Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Susbielles y las posibilidades de Argentina en el Mundial; ¿habrá algún bahiense más que el DT?

El presidente de la Confederación Argentina de Básquetbol habló de la preparación del equipo, las expectativas, la responsabilidad como dirigente y la relación de este equipo con el público.

Fotos: Archivo La Nueva. y CABB

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com
(Nota publicada en edición impresa)

   “Sergio, confirmado que empezamos a entrenar a Bahía”.

   La afirmación de Federico Susbielles, en principio, inquietó al técnico Sergio Hernández.

   “¿Estás seguro de que donde vamos a ir está a la altura de lo que necesitamos para entrenar?”, preguntó Oveja, un tanto preocupado.

   Se trataba del lugar elegido como punto de partida para la preparación de la selección Argentina que jugará el Mundial de China, a partir del 31 de agosto.

   Susbielles, como presidente de la Confederación Argentina, asumía el compromiso. Estaba convencido de lo que ofrecía.

   “Es un 10”, le aclaró Chubi a Oveja.

   Lo cierto es que Argentina comenzará el sueño mundialista en Bahía, del 18 al 25 de julio.

   “Me encontré con algo superior a lo que esperaba”, respaldó el DT ni bien conoció el Dow Center.

   Susbielles, bahiense de pura cepa, sabe bien de qué se trata defender la camiseta argentina.

   Como jugador llegó a ser campeón Sudamericano de Cadetes y Juveniles. Y tuvo su incursión, fugaz, con el equipo mayor.

    “Entrené, como invitado -recuerda- con la Selección que fue al Preolímpico de Portland (1992) y jugamos un amistoso en Porto Alegre”.

    —Pudiste haber estado cerca de Michael Jordan, que jugó ese torneo.

    —Sí, cerca de darle un coscorrón (sic), je.

Susbielles, festejando con Osella.

   —¿Te sentías más cómodo siendo jugador que dirigente?

   —La circunstancia de ser jugador es que siempre sos vos, es tu arte, tu manera de jugar y de confrontar con el adversario; depende todo de vos. Cuando sos dirigente hay muchas variables que las podés imaginar y plantear, pero que tiene que ver con hacer trabajar a un equipo de laburo y muchas veces se depende de los resultados que coronan un proceso. Son otras complejidades.

    —¿Cómo te sentís con este equipo de trabajo y deportivo que irá al Mundial?

    —¡Entusiasmado!

    —¿En qué centra las expectativas un dirigente más allá del propio resultado?

    —El trabajo arduo del dirigente tiene que ver con la planificación previa, tanto de la logística, de las condiciones de entrenamiento, de los armados de las giras... Un poco, el trabajo del dirigente termina cuando empieza el torneo. Ahí el dirigente acompaña y está a disposición, pero es el momento de la competencia pura, dentro de un marco estrictamente deportivo.

    —¿En qué etapa están dentro de ese período de trabajo?

    —En los ajustes logísticos, llegada de jugadores y demás. Hay muchas circunstancias que están con los finales de las competencias, entonces tenemos un diálogo permanente con el equipo. Pero hay un sistema de trabajo que, a través de los años se fue aceitando. La matriz está.

No se puede fallar

   —¿Los equipos de los jugadores que están en el exterior pueden poner límite a los plazos de tiempo de trabajo?

   —Normalmente, el jugador que termina la competencia queda liberado. Reglamentariamente hay un plazo de dos semanas previo a la competencia, que el jugador, si no tiene ningún tipo de lesión, debe estar disponible. Para competencias de este tipo hay mayor flexibilidad y el jugador tiene más tiempo disponible.

   —Le aseguraste a Oveja que el Dow estaba a la altura de las exigencias. Y aceptó con los ojos cerrados. ¿El vínculo y la confianza con cuerpo técnico y jugadores se fue fortaleciendo a través del tiempo?

   —Sin dudas. Con el correr de los años nuestra estructura se fue profesionalizando y tengo claro las exigencias que tiene el equipo y todo lo que se debe contemplar.

La Selección de la gente

   —¿Se está aprovechando la imagen de la Selección a nivel internacional?

   —Creo que el equipo está atravesando un nivel deportivo alto, con una Selección con mucha empatía en la gente; el proceso de eliminatoria cimentó una relación de esta nueva generación con el público y el deporte argentino.

   —¿A qué lo atribuís?

   —La circunstancia de la convivencia de jugadores jóvenes con los últimos años de algunos de la Generación Dorada, donde la última posta grande fue en los Juegos de Río, con Nocioni, Ginóbili, Scola y Delfino... También, lo que no tiene que ver con el juego específico y sí con el relacionamiento, con algunos valores y con cierta química que este equipo logró trasladar. Hoy el equipo es mucho más vertical, defiende más agresivamente, juega más rápido, a más posesiones, pero afuera de la cancha mantiene esa hermandad, la alegría de estar juntos y de dejar de lado lo individual para construir un colectivo más fuerte.

Luis Scola, el referente de la Selección.

   —Y eso se plasma en la cancha.

   —Seguro. Con un equipo que es más competitivo de lo que muchas veces cada individualidad puede generar, y afuera, con un producto que es muy genuino y cercano a la gente. En esto hay mucho de cada jugador, como Campazzo, Laprovíttola, Scola o Deck y lo que generan como producto individual y, a la vez, que ellos colectivamente irradian algo lindo, fresco, genuino, que la gente lo devuelve con fidelidad y cariño.

   —¿De qué manera repercute?

   —Internacionalmente nos generó también estar un poco a la vanguardia junto con Estados Unidos y tener muy buenas invitaciones para poder jugar y, en materia de sponsor y comercial, la Selección tiene un nivel muy bueno. Logró subir la vara y te diría que tiene una plataforma comercial superior a lo que generaba la Generación Dorada.

   —¿Qué lineamiento mantuviste para tener el respaldo de la vieja guardia de la Selección, cuánto influye y qué responsabilidad te genera?

   —Es una responsabilidad grande, porque uno siente que ese respaldo y respeto por la gestión son muy importantes, no solo para la gestión, sino para el básquet argentino. Es importante seguir teniéndolos cerca, que sean motivo de consulta, poder conversar en algunos casos seguido y en otros, cuando ellos observan que hay algo que los preocupa.

Linda incertidumbre

   —¿El nivel de las eliminatorias fue un buen banco de prueba para saber qué puede llegar a desarrollar la Selección?

   —La eliminatoria sirvió para ensamblar al equipo y terminar de darle un perfil e identidad, más allá de las diversas formaciones. Y, la verdad, lo lindo es que todos tenemos esa incertidumbre de saber dónde está parado el equipo a nivel internacional, a la hora de jugar con los europeos y los mejores. El equipo sabe que tiene buenas armas para competir y un potencial importante. Esa expectativa que generó, lo hace estar número cinco a nivel mundial, ser cabeza de serie y que haya un signo de interrogación, pero con una expectativa muy fundada de que Argentina puede ser una sorpresa muy positiva en el Mundial. Tenemos aspiraciones de poder avanzar y de acceder a un boleto al Juego Olímpico, que es el gran objetivo que tiene el equipo. 

Chance bahiense

   —¿Se avanzó en algo respecto de lo que será la preparación del equipo en nuestra ciudad?

   —Estamos trabajando en algunos detalles, como la adaptación de algunos espacios para esparcimiento y demás. Nos queda ajustar lo que será el entrenamiento abierto del día 23. Va a servir para poner en valor lo que Pepe (Sánchez) y Bahía Basket han realizado con este legado como el Dow Center. Y que la gente pueda disfrutar al equipo.

Susbielles, Pepe y Oveja, en el Dow.

   —Si bien cuando se trata de la Selección somos todos argentinos, ¿qué significa para vos poder montar esto en tu propia ciudad?

   —Es una responsabilidad un poco más grande. Sabemos que siempre hay un gran reflector apuntando a lo que Bahía puede dar, pero a la vez es una tranquilidad. Cuando organizamos el torneo de las Américas U16, la Americup de Mayores, haciendo las refacciones en Estudiantes o ahora mismo, comprobamos una vez más que nuestra tierra es de básquet y ama este deporte, eso te da un plus. La ciudad va a abrazar a la Selección en su preparación y el equipo se irá fortalecido, con una energía especial.

   —Todos los que participaron de las eliminatorias podrán ser convocados. ¿Sospechás que algún bahiense pueda integrar los 12?

Lucio Redivo y Lucas Faggiano.

   —Creo que sí. No tengo dudas. No quiero invadir el terreno de Sergio (Hernández), pero me parece que Lucio Redivo hizo una gran eliminatoria, está muy consolidado en su equipo en España. También Lucas Faggiano, en una posición que es muy competitiva en el equipo, hizo un gran aporte en un momento muy importante, cuando Argentina tenía que abrochar la clasificación. Independientemente de la decisión de Sergio y de lo que sea la confección tanto del equipo que entrenará acá como el que vaya al Mundial, como bahienses podemos estar muy orgullosos del papel y desempeño de ambos.