Bahía Blanca | Miércoles, 09 de julio

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Pablo Arana: "Hay que resignar un poco para no perder el trabajo"

A pesar del duro momento del país, el chasista bahiense continúa gozando de éxito en una de las categorías más importantes del país. 

Fotos: gentileza Albano Facca y archivo La Nueva.

Por Tomás Arribas / [email protected]

   Pasan los años y el constructor bahiense Pablo Arana (46) sigue haciéndole frente al exigente y desafiante mundo del Turismo Nacional, una de las categorías más vistosas y espectaculares del automovilismo actual.

   Más meritorio aún, si nos detenemos a observar el desempeño de su estructura, el “Tito Bessone Toyota Team”, el que también integra paralelamente el local Juan Pipkin, ocupando frecuentemente la primera plana y logrando vencer a poderosos equipos.

   Sin ir más lejos, vale repasar lo ocurrido ayer en el Autódromo Ciudad de Viedma, en el marco de la novena fecha, donde Alfonso Domenech se alzó con la victoria en la Clase 3 al mando de uno de los Corolla que alista en nuestra ciudad.

   Previo al bautismo triunfal del piloto de Pergamino, el exitoso chasista analizó el buen presente deportivo de su escudería, la cual cuenta con el asesoramiento deportivo del ex campeón, Ernesto Bessone, titular ejecutivo del team. 

   “El balance de la temporada es bueno. Los Toyota estuvieron siempre muy competitivos y con Juan (Pipkin) estamos peleando el campeonato, aunque con un auto un poco más viejo, pero viene muy bien la cosa”, analizó Pablo.

   “Lamentablemente Fabricio (Pezzini) se tuvo que bajar dos fechas por razones personales y por eso resignó buenas chances de pelear el campeonato. De todos modos, mostramos tener potencial para pelear por las carreras”, afirmó Arana, cosa que se confirmó finalizada la final de ayer.

   —Van dos años de este desafío con Toyota. ¿Cambió algo del primer momento a la actualidad?

   —El año pasado no hemos podido tener una plantilla de pilotos estable para aspirar al campeonato. Jonathan Castellano ganó carreras y estuvo muy sólido, pero arrancó tarde y había perdido mucho terreno. Y este año, si bien empezamos con todo, ganando con Pezzini en San Luis, un problema personal le jugó una mala pasada. Son cuestiones circunstanciales, porque los autos son buenos. Pero nos queda esa cuota pendiente, pelear el campeonato.

   —¿Te costó la adaptación al proyecto que te presentó Tito?

   —La verdad que no. Lo que básicamente implicó este proyecto fue sumar un auto más, ya que antes trabajábamos con tres Cruze (Chevrolet). Ahora tenemos cuatro autos, más el de Juan que lo manejamos por separado; pero, en cuanto a Toyota, estamos muy bien. No es sencillo montar semejante equipo y con buenos pilotos. Estamos en las carreras y somos competitivos.

   —¿Cuánto se siente la dura realidad del país?

   —Cada vez más. En estas situaciones, no nos queda otra que ponerle el pecho a las balas. Cada uno la está peleando por su parte, y creo que de esa manera es como se puede seguir. Si bien tenemos muchos gastos en dólares, decidimos no aumentar los alquileres o las atenciones en pista. Es así, hay que resignar un poco para no perder trabajo. En Argentina ya estamos acostumbrados.

“Nos acoplamos muy bien”

   La sociedad Arana-Pipkin afronta su octavo año de existencia, desde el mismísimo debut de Juan en la Clase 3, en la temporada 2011, a bordo de un Chevrolet Astra.

   Desde el vamos, el vínculo exhibió un enorme potencial, con el piloto bahiense haciendo ruido y logrando buenos parciales.

   Por supuesto, con el correr de las competencias, ello se fue traduciendo en resultados y victorias; hasta llegar a 2013, temporada en que la obtuvieron el subcampeonato.

   Actualmente, si bien la historia se complicó tras el paso por Viedma (abandonó y perdió puntos), Juan vuelve a animar una definición de campeonato junto a su querido constructor.

   “Con Juan trabajamos hace muchos años y nos entendemos mucho. Cada uno tiene su forma de ser y de trabajar, pero con el paso del tiempo supimos acoplarnos muy bien”, reconoció Arana.

   “Ahora estamos en la duda sobre en qué momento poner en pista el auto nuevo, porque para eso necesitamos desarmar el actual y pasarle varios elementos. Es un desafío grande parar este Cruze y arriesgar todo para lograr que el auto nuevo (un Cruze de nueva generación) sea mejor. Evaluaremos después de esta carrera cuál es la performance del auto actual y cómo quedamos en el campeonato”, cerró.