Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Juan Ignacio Iturra: “Aspiro a perseguir una carrera golfística profesional”

El jugador bahiense, quien emigró hace casi 4 años, completó con éxito sus estudios académicos en los Estados Unidos y ahora irá tras su gran sueño: insertarse en el PGA Tour.

Fotos: Gentileza Juani Iturra.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy) 

   Determinación y disciplina, el motor de los sueños. La fórmula para transformar las adversidades en motivación y así no perder de vista los objetivos.

   Ello explica como hoy, a casi cuatro años de iniciada la aventura de su vida, el golfista bahiense Juan Ignacio Iturra (22) puede inflar el pecho y decirse orgulloso: “¡Lo hice!”.

   Aunque, ciertamente, hablamos de una historia que recién comienza.

   “Cuando tenía 13 años, me di cuenta que quería jugar y vivir del golf. Pero al mismo tiempo sabía que tenía que estudiar algo, ante cualquier imponderable de la vida. No teniendo una posibilidad para hacer las dos cosas en Argentina, empecé a analizar alternativas”, contó.

   El ex Pago Chico y Palihue encontró esa anhelada oportunidad de saciar la doble ambición muy lejos del suelo que lo vio nacer. Ni más ni menos que en los Estados Unidos.

   “Me puse en contacto con jugadores que ya lo habían hecho -agregó- y me encantó el desafío. Decidí empezar a prepararme, tanto golfística y académicamente, porque sabía que iba a ser muy difícil. Pero desde el momento en que me lo propuse de chico, decidí trabajar para lograrlo. Hasta que un día se me dio”.

   En el norte del continente lo reclutó la Universidad de Flagler St. Augustine (Florida), donde, semanas atrás, paralelamente a una intachable performance deportiva, completó exitosamente sus estudios en la carrera de Administración de Empresas.

   Probablemente, hasta en tanto no pruebe suerte en el circuito profesional de Golf (ver adelante), ello sea lo más maravilloso de esta faena.

   No por nada fue distinguido como el mejor estudiante y reconocido por el propio director universitario.

   "Cualquier chico que quiera afrontarlo, lo único que tiene que hacer es proponérselo. Aunque es fundamental el rendimiento académico en la escuela y, obviamente, el talento deportivo. Pero, sobre todo, la determinación y las ganas de mejorar", enfatizó Juani.

   "Cuando adquirí la dinámica del inglés, siempre tuve facilidad para retener y entender las cosas. Así que el desempeño académico fue muy bueno, reconocido por la universidad como el mejor de la carrera. Eso fue excepcional. Mi objetivo fue siempre sacar buenas notas; una forma de devolverles a mis papás todo el esfuerzo hecho", añadió sobre su etapa como estudiante.

   Claro que no todo fueron estudios. La estadía de Juani en el campus también contempló una ardua competencia golfística: el móvil que guió este cuento de hadas...

   "Crecí mucho deportivamente. Tuve un equipo de entrenadores muy buenos, que me ayudaron mucho a progresar, sumado al apoyo bibliográfico de psicología para fortalecer lo mental. Tuvimos todas las herramientas para mejorar; la última tecnología para analizar cada uno de los golpes y unas instalaciones increíbles", resumió Iturra, quien, en su último torneo como estudiante, fue artífice del primer puesto de Flagler en el PBC Men's Championship.

   "Me motiva mucho lo que viene, aspiro a perseguir una carrera golfística profesional en el PGA Tour. Pero, para eso, tengo que elevar aún más mi nivel. Por eso pienso aprovechar este año para ser coach en mi universidad y, al mismo tiempo, seguir entrenando. Si por alguna razón no se me da, tengo la tranquilidad de tener un título. La verdad, soy un agradecido de la vida", cerró.

La otra cara de la moneda

   Claro que no todo fue color de rosas para el golfista bahiense, en su corta pero fructífera estadía en suelo norteamericano.

   Naturalmente, el abrupto desarraigo de sus seres más preciados y el radical cambio cultural al que se sometió, no fue tarea sencilla de soportar emocionalmente hablando.

   “Los primeros momentos no fueron fáciles. Recuerdo que estaba solo y tenía mucho miedo. Por suerte conocí muchos latinos, con quienes hice amistad, y eso me ayudó a despejarme. Tampoco tenía muy buen inglés; me hacía entender, pero el vocabulario y la pronunciación no era la mejor. Entonces eso te hace sentir incómodo y te molesta. No es una linda sensación cuando decís algo y te preguntan qué quisiste decir. Pero con el correr de los días, y en la medida que uno se va acostumbrando, son los mejores días que podés pasar”, reconoció.

   “Cuatro años después, te digo que fue la mejor decisión que tomé en mi vida. Por supuesto que hubo momentos muy duros, de mucha soledad o de extrañar, pero fueron mínimos. Toda la gente que conocí me ayudó a sobrepasar eso. No puedo creer que hayan pasado 4 años y que lo haya hecho como lo hice, superando ampliamente mis expectativas. Muy contento con la decisión y con cómo recorrí el camino”, cerró.