Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Cada día hay más ciclistas en alto riesgo en todo el país

Junto a los peatones, se constituyen en los actores más vulnerables del tránsito. También cometen desatenciones y no cumplen con las medidas de seguridad.

   A fines de marzo, un ciclista (de 38 años) murió tras ser arrollado por 2 colectivos, mientras circulaba por la doble línea amarilla central de la avenida Santa Fe y Azcuénaga. 

   Hace pocos días, Magdalena Piccone se dirigía en su bicicleta a su trabajo, y en el cruce de dos avenidas de Buenos Aires fue embestida por un camión y falleció en el acto. 

   Algo más de un mes, en el mismo lugar, Ramiro Cayola (20) perdió la vida de forma similar al ser atropellado por un camión mientras trabajaba de repartidor en bicicleta. 

   Estos son sólo los casos con víctimas fatales en la ciudad de Buenos Aires que trascendieron en los medios. ¿Cuántos ciclistas muertos o gravemente heridos en siniestros viales debemos lamentar?

   “En la bici va una vida. Pedaleemos juntos”, decía la convocatoria de organizaciones de ciclistas que invitaron a marchar hasta el lugar de los siniestros viales, donde se colgaron bicicletas blancas en memoria de las víctimas, símbolo también utilizado en otros lugares del mundo.

   Es una realidad que los demás conductores no respetan a los ciclistas que, junto a los peatones, constituyen los actores más vulnerables en el tránsito.

Fragilidad

   Pero, por otro lado, Luchemos por la Vida realizó un estudio del comportamiento de los ciclistas el cual pone en evidencia que este grupo carece, en su mayoría, de conciencia de su propia fragilidad. La mayoría de ellos no usa el casco (74%) -su principal salvavidas- ni coloca las luces reglamentarias, ni reflectantes a su bicicleta. Tampoco se preocupa por usar ropas claras para aumentar su visibilidad. Los ciclistas ignoran el hecho de que su poca masa los hace poco visibles para los demás conductores.

   La mayoría de los ciclistas circulan sin respetar las normas básicas. 

   Por ejemplo, el 63% no respeta el semáforo en rojo, el 91 % no respeta la prioridad peatonal y el 98% no señaliza con sus brazos las maniobras.

   Además circulan utilizando auriculares y manipulando celulares.

   Las bicicletas son vehículos en el tránsito y los ciclistas deben respetar las normas como los demás. 

   Tal vez estas conductas estén relacionadas con que los ciclistas casi no han recibido educación vial -como el resto de la población-, y tampoco son sujetos de control para los agentes de tránsito, al igual que los demás conductores en su interacción con ellos.

   Además, el riesgo para ellos se intensifica con los problemas de infraestructura. La Ciudad de Buenos Aires ha elegido, como muchas ciudades en el mundo, impulsar su uso, por ser económica, saludable y no contaminante, realizando esfuerzos específicos como la inclusión de ciclovías y bicisendas en calles y parques y el sistemas de bicicletas gratis.

Trágicas consecuencias

   Muchas ciclovías no son adecuadas para una circulación segura, por su mal estado, porque son angostas con descalces y pozos, por su ubicación, las faltas de señalización y las obstrucciones que sufren  quienes las invaden con vehículos y hasta contenedores de basura. 

   Y donde no son usables o no existen, los ciclistas deben circular en medio de un tránsito anárquico y caótico y sobrecargado.

   Las consecuencias son trágicas, se estima que 436 ciclistas murieron el año pasado en siniestros de tránsito en el país, 6% de las víctimas fatales.

   Esta realidad debe y puede cambiar, si se educa vialmente a niños y jóvenes y se controla el comportamiento de los conductores de bicicleta, además de facilitarles vías seguras de circulación.