Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Deporte, violencia y reflexión: "¿Qué me lleva a pegarle a otro? ¿Qué valor tiene para mí?"

Una psicóloga del deporte de la ciudad habló sobre la naturalización de algunas acciones, el comportamiento en grupo y la importancia del diálogo.

Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

 

   La psicóloga María Florencia Torres, que trabaja en varios clubes de Bahía Blanca, habló sobre la importancia del deporte y se refirió a los episodios de violencia que pueden terminar en muerte, como pasó en Villa Gesell o el pasado fin de semana en la previa de Villa Mitre-Olimpo por el Federal A de fútbol. 

   En una entrevista con La Nueva. en el Museo del Deporte, Torres dijo que "ni el rugby ni ningún otro deporte alienta la violencia fuera ni dentro del ámbito deportivo".

   Consideró que "algunos, como el rugby o el boxeo, tienen cierta agresividad puesta en la cancha, pero dentro de cierto reglamento, que está regulado: eso no significa que el deporte nos lleve a cometer semejante acto delictivo como fue el de estos chicos en Villa Gesell, que terminaron con la muerte de Fernando".

   La psicóloga dice que hay que ver más allá del deporte, porque la violencia está en todos lados.

   —Estamos en una sociedad en que la violencia es moneda corriente, incluso en nuestra ciudad sucede que hay peleas nocturnas entre rugbiers y entre chicos que no hacen rugby y eso se ve como algo normal; por eso muchos chicos decían en Gesell "parecía una pelea como cualquier otra, algo a lo que estamos acostumbrados", y creo que ahí es donde más tenemos que ponernos a pensar qué se puede hacer para reducir esos niveles de violencia que tenemos a nivel general en la sociedad y de poder pensar en el otro, respetar al otro como una persona como yo, porque ¿qué me lleva a pegarle a una persona? ¿qué valor tiene el otro para mí? ¿qué valor tiene para todos? Estamos en una sociedad en la que muchas veces somos indiferentes ante el sufrimiento de otros o vemos una situación de violencia y pasamos por al lado como si nada en este proceso de naturalización de eso. Creo que va más por ahí, como algo general: es cierto que el deporte puede tener un rol determinante en generar políticas, programas, prevenir; pero no es el centro de esta cuestión.

   —¿Por qué creés que la sociedad está tan violenta y que naturalizamos muchas veces esos comportamientos?

   —No creo que el motivo sea algo puntual y único sino que han pasado diferentes situaciones a lo largo del tiempo en el que se van flexibilizando ciertas normas, se van permitiendo ciertas cosas, que también salen más a la luz que en otros momentos. Había cosas que antes quedaban de la puerta para adentro de la casa y hoy son más públicas, que no me parece mal: está bueno que un chico que vive una situación de violencia en la casa pueda denunciar en la escuela o en el club porque son maneras de intervenir en esa situación. Se genera esto de que esté más expuesto a nivel social y esa exposición sin un límite genera esta naturalización de estas prácticas que no ayudan a la sociabilidad.

   —¿Cómo se trabaja en los clubes el tema de la violencia, los abusos?

   —En verdad no sé si se está trabajando. ¿Cómo se debería trabajar? Creo que los clubes son buenos lugares, al igual que cualquier institución educativa, para generar charlas de prevención, talleres, puntos de denuncias de ciertas situaciones, donde hay adultos responsables que pueden asumir un rol en lo que les pueda pasar a los chicos. En una situación como esta, con el crimen de Fernando, me parece que es un momento propicio para que en las instituciones deportivas se genere reflexión, no desde un lugar de decir lo que hay que hacer o lo que estuvo mal sino de poner a los chicos en un lugar de pregunta, de cuestionar, de ver cómo ellos están atravesados por eso porque muchas veces se da por entendido que como es un tema público esto se habla en las casas y no siempre es así, aunque estaría bueno que eso suceda, que todos los chicos que están expuestos a estas situaciones puedan tener un espacio donde hablar de eso y empezar a generar conciencia de estas prácticas porque seguramente muchos chicos tienen la práctica de golpear a otros como algo natural sin tomar conciencia de que se puede llegar al punto que se llegó. Situaciones como esta pueden ser un quiebre para plantearse eso de otra manera.

   —También se habló de actuar en manada, ¿es cierto que uno se comporta diferente cuando está en grupo a cuando está solo?

   —Sí, puede suceder. Pero eso también tiene que ver con el aprendizaje y la educación que cada uno tenga de también respetar sus valores, sus decisiones más allá de lo que haga un grupo. La típica pregunta: si alguien se tira de un precipicio, ¿vos te tirás? Y uno en una situación fría dice que no, pero después en esa situación puede ser que se comporte diferente. Y en la adolescencia y en la juventud temprana el grupo de pares tiene un lugar muy significativo, y el no actuar como actúa el resto tiene un riesgo de quedar excluido. Es una edad donde se vive con cierto peligro esto de "no me puedo quedar afuera de mi grupo de amigos"; entonces se juegan otras cosas más allá de la decisión de cada uno. También es cierto que en los grupos funcionan ciertos liderazgos y a veces son positivos y otras veces no tanto. 

   —¿Qué consejos darías a los padres para hablar con sus hijos?

   —Yo no creo que haya que dar un consejo sobre como se da la charla porque nunca sabemos cuando empezamos a hablar de algo para dónde va a disparar. Me parece que el consejo es hablar y en función de lo que se genere poder reflexionar y ponernos todos en un lugar de pensar distinto, poder pensar "si mi hijo me plantea tal cosa y yo no estoy de acuerdo, ¿por qué me está planteando eso?" y no "¡no!, eso no es así". Poder generar un diálogo, que sea del otro a uno y de uno hacia el otro, en el que se respeten distintos puntos de vista y se pueda llegar a un punto, capaz que no de acuerdo, pero en el que todos estamos charlando sobre algo y tenemos distintos puntos de vista y tal vez en casos así tener como referencia el valor de la otra persona y esto de ser con otros, de que estamos en comunidad y que por más que pensemos distinto todos tenemos un valor como seres humanos que es innegable. 

La entrevista completa