Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

“Que vengan cuando tengan que venir, pero por favor que vengan…”

Marcos Galeano, actual preparador físico de Sansinena en el Federal A, está haciendo hasta lo imposible para intentar repatriar a sus dos hijas, varadas en Perú.

Fotos: Archivo La Nueva y gentileza Marcos Galeano

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   “Trato de estar tranquilo aunque no pueda. Mis hijas siguen varadas en Perú, sin respuestas positivas y sin esperanzas de volver en lo inmediato”.

   Poco más para agregar.

   Con solo ponerse en la piel de Marcos Galeano, actual preparador físico del plantel de Sansinena en el torneo Federal A, podés llegar a imaginar lo que siente un padre que tiene a sus dos hijas (Antonella, de 25 años, y Agostina, de 20) aisladas --a causa de la pandemia del coronavirus-- y sin posibilidades de retorno, en un país del mismo continente pero a más de 3.000 kilómetros de Bahía Blanca.

   Aunque las preguntas surjan casi sin previos análisis, el “Profe” Marcos pidió contar, sin interrupciones y para no olvidarse de nada, como se inició y como continuó esta historia inimaginable, este viaje de placer que se convirtió en “pesadilla”.

   --“Ellas vienen pagando el viaje desde hace un año, no aprovecharon ninguna oferta ni tampoco promociones de alguna agencia o página web. Llegaron a Cusco el pasado 10 de este mes y el 16 tenían previsto ascender al Machu Pichu. Cuando arribaron a Aguas Calientes, el pueblo que está antes de las ruinas, el gobierno peruano cerró el acceso al centro turístico. En ese momento todos dispararon hacia los trenes, pero ellas se quedaron hablando conmigo y mi señora (Andrea) lamentándose por no llegar a donde tenían previsto”.

   -- “Les dijimos que salgan de ahí lo más rápido posible, que se dirijan al aeropuerto de Cusco, que colapsó enseguida con el aluvión de 3000 turistas que reclamaban cambiar pasajes para retornar a sus hogares. Fue tanta la gente que quedó a la deriva y deambulando por la ciudad que las agencias y los hoteles empezaron a cerrar para no tener problemas con extranjeros inquietos y desesperados”.

   -- “Al no poder reprogramar el viaje, con un grupo de chilenos tomaron un micro hacia Tacna (ciudad al sur, a 755 kilómetros de Cusco) con la idea de cruzar, vía Arica, hacia Chile, que cerraba la frontera 24 horas después que Perú. Era un viaje de 13 horas, pero Gendarmería detuvo tantas veces el micro en la ruta que tardaron un día en llegar a Tacna. Conclusión: no pudieron pasar a Chile”.

   -- “A la una y media de la mañana del miércoles 18 nos avisan llorando que habían quedado varadas en Tacna. Pasaron esa noche sin dormir y sin comer por el lío que había de gente llegando a ese sitio queriendo hacer lo mismo que ellas. Al otro día fueron a la terminal de ómnibus con la intención de retornar a Cusco o Lima, ciudades donde iban a contar con más chances, pero Perú había decretado el estado de sitio y el panorama se complicó aún más”.

 "Agos" y "Anto", felices cuando el viaje recién empezaba.

    

  -- “Intentaron alquilar un auto para salir de ahí hacia una ciudad más grande, pero de la concesionaria le dijeron que era imposible porque Gendarmería las iba a parar en la ruta y las iba a dejar varadas en ese lugar, sin importar si era un sitio poblado o la nada misma”.

    Hasta ahí la primera parte de un relato lleno de dramatismo, pero con alguna mínima esperanza de conseguir lo que, según las palabras de Marcos, hoy parece imposible…

    --No les quedó otra que quedarse en Tacna. ¿Cómo siguió la historia?

   --Había una chance de ir a Cusco, pero el gobierno peruano informó que los vuelos no podían bajar debido a condiciones climáticas adversas. Esa ciudad está saturada de extranjeros, los hoteles tienen superpoblación de clientes, la gente duerme en la calle y muchos no tenían ni para comer. Por eso lo mejor fue que se queden en Tacna, donde encontraron un lugar óptimo y saludable para descansar. Dentro de toda la odisea que pasaron, al menos sabemos que están pasando la estadía bastante bien.

   Encima de males, el presidente argentino Alberto Fernández decretó “la suspensión del regreso al país de los argentinos varados en el exterior”.

   “Para colmo eso. En los últimos vuelos que salieron de Lima (aviones Hércules del ejercito) se subió gente que no debía, se completaron las 140 plazas disponibles y los turistas argentinos con imperiosa necesidad de volver no pudieron hacerlo. Según el Consulado, esos pasajes fueron utilizados por argentinos residiendo en Perú que no encontraban otra forma para retornar a nuestro país. Fue increíble que no se haya hecho un control y que no se haya respetado el orden de prioridad”, señaló el ex PF de Olimpo en Primera división.

   “Para reorganizar a los argentinos, el gobierno peruano dividió en tres regiones al país. En la sur, donde están mis hijas, la sede para concentrar todos los pedidos es Arequipa. En ese lugar tenían confirmado un avión que iba a llegar desde Argentina, pero al conocerse la medida de no repatriar a nadie por medio de Alberto Fernández, la esperanza se esfumó por completo”.

   --Todo cuesta arriba.

   --Sí, encima existe la posibilidad de que se extienda la cuarentena pese a que ellas llevan 15 días encerradas en una ciudad donde están por obligación y no por placer.

   “Con mi señora tratamos de buscarle el lado positivo, hacerles ver que Tacna es una ciudad sin casos de coronavirus ni contagio. Para salir a un mercado le tienen que avisar a un gendarme, y a la vuelta si o sí le deben mostrar el ticket de compra. De no cumplir esas reglas, arresto efectivo por un día y atomáticamente te inician una causa”.

 

El día a día en Tacna

   “Mis hijas, junto a un grupo de jóvenes de su edad alquilaron un departamento grande. Son tres mujeres y tres hombres. Tres son alemanes y el otro es un australiano. Dividen los gastos y se turnan para cocinar”, relató Marcos, con cierto alivio después de escuchar el “estamos bien” de parte de “Anto” y “Agos”.

   --¿Qué respuesta recibieron del Consulado?

   --Con decirte que el embajador argentino no está en Perú, te digo todo, ¿o no?. Los primeros días no te atendían, te derivaban a una casilla de mensajes que siempre estaba llena. En realidad tendí redes con gente conocida en aquel país, quienes me están ayudando con el Consulado, porque cada llamada desde acá te sale un ojo de la cara.

    “La última buena noticia me la dio la Ministra de Relaciones Exteriores de Tacna, quien le manifestó a mis hijas que el caso lo tenía en sus manos. Todo bien y se lo agradezco, pero la solución llegará si el gobierno peruano autoriza a que bajen los aviones, que no vuelan por el simple hecho de que todos los aeropuertos internacionales están cerrados”.

   “Nos dicen que están analizando la forma de reorganizar a los turistas que permanecen desparramados por Perú, pero que eso les va a llevar tiempo. Depende del gobierno nacional de Perú, es su decisión querer exportar a los extranjeros o no”.

   “El momento de incertidumbre es tenso. Todos los días, después de unas pocas horas de sueño, amanecemos con la esperanza de que nos digan… `volvemos’. Pero no, pasan las horas y las expectativas se van pinchando. Llega la noche y con mi señora hacemos la misma evaluación: `hablamos con un montón de gente que quiere ayudarnos, pero la solución que estamos esperando no llega. Todas las informaciones que me dan, los versitos de un lado y del otro, ya los conozco de memoria”.

   --Perú tiene cerradas las fronteras, los vuelos no entran ni salen… ¿En qué basás las pocas  esperanzas que te quedan?

   --Me ilusiono cada vez menos. No entiendo el criterio del gobierno de Perú para retener a los turistas argentinos. Los boletos de mis hijas están pagos, se encuentran sanas y no corren riesgos de contagio, ¿por qué no las dejan venir? Tienen el seguro internacional del viajero hasta el 31 de marzo, ¿y después qué hacemos?

   “Si en Perú estiran la cuarentena, van a seguir con gente desparramada en la calle y deambulando por ahí sin sentido, por lo que la probabilidad de contagio aumenta. En Cusco, en hoteles de 15 personas hay 40. Pero no entran en razón, no se dan cuenta de que el riesgo que corren mientras pasan los días es mayor”.

   --¿Tus hijas corrieron peligro con los robos, la pasaron mal en algún momento?

   --La noche que llegaron a Cusco se asustaron mucho. Se dio un amontonamiento de gente inusual, muchos gritaban y lloraban, y en ese contexto algunos vivos aprovecharon para manotear carteras y mochilas. En ese momento de furia se dirigieron hacia la zona de micros estacionados y ahí estuvieron seguras.

   “De Tacna no se pueden mover, los transportes públicos no circulan y está todo paralizado. Si existe una esperanza para que vuelvan, se deben dirigir a Cusco o Lima, teniendo a 55 kilómetros la frontera con Chile (poso por Arica) y sabiendo que pueden pasar caminando. No pueden ir ni para un lado ni para el otro; están atadas de pies y manos”.

   --¿Cómo están costeando los gastos, ellas de allá o ustedes de acá?

   --Para que no entren en pánico les decimos que no hay contagios en esa ciudad y que la tarjeta de crédito tiene margen como para que puedan comer y dormir. Ellas tienen una extensión, así que mientras haya fondos que gasten. A esta altura lo que menos preocupa es la plata, aunque le pedimos que sean responsables con los gastos.

  “La otra dificultad que se nos presentó es que una de las empresas de envíos de efectivo al exterior dejó de operar, así que a ellas no les queda otra que utilizar la tarjeta hasta que los números den”.

 

“Pagan hasta el agua”

   -- ¿Cómo están de ánimo?

   --Arrancan el día bien, con expectativas, pero al igual que nosotros acá, se pinchan cuando no pasa nada. Tratamos de hablar todos los días, de mantenerlas informadas y motivadas, de que no piensen tanto, y así seguimos avanzando…”

   “De parte del gobierno Perú no reciben nada, ellas pagan todo, hasta el agua, porque no es potable y te recomiendan que no tomes. Sí o sí deben comprar mineral”.

   --En Tacna, ¿están en contacto con algún grupo de argentinos?

   --En estos últimos días se enteraron que hay cuatro argentinos más. Por lo menos no están tan solas.

   “Un día, a la tarde, me llamaron para decirme que estaban tomando un café y que se les había movido las sillas y la mesa. Pensé: `si le faltaba algo a este viaje nefasto es un terremoto’. Las calmé, les dije que esa zona es propensa a los movimientos sísmicos por naturaleza. Se marearon un poco y no sabían que hacer; para ellas esos segundos fueron eternos.

   --Ellas viajaron el martes 10 de este mes a Perú, la pandemia estaba declarada, ¿no intentaron postergar o cancelar el viaje?

   --Cuando ellas salieron de acá, el foco del coronavirus estaba en China y no se había declarado a nivel mundial. No había riesgo y no tenía el rótulo de pandemia. Era como una gripe A, por eso ni mi esposa ni yo especulamos con “cortarles” el viaje.

    “En el momento que ellas se fueron, de lo único que se hablaba era de un chino con un barbijo que se había comido un murciélago. Los vuelos funcionaban, todo estaba abierto y el mundo giraba normalmente. Es más, cuando llegaron a Cusco vendían entradas para Machu Picho. Todo pasó en dos días, entre el 14 y el 16 reventó el planeta y arrancó todo esto que ahora estamos padeciendo”.

   “Si hubiésemos sabido que esto podía pasar, no tengas dudas que hubiésemos cancelado el viaje y las reservas. Total, es como siempre les digo a las chicas: Machu Pichu va a estar siempre en el mismo lugar y van a poder ir más adelante”.

  “Cuando esto pase y estén acá, esto será una experiencia de vida, una simple anécdota que les dará risa, aunque el día a día es duro y se complica cada vez más. Deben entender que no fue culpa de ellas, falló el mundo. Esta pandemia desbordó las economías de las principales potencias del planeta, por eso ahora todos están tan preocupados”.

  “Lo único que pido es que vuelvan cuando tengan que volver, y que en ese regreso no haya contagio ni peligros”, cerró Marcos, agradeciendo el apoyo humano y económico de Sansinena, de Olimpo y muchos amigos que les dio su profesión (profe de Educación Física) y el fútbol.

 

FRASES

   -- “Para animarlas les digo que cuando vuelvan esto va a ser una anécdota simple y graciosa, aunque no puedo negar que el día a día es duro y se complica cada vez más”, de Marcos Galeano.

   -- “Estamos bien, pero resignadas, porque todo hace indicar que hasta el 1 de abril no vamos a tener chances de movernos de Tacna”, de Antonella, la hermana mayor.