Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

Piden que se avance en la ordenanza de cannabis medicinal

Esperan el tratamiento de un proyecto de ordenanza y la creación de un registro que los autorice a cultivar sus plantas.

Foto: Pablo Presti-La Nueva.

Por Sergio Prieta / sprieta@lanueva.com

   El allanamiento en la vivienda de dos ancianos y la detención de dos concejales ocurridos en Tornquist tiempo atrás, que tenían plantas de cannabis con aparentes fines medicinales, reavivó el miedo y la polémica en decenas de bahienses que autocultivan para luego utilizar como aceite o crema.

   En junio del año pasado, la Red de Profesionales para el Estudio del Cannabis fue al Concejo Deliberante y planteó la necesidad de crear un registro de usuarios, cultivadores y productores de cannabis para no estar desprotegidos ante la ley o ser víctimas de la inseguridad.

   Es que además de la persecución judicial son blanco de delincuentes que intentan obtener la planta para fumar o replantar.

   “Estamos muy preocupados por quienes deben utilizarlo, ya que son perseguidos y lo ocurrido días atrás en la zona generó mucho temor en Bahía: el problema central es que se persigue a la planta y no el uso que se le da”, dijo el médico Nicolás Di Biase, responsable de la Red de Profesionales para el Estudio del Cannabis (Reprocann), que está conformada por un grupo interdisciplinario de profesionales de Medicina, Farmacia, Psicología, Agronomía, Sociología, Bioquimica y Derecho..

   Al mismo tiempo contó que desde el año pasado que armaron un proyecto de ordenanza para poder realizar cultivos en el INTA local mediante la articulación de la UNS, que analizaría la calidad de los aceites que se elaboran, no tuvieron novedades sobre el avance.

   “A ese proyecto le falta la autorización del secretario de Salud Pablo Acrogliano y desconocemos los motivos del retraso que hubo, aunque en este momento y por la pandemia de coronavirus que sufrimos creemos que esto ha quedado en segundo plano”, opinó.

   “Antes de la cuarentena tuvimos una reunión en el Municipio con funcionarios para hablar sobre el proyecto de ordenanza y vemos buena voluntad en el avance”, explicó Martín Garmendia, integrante de RESET (una ONG dedicada a las políticas de drogas respetuosas de los derechos humanos) y de la Asociación Cultivo Mi Medicina.

   No obstante dijo que muchos usuarios acceden a aceites de mala calidad y al mismo tiempo sienten temor por las penas judiciales de obtenerlo.

   “La preocupación y el miedo por la actuación de días atrás del fiscal Mauricio Del Cero son enormes entre los usuarios,  porque perciben que no distingue el uso que se le da. El problema es que mucha gente se queda sin el producto o tiene que ir al mercado  ilegal con los peligros que ese genera”, agregó.

   También explicó que otros usuarios se arriesgan porque no toleran los dolores que le provocan las enfermedades que tienen tratamiento con cannabis.

   “Si a una persona que cultiva cannabis se le saca la planta en este momento no va a obtener su medicna por lo menos hasta 2021 por todo el proceso que se debe atravesar para fabricarla”, explicó.

   El 29 de marzo de 2017 el Senado aprobó un proyecto de ley para habilitar la investigación del uso medicinal del cannabis y la producción necesaria. En septiembre se reglamentó y el Estado acotó la investigación y producción para personas diagnosticadas con epilepsia refractaria.

   Sin embargo, el aceite o crema de cannabis también se usan para tratar a enfermos de cáncer, por dolores crónicos, fibromialgia, Alzheimer, Parkinson y trastorno del espectro autista, entre otras patologías.

   En la actualidad conseguir los productos para quien sufre de epilepsia refractaria requiere de un trámite engorroso ante la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de hecho el aceite se importa desde EEUU y para muchos es muy difícil de acceder.

   El proyecto de ordenanza pretende crear un registro para generar información, investigación y el análisis científico de la utilización del cannabis y sus derivados como terapia, y la inscripción en el mismo implica que los datos no pueden ser utilizados con otras finalidades.