Dormir mal en cuarentena: entre la ansiedad, el encierro y la incertidumbre
Poder conciliar el sueño y descansar por la noche es uno de los problemas que aquejan a los bahienses en estos momentos de aislamiento por la pandemia.

Por Mario Minervino / [email protected]
Audionota: Malena Ruppel (LU2)
Entre las varias aristas que tiene el singular cuerpo tridimensional que generó el aislamiento social y la cuarentena alrededor de cada persona, las dificultades para dormir y el desvelo conforman una de las situaciones que muchas personas están atravesando.
La incertidumbre sobre cómo terminará la historia, la angustia por un posible desempleo y el total cambio de hábitos se cuentan entre las posibles causas de ese desorden.
Dos casos
No hay una única historia, sino cientas; y variadas sobre cómo cada quien vive estos más de dos meses de aislamiento-encierro.
Para Maru, 40 años, madre de dos nenas, el problema con el sueño data de mediados de la cuarentena, cuando comenzó a despertarse un par de horas después de dormirse, para quedar desvelada por completo.
“Me despierto y siento un vacío y mucha incertidumbre. Deambulo por la casa, leo algo y le huyo al celular porque agarrarlo es sentenciar a la noche. No siento angustia, es más la sensación de no saber qué hacer con este tiempo de noche. A veces me vuelvo a dormir a la mañana y quedo desacomodada todo el día”, señaló.
Sus recursos para superar este momento han sido naturales, algo de yoga y respiración.
Para Pedro, estudiante universitario de 19 años, los problemas comenzaron también a mitad de la cuarentena.
“Tengo problemas para dormirme casi todos los días y si me duermo me despierto a media noche y puedo estar varias horas despierto”.
Explicó que no siente angustia, pero si mucha ansiedad.
"Extraño a mis amigos, el gimnasio, poder salir. Si escucho música que me lleva a esos momentos me hace mal y no puedo dormir pensando en cuando volverá la normalidad", detalló.
Hacer meditaciones con algún tutorial, tomar té y dejar de usar el celular temprano son algunos recursos que lo han ayudado.
Dos miradas
El Psiquiatra Sergio Guerstein reconoció que si bien la particular situación que atraviesa el mundo ha generado distintos cuadros de salud, el de tener problemas para dormir no ha sido a su criterio el más habitual.
"Estamos manejando video consultas y tenemos muchas situaciones de angustia o ansiedad, por padres que extrañan a su hijos o nietos, adolescentes enojados o incertidumbre en cuanto al futuro laboral”.
"El tema del posible contagio, la pérdida del trabajo y el aislamiento encienden muchas alarmas en la mente y hay quienes son dominados por el miedo. Lo que más hace mella en la gente es la incertidumbre, el no saber que va a pasar mañana, no tener certeza de cuánto va a durar esta situación. No se tiene miedo al contagio sino a no tener que comer", manifestó.
Otra situación que el profesional advirtió como repetida es el de la convivencia permanente.
"Se generan rispideces en la familia que en épocas normales se descomprimen cuando cada cual se va a su trabajo o realiza actividades. Esta posibilidad hoy no existe", puntualizó.
Sobre la alternativa de recurrir a medicación que ayude a conciliar el sueño, mencionó que es algo "muy delicado", sobre lo cual "hay que ser prudente".
"Hay muchas situaciones que activan el alerta de una persona y el organismo libera una hormona llamada cortisol, que actúa como un neurotransmisor en el cerebro, especialmente en situaciones de gran tensión. Si esa hormona se activa durante mucho tiempo afecta las funciones de las células que equilibran la presión, los niveles de azúcar, el sueño, la memoria, la concentración. En estos casos es posible que se necesite una medicación. Ahora, si es la incertidumbre lo que no nos deja dormir, no necesariamente requiere siquiera una consulta médica. Se pueden recurrir a ejercicios de respiración, de relajación a métodos naturales”.
El también médico psiquiatra Martín Florio no ha sido consultado por demasiados casos de insomnio o problemas con el sueño, aunque de estar ocurriendo los relacionaría de manera directa con un cambio en el ritmo de las actividades cotidianas a partir del aislamiento-cuarentena.
"Suelen desordenarse las comidas, se dejan de hacer actividades físicas, hay una sobre exposición a las pantallas y hasta más consumo de bebidas alcohólicas o endulzantes. En general debieran ser cuadros de insomnio de inicio, alguien que se despierta varias veces en la noche por situaciones de angustia o incertidumbre", explicó.
Mencionó los inconvenientes que puede tener medicarse en estos casos, aunque reconoció que el uso de las drogas ansiolíticas (clonazepam, alprazolam) "es cada vez más habitual", incluso recetadas por médicos clínicos.
"El problema es que algunas personas que empiezan a tener problemas para dormir las toman, ajustan la dosis o lo hacen con más frecuencia, lo cual no es lo más adecuado. El insomnio es uno de los marcadores tempranos de patologías relacionadas con trastorno de ansiedad y es importante no dejarlo pasar ni ignorarlo".
La higiene
Lucas Minervino es psicólogo y trabaja desde hace varios años en la guardia psiquiátrica del hospital Rivadavia de Buenos Aires. Refirió que los problemas de insomnio no son generados por una única causa, aunque fuera de quienes padecen alguna enfermedad de base, es habitual que se dispare con una situación de angustia o ansiedad.
"En esta cuarentena muchos han modificado la llamada ´Higiene del sueño’, que son las conductas que permiten conciliarlo. Se tiene menos gasto energético, no se mantiene el orden de las comidas, se cambió el ritmo de vida. A esto se suma que la ansiedad y la incertidumbre aumentan en momentos de crisis y generen pensamientos que complican conciliar el sueño", opinó.
Sus recomendaciones son recuperar esas pautas de higiene, cenar liviano, evitar bebidas energizantes y desconectarse de las noticias y del celular un par de horas antes de acostarse.
"La cama hay que reservarla para dormir, no llevarse actividades y o cuestiones que te puedan preocupar. Y si en 30 minutos no se puede dormir, hay que levantarse, hacer alguna actividad y volver a acostarse cuando se tiene sueño".
El yoga, pero bien
El milenario Yoga –práctica de meditación nacida en la India-- es uno de los recursos más en boga por estos tiempos a la hora de buscar relajación, elegido por muchas personas con problemas en el sueño.
Anahí González, profesora de esta disciplina, señala que es una práctica que ayuda a reducir el stress y los niveles de ansiedad, aunque recomienda recurrir a quienes están preparados para dictar esta disciplina.
"Hoy, por el encierro, muchos tienden a buscar tutoriales en las redes sociales con la idea de hacer alguna actividad. Pero no todos los ejercicios sirven para lo mismo. Hay posturas que son energizantes y es posible que después de hacerlas sea más difícil dormir, hay que saber en qué horario hacerlas”.
Y agregó: “Lo razonable es ir generando condiciones adecuadas para favorecer el sueño: cenar liviano, dejar de lado los problemas, hacer respiraciones conscientes, te de tilo, usar determinados aromas, leer un libro”.