Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Los bancos se asocian con las "fintechs" para surfear la ola del avance tecnológico

Las alianzas entre entidades financieras tradicionales y empresas de base tecnológica que ofrecen servicios financieros son cada vez más frecuentes. 

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

     Son las 10 y media de la mañana de un lunes. Un cliente entra a un banco y  saca número. Mientras espera al oficial de negocios, camina por los pasillos. Cruza miradas con el guardia de seguridad, y, cada vez que se da vuelta, buscará de reojo, en su bolsillo, la pantalla del celular. 

      Pasan los minutos y el oficial no aparece. Va y viene por los boxes que separan las oficinas ("¿Tendrá mucho trabajo?", se pregunta,  y "¡Pasa que es lunes después de un feriado largo!", se responde). 

       Finalmente, lo atienden. 

      Dice que quiere hacer un plazo fijo. Cumple con las formas y lo tramita. Hasta que, comprobante en mano, se va a su casa tras ¿45 minutos? ¿una hora? ¿una hora y media? de espera. 

      Lo anterior bien podría ser la secuencia de un cliente bancario para hacer un depósito a plazo. 

       Sin embargo, más de un jóven "sub-50" se horrorizaría de sólo pensar todo el engranaje de espera, burocracia y papelería que debe hacer . Inimaginable para millennials que entienden el mundo a través de aplicaciones y trámites online. 

       Justamente, para ellos, los bancos tradicionales se vienen preparando, en un esfuerzo por transformar su negocio tradicional -prestar dinero y captar depósitos- amenazado por el incesante avance tecnológico. 

      "Los bancos comerciales tradicionales se dieron cuenta de que no pueden permanecer sin hacer nada frente a un cliente que es cada vez más exigente en cuanto a rapidez y agilidad en las transacciones. Por eso, buscan asociarse con startups fintechs --N de R: pequeñas empresas de tecnología, con ideas innovadoras, que ofrecen soluciones de pagos online, créditos colaborativos e inversiones financieras entre otras-- para acercarse a ellos", explicó a La Nueva. Gabriela Saavedra, socia Líder de Servicios Financieros KPMG Argentina. 

      Saavedra, contadora pública de la UNS y puntaltense, explicó que las entidades procuran acercarse a las fintechs absorbiéndolas mediante una compra o convocándolas para que los ayuden a aplicar ideas innovadoras. Incluso, desarrollan sus propias aplicaciones. 

      "Hoy las fintechs no son una amenaza para nosotros. Son empresas jóvenes y dinámicas que proveen un tipo de servicio orientado hacia un cliente en particular. Nosotros ponemos la a solvencia y el patrimonio,  y ellas nos acercan iniciativas para mejorar nuestros servicios, porque aún con la digitalización creciente, la gente, en algún momento, siempre va a querer ir a hablar con alguien de carne y hueso", dijo Juan Curutchet, el presidente del Banco Provincia. 

      La entidad pública bonaerense lanzó la semana pasada en Bahía Blanca Cuenta DNI, un medio de pago digital orientado a aquellos clientes tecnológicos. 

      "Mientras la banca tradicional sigue apuntando a una función de intermediación financiera mucho más potente, más enfocada en financiación de capital de trabajo y de proyectos de inversión para empresas, las fintechs se orientan a facilitar el financiamiento y el sistema de pagos a nivel de consumo", explicó Saavedra. 

      El perfil del cliente fintech es muy claro: usuarios jóvenes, con un uso intensivo de las nuevas tecnologías, muy renuentes a esperas y largas colas. Y que no quieren ni hablar de papeles. 

       "El mundo fintech les facilita esa transición, por eso, si bien en un principio lo veían como una amenaza, hoy buscan asociarse al mismo", agregó. 

     Saavedra señaló que el segmento comercial -crédito a empresas- se sigue manejando de una forma más cercana a la tradicional. 

      "El cliente que exige rapidez y agilidad es el de la cartera consumo. No está dispuesto a ir a una sucursal y quiere hacer un plazo fijo o pagar una compra sentado en un café un sábado a la tarde por ejemplo, algo impensado hace años atrás", insistió. 

      Para los defensores de esta nueva forma de banca, su desarrollo es deseable por cuanto contribuyen a la inclusión financiera y la bancarización, algo indispensable en un país donde la intermediación financiera es muy acotada con relación al tamaño de la economía. 
De hecho, datos del Banco Mundial revelan que el crédito al sector privado como porcentaje del PBI explicó apenas un 16,1% en 2017, frente al 59,8% de Brasil y el 112,6% de Chile, por citar algunos ejemplos. 

¿Y las regulaciones? 

     Una de las cuestiones que más reparos suele generar tiene que ver con la seguridad jurídica de las fintechs. 

     Con menos requisitos para cumplir frente a la banca clásica, y, por ende, mucho más ágiles para emprender ciertas operatorias, este tipo de empresas es un universo en si mismas, 

     "En realidad, todas aquellas compañías que no captan fondos de terceros no quedan alcanzadas por las normas del Banco Central. Si trabajan otorgando créditos, por ejemplo, el crédito colaborativo, no están comprendidas por estas regulaciones, lo que, por cierto, les da otra dinámica", recordó Saavedra. 

     Entonces ¿qué pasa con aquellas que ofrecen captar dinero del público? 

     "Generalmente, ya están asociadas a un banco. Ahí vemos un claro ejemplo de la relación colaborativa de la que hablé antes: la fintech ayuda al banco a captar clientes, y el banco le da,  a cambio, su estructura patrimonial para que pueda funcionar", explicó Saavedra, quien cuenta con una maestría en Dirección Bancaria de la Universidad del CEMA.  

     Algo similar ocurre con aquellas que ofrecen servicios de inversión, como por ejemplo, Fondos Comunes. En este caso, existe detrás de la misma una sociedad gerente, sujeta a las normas de la Comisión Nacional de Valores (CNV). 

     Pero el universo fintech no se agota a las pequeñas y ágiles startups. También hay grandes jugadores, como Google y Amazon. 

     De hecho, cuatro de cada diez clientes de bancos tradicionales en España considerarían abrir una cuenta o contratar servicios financieros en firmas como Google, Amazon o Apple.

      Sin embargo, el uso intensivo de la tecnología obliga a guardar cuidado en lo que hace a la cyber seguridad. Lo anterior adquiere especial hincapié en el caso de nuestro país: Argentina se encuentra en el cuarto puesto entre los más afectados por ataques cibernéticos de América Latina, según Symantec, una firma de seguridad. 

      Pero las fintechs avanzan de la mano de los bancos, quienes entendieron que sólo la adaptación asegura la supervivencia.