Es necesario asumir un compromiso con la naturaleza
En el Día del Medio Ambiente, la asociación Gaia instó a considerar determinadas conductas beneficiosas.
Desde sus orígenes la humanidad consideró fundamental establecer reglas de orden para su relación con la naturaleza.
Se preocupó por el agua, el suelo, el aire, la fauna , la flora y demás elementos con los que convive y sin los cuales la vida humana no sería posible.
El antiguo testamento obligaba a dejar la cosecha sin recoger un año de cada siete e impuso otras conductas protectoras del ambiente.
En el Código de Hammurabi que rigió en la Mesopotamia asiática alrededor del año 1700 a.C., el árbol ya era cuidado celosamente, se penaba con multas muy altas a quien talara un ejemplar del huerto, porque de ellos dependía su subsistencia.
El Código de Manú (1300 a.C.) en la India, establecía multas para el caso de daños a grandes ejemplares.
A medida que la población mundial fue aumentando, muchas conductas fueron olvidándose. En el derecho romano los recursos naturales y el ambiente fueron en general temas de la comunidad, susceptibles de ser empleados por todos, salvo el caso puntual de derechos particulares de propiedad, lo que derivó en la posibilidad legal de usar y abusar de bienes.
Esta ideología liberal que justificaba y permitía el abuso en el derecho de uso fue retomada por la Revolución Francesa (1789) y continuaron políticas que toleraron los malos usos de la naturaleza. No concibiéndose el “desastre ecológico” con las características actuales, ciertos malos usos pasaron inadvertidos hasta que surgieron en el siglo pasado nuevos criterios técnicos y legales que debían dar respuesta a fenómenos, formas de vida, explotación y utilización de los recursos hasta entonces desconocidos.
Actualmente se ha tomado conciencia de la agresión a los ambientes naturales implementando programas mundiales que favorecen la integración interdisciplinaria y optimizan las experiencias como base en los eventos formativos puestos en práctica.
Los conocimientos compartidos aseguran una mejor comprensión y crean una mayor prontitud en compartir sus recursos naturales.
En nuestro país la normativa se encuentra dispersa. No obstante el panorama ha variado sustancialmente a partir de la Constitución Nacional de 1994, que consagra los derechos y garantías incluyendo los del ambiente.
Como consecuencia de reclamos ambientales, por parte del ciudadano y ante la agresión a su territorio, en poco tiempo se produjo una proliferación de organismos públicos de medio ambiente, a menudo con superposición de competencias, sin que pueda decirse que los ecosistemas hayan mejorado a causa de ello. (Fuente: Gaia).
Lo que sucede a nivel local y regional.
En el presente, el avance de la conciencia pública ha sido mayor que el de las medidas ambientales tomadas. Pero es previsible que una movilización social creciente ha logrado efectivizar muchos de sus reclamos.
Desde Gaia se recomienda colaborar con el Estado municipal, plantando árboles para que purifique el aire, preservar los espacios verdes y públicos, no arrojar desechos y consumir alimentos saludables.
Estas pautas harán que mejore la calidad de vida de cada habitante, sin ser indiferentes y asumiendo un compromiso responsable con la naturaleza.
En Punta Alta y la región se han tomado medidas positivas, como la conciencia mediante educación, ONG’s ambientales e instituciones que colaboran con la comunidad en la difusión.