La pringlense que nació para el deporte, aunque debió reinventarse
Fue parte de la época dorada del hockey de Monte y, también, llegó a la selección Argentina de rugby. Una lesión le puso freno. Hoy corre y es kinesióloga.
Por Mikel Iñurrategui / [email protected]
“Todos me preguntan cómo hago tantas cosas a la vez, ja, ja”, reconoce Carolina, mientras interrumpe su cargada rutina en Buenos Aires para contar su particular historia.
Su pasado: fue capitana del logro más importante a nivel clubes del hockey de la Asociación Bahiense; integró el seleccionado argentino de rugby; se recibió de Profesora y Licenciada en Educación Física y de Kinesióloga.
Su presente: estudia Osteopatía, trabaja en la Unión Argentina de Rugby y en la Unión de Rugby de Buenos Aires como kinesióloga y encontró en el running su nueva conexión con el deporte.
“Es verdad -agrega- que vivo bastante a mil, pero al hacerlo con tanta pasión, lo disfruto. No es que me estresa; trato de ir disfrutando de las pequeñas cosas”.
Aunque parezca mucho, todos los logros cumplidos y los que le restan pertenecen a una sola persona: Carolina Ohaco.
La pringlense de 30 años vino a Bahía a estudiar Educación Física, misma profesión que su madre, quien junto con su familia le inculcaron desde que era niña el amor por los deportes.
En su estadía en nuestra ciudad, Carolina jugó al hockey en la época más gloriosa de Atlético Monte Hermoso y, paralelamente, comenzó rugby en Argentino, hasta llegar a la selección argentina.
Pero cuando había apostado todo a su sueño con la ovalada, dos lesiones en sus rodillas -en menos de un año- la obligaron a poner punto final a su carrera.
“Mi sueño sigue siendo llegar a un Juego Panamericano o un Juego Olímpico, ahora como kinesióloga. Los sueños siempre se renuevan a medida de que los vas cumpliendo o los vas desechando, pero mi forma de ver la vida es esa: seguir en buscas de nuevas metas”, explica Ohaco.
Ohaco (primera desde la izquierda), en un entrenamiento con la selección argentina de rugby.
Carolina encontró en la vida espiritual la forma de salir a adelante cuando “el mundo se le vino abajo” y en el dolor ajeno, la enseñanza ideal para comprender y superar el propio.
“Había hecho las cosas muy bien, y me sentía bárbaro. Ya estaba sintiendo perfecta la rodilla operada y me lesioné la otra, que fue más mala suerte que otra cosa, porque se me cayó una chica de atrás", rememora.
Y ahí fue el momento de pensar en qué hacía con su vida.
"Me volvía a Bahía o me quedaba acá con la oportunidad de ser “Kine” (sic) de la Selección o estar en la Unión de Rugby de Buenos Aires. Me quedaban dos o tres años de estudios -recuerda- y la charla fue: “cuando te recibas, avisanos”.
—¿A qué te aferraste en ese momento tan difícil?
—Emmm...¡ja! Mi familia estaba siempre, pero se encontraba lejos, entonces fue muy difícil. En ese momento me aferré mucho a Dios, empecé a ir a la Parroquia y a tener mucha más vida espiritual, algo que hasta ese momento no le daba bola. Además, empecé a ser Payamédico y a hacer un voluntariado que se llama "Cuéntame tu Sueño”.
El mismo se trata de cumplirle el sueño a nenes que están en situación terminal.
"En ese momento yo estaba realmente mal, y poder ayudar a otros en su dolor y ver que los dolores de otros eran mucho más importantes que los míos, creo que me hizo caer la ficha de que era una pavada lo que me había pasado", admite.
Ser testigo de otras realidades más crudas cambió la mirada de su realidad.
“Entre lo que hicimos, ayudamos a cumplir un sueño a un nene que quería conocer a Carlos Tévez y a los 20 días falleció. Eran cosas muy fuertes.
Todo eso -admite Caro- me ayudó mucho a salir adelante; empecé a hacer amigos que le importa mucho la vida de los demás, porque el rugby te inculca muchos valores, pero a veces sentí que me quedé un poco sola después de las lesiones. Eso fue un poco feo, porque si bien el rugby tiene valores hermosos, las personas no dejamos de ser personas y, a veces, también nos equivocamos. En los voluntariados me armé de amigos que se convirtieron en mi familia en Buenos Aires”.
A ese presente en Buenos Aires, la multifacética pringlense le sumo otro deporte y nuevamente con buenos resultados, cuando el pasado 13 de abril ganó una carrera de montaña (Trail) disputada en Junín de Los Andes.
“Al principio me costó un montón volver a hacer deporte, encontrarle el disfrute, de pasar a entrenar mucho a no tener ninguna motivación, un torneo o un objetivo, me costaba decir voy a hacer deporte solo por salud. Por un amigo llegué a un grupo de running, empecé ahí y de a poquito me fui sintiendo cómoda. Ahora sí, más que nada, lo hago por algo social, pero encima nos está yendo bien…", dice Caro.
Toda su vida estuvo relacionada al deporte.
"Para mí es una manera de vivir la vida, aunque no lo practique, tengo que estar en contacto con el deporte. El Trail me dio amigos que era lo que me estaba faltando”, asegura.
“En Monte nos inculcaron que ‘se podía’ y creo que eso cada una después pudo aplicarlo en el deporte y en la vida”
La época dorada
El Club de Pelota de Pringles fue el lugar donde Carolina comenzó a jugar al hockey, hasta que a los 17 años llegó a Atlético Monte Hermoso.
"En Pringles tuvimos un equipo muy lindo, con muy buenos resultados. En Monte Hermoso fue el mejor grupo en el que pude estar a nivel clubes.
Creo que ese grupo fue especial para todos, porque salir de una ciudad tan chiquita como Monte y de pronto estar jugando la final del Campeonato Argentino, con tres o cuatro chicas que después fueron Leonas y otras tantas que llegaron a Leoncitas, fue muy especial. Yo llegué a donde llegué -agradece-, por Monte".
—¿Qué te quedó de todo lo que viviste en Monte?
—Creo que nos inculcaron salir a ganar, en saber que se podía y considero que eso, cada una pudo aplicarlo no solamente en el deporte, sino en la vida o en otros ámbitos.
—¿Qué tenía de especial ese grupo?
—Tuvimos la suerte de que vayan a entrenarnos el "Chapa" Retegui y "Cachito" Vigil (NdR: actual y ex DT de Las Leonas). Vigil nos dejó una frase que decía: “cuando la mística empieza a rodar no hay nada que la detenga”. Creo que Monte tenía eso, algo que se llevaba innato; vos veías a tu compañera que se estaba matando y hacías lo mismo. Esa esencia de Monte Hermoso no sé cuantos equipos la tenían incorporada; por lo menos en los que participé yo fue muy difícil volver a ver un grupo humano así.
Sueño celeste y blanco
La puntaltense María Eugenia Botelli (primera arriba desde la izquierda) y Carolina Ohaco (a su lado), en Las Vegas con el Seleccionado.
En 2012, Carolina repartía su actividad entre el hockey, el rugby y los estudios.
"Era una locura, pero de los dos lados lo entendían y ese año la pasé increíble", reconoce.
Luego de ese año glorioso, por exigencias de la UAR debió tomar una decisión y fue en busca de su sueño.
El rugby le permitió representar al país, donde llegó a hacerlo en 2013, en un Sudamericano y en una etapa del Circuito Sudamericano de Seven.
"Con el rugby cumplí el sueño de llegar a la Selección -entiende-. En cambio, con el hockey mi techo era el club y lo que logré con el seleccionado de Provincia de Buenos Aires. Con el rugby pude dar ese salto de calidad y estaba apuntando a los Panamericanos de Toronto 2015 y lamentablemente me quedé en el camino".
—¿Considerás que pudo haberte perjudicado desde lo físico practicar las dos actividades?
—No, porque cuando me lesioné ya había dejado de jugar al hockey, estaba dedicada 100% al rugby. De hecho en 2012, que hacía las dos actividades a la vez, me sentía súper bien y fue en ese momento en que di el salto.
—¿Dirías que tenés una facilidad para el deporte?
—Más que facilidad es pasión, me gusta el deporte en sí. Al principio no quería saber nada con el rugby. De hecho el profesor Carlos Burgos estuvo incistiéndome mucho para que empiece, él hizo que me motivara y dejara los prejuicios de lado y empezara; y después realmente me encantó.
“Un orgullo ver como la mística sigue rodando”
En Mar del Plata, Caro (tercera arriba desde la izquierda), se reecontró con su querido Monte Hermoso; esta vez como Kinesiológa.
“Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida. Un orgullo ver como la mística sigue rodando”.
Con esa frase, Carolina Ohaco celebró su regreso a Atlético Monte Hermoso, esta vez como kinesióloga del plantel en el Campeonato Regional 2018.
Su último partido como jugadora fue en 2012 (ver aparte), cuando se fue tras el sueño del rugby.
“En su momento la gente de Monte entendió perfectamente que ese era mi sueño y se alegraron mucho por mí”, recordó Caro.
En Mar del Plata y unos cuantos años después, su camino y el de Monte volvieron a cruzarse.
"Estuvo bárbaro poder verlo de otro lado. Me encantó volver como “Kine” porque sé lo que son las lesiones y lo que un jugador siente cuando tiene que dejar de entrenar un día o cuando tiene una lesión larga", contó.
“Más allá del equipo -agregó- Monte Hermoso comunidad fue muy lindo para nosotros. De pronto ibas a un kiosco y tenías una gigantografía de goles nuestros, o del equipo, los bomberos esperándonos cada vez que ganábamos un título... Era algo realmente increíble y este viaje con las chicas fue conectarme un poco con todo eso”.
Así se celebraban en Monte los logros de Atlético.
“Me propuse prepararme lo mejor posible”
Una vez superado el mal trago de las lesiones, Carolina Ohaco volvió a enfocar sus objetivos.
“Desde el momento en que dejé la Selección como jugadora, me propuse prepararme lo mejor posible para, si me llegaba a tocar trabajar como kinesióloga, estar súper preparada por si llegaba el momento. Por suerte se dio y es hermoso. Igual sigo preparándome para dar lo mejor de mí, no como jugadora pero sí para que las chicas sepan que van a estar al 100% de lo que es mi parte”, reconoció la pringlense.
Al igual que tantas otras veces, Carolina se propuso algo y lo consiguió.
Tan es así, que forma parte del plantel del seleccionado femenino de rugby que disputa en Asunción del Paraguay el Seven Sudamericano.
“Es una manera de ser. Siempre pensé en aprovechar el tiempo que estuviera en Buenos Aires y a esta edad poder formarme bien, para cuando me tocara poder tener trabajo y más si estaba relacionado con el deporte” agregó.
El teléfono no tardó en sonar cuando se recibió.
“Me contactó María Vago, que está trabajando muy bien en la UAR, para que yo la reemplace cuando ella no puede estar”, explicó.
Algunos datos de sus logros
-En Córdoba. El 16 de diciembre de 2012, Atlético Monte Hermoso se consagró subcampeón nacional (ya era multicampeón local) tras caer en la final de la Liga de Honor ante Popeye (Salta), por penales, tras igualar 2 a 2. Aquella tarde, Carolina fue titular y disputó su último partido con el albirrojo.
En la Liga de Honor 2012. Carolina (derecha) llega a festejar un gol Zuologa, quien ya celebra con Argüello y Juárez (10).
-Con "Uche". El 1 y 2 de febrero de 2013, apenas unos días después de su logro con Monte, Ohaco y la puntaltense María Eugenia Botelli, formaron parte del seleccionado argentino de rugby que jugó (por primera vez en su historia) una etapa del Circuito Mundial de Seven, en Houston. Las jugadoras de Argentino también afrontaron el Sudamericano, en Río de Janeiro.
Ohaco y Botelli en una producción para La Nueva., en 2013.
-Recuerdo. "Nos llamaron por teléfono justo el Día de los Inocentes. Y la noticia me tomó por sorpresa... Cuando me llamó el técnico empecé a gritar y a saltar. Lo primero que hice fue llamar a mi mamá, que al principio se asustó por mis gritos, hasta que pudo entenderme lo que le estaba contando", contó Carolina en una nota de La Nueva. en 2013.