alícuota del 10,5%, que, al estar exentas por la ley que respalda al tributo, no pagaban hasta hoy.

“El IVA es un impuesto al consumo de características regresivas y por su estructura trasladable. El contribuyente del Impuesto al Valor Agregado es el consumidor final”, agrega el tributarista local Gustavo Etman.

En el caso de los alimentos, la regresividad surge porque el IVA grava a bienes que consumen tanto los sectores más acomodados de la sociedad como los más pobres. Así, como los pobres gastan una mayor fracción de sus ingresos en alimentos básicos, deben soportar una carga mayor.

Costos financieros

Desde el Gobierno prometieron que la unificación de alícuotas no va a originar problemas para los comerciantes, ya que se devolverán los créditos fiscales que se acumulen por la aplicación del proyecto, algo que, en la práctica, no siempre ocurre.

” No son devoluciones ni trámites sencillos, por lo que el contribuyente acumula saldo a su favor, lo que suele generar altos costos financieros”.

“Hay que tener presente que, en el caso particular del IVA, el responsable puede tener dos clases de saldos a favor, el llamado 'saldo técnico' que proviene de exceso de créditos fiscales sobre los débitos fiscales, y solo pueden utilizarse contra futuros débitos fiscales, es decir, nunca puede solicitarse devolución de los mismos ni utilizarse para cancelar otro impuesto, y el llamado 'saldo de libre disponibilidad', que proviene de ingresos a cuenta a favor del responsable, que pueden provenir de retenciones o percepciones, y que por su naturaleza, permite o bien utilizarlo para cancelar cualquier otra deuda con el fisco (AFIP) o bien pedir su devolución”, explica Etman para finalizar.