Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Llegó la hora de una nueva ley que modernice las zonas francas argentinas

Deberán poder ser utilizadas en promoción de bienes y servicios de exportación así como también en sustitución de importaciones.

Martín G. Ibarra (*)
Especial para "La Nueva."


   Las zonas francas son hoy el más importante instrumento de promoción de comercio exterior, las exportaciones, los encadenamientos globales y generación de empleo hoy en el mundo.

   Como consecuencia de la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el concepto “made in the world” ha implicado la creación de espacios neutros, libres de trámites e impuestos que permiten a las materias primas ir saltando de un país al otro, para convertirse en productos intermedios y manufacturas finales, estos espacios son las Zonas Francas de la cuales hay más de 3.500 en todos los países del globo.

   Sin embargo, en el caso de Argentina, las zonas francas cuentan con una muy antigua legislación, inclusive anterior a la creación de la Organización Mundial del Comercio, la ley 14.331 de mayo de 1994.

   La falta de una moderna legislación de zonas francas es uno de los factores por los cuales una gran parte de las exportaciones de Argentina son productos agroindustriales, lo que la naturaleza da, lo cual a su vez ha incidido en que los últimos cinco años el país haya reducido en más de US$ 6.000 millones de dólares sus exportaciones, las cuales alcanzan un per cápita de US$ 1.500 dólares (US$1.000 por debajo del per cápita promedio internacional).

   Las principales modificaciones que requeriría urgentemente la ley son las siguientes:

   1. La ley de zonas francas no cuenta con ningún incentivo sobre el impuesto de renta, así sea una simple reducción para promover los sectores más atractivos para conectar a Argentina con los mercados internacionales, tanto en bienes como en servicios. Muchas de las 500 zonas francas que hay en América Latina, tienen desde reducción de tarifa al 20 % del impuesto de renta, como es el caso de Colombia o México (este último con una zona franca fronteriza de 3.300 kilómetros con los Estados Unidos), hasta exoneraciones totales como es el caso de Centro América y el Caribe.

   2. La ley solo prevé que las zonas francas como establecimientos públicos, solo pueden arrendar lotes a los usuarios, mientras que hoy en día las legislaciones modernas de zonas francas permiten la habilitación de suelos privados en donde los terrenos, edificios, oficinas y naves, pueden no solamente alquilarse sino venderse, o entregarse en figuras como el leasing internacional.

   3. La ley actual le da a cada provincia argentina la facultad de establecer sus propias normas, en especial en materia de reglamento y operatividad. 
Debería crearse un concepto nacional de zonas francas argentinas de excelencia, con una reglamentación que sea común para que los inversionistas extranjeros puedan entenderla y aplicarla.

   4. La actual ley de zona franca permite que sea el comité de vigilancia de la zona franca el que fije las tasas y cargos por los servicios y concesiones de las zonas francas, cuando la experiencia internacional faculta a los operadores de zonas francas para que estos cargos se tacen no solamente teniendo en cuenta sus costos sino también la competencia internacional.

   5. Debe modernizarse la legislación en el sentido que las zonas francas en Argentina puedan ser utilizadas tanto en el mecanismo de promoción de bienes y servicios de exportación, como también para la sustitución de importaciones, empleando mano de obra y materias primas argentinas.

 

   Tan importante como generar un dólar de divas por exportaciones es sustituir otro dólar por producción local.

   Está de moda en el mundo las zonas francas mixtas, que indiferentemente exporten o sustituyan importaciones.

   6. La zonas francas pueden ser el instrumento clave para promover los nuevos sectores de la argentina del furuto: e-commerce transfronterizo; exploración y explotación de petróleo costa afuera (offshore), logística internacional; servicios de valor agregado tales: como back-office, creación de software, cine y televisión y digitalización,  los cuales conjuntamente con las manufacturas de valor agregado, pueden agregarle a la Argentina los US$1.000 dólares que le faltan para alcanzar apenas el promedio mundial de exportaciones, es decir USD$45.000 millones de dólares de nuevas exportaciones.

   En otras palabras, las zonas francas son el instrumento que Argentina necesita para reconectarse con el mundo.

(*) Presidente de Araujo Ibarra Consultores Internacionales, vicepresidente de la Organización Mundial de