Trece años de apoyo a quienes padecen violencia
La ONG Manos Entrelazadas se propone todos los días nuevos desafíos para atender los diversos casos.
Natalia Miguel
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Hace trece años, Encarnación Quiroga inició un camino difícil, solitario, y prontamente fue sumando voluntades para llevar adelante el gran objetivo de ayudar a quienes son víctimas de violencia de género.
Hoy, reconoce que la senda sigue complicada, que las situaciones se visibilizan cada vez más. Pero tiene el alivio de saber que se hace mucho, en un trabajo en red, sin descanso y que aún restan tareas y esfuerzos.
"Es un desafío constante. Pasamos por muchas cosas en la institución y también fuimos ganando espacio y nos queda mucho por transitar", dijo la impulsora de la organización no gubernamental Manos Entrelazadas.
"Es un espacio que nos sirve como sociedad para poder vincularnos de la mejor manera. Es tratar de estar bien con nosotros mismos. Para quien está sufriendo violencia es importante saber que hay un lugar donde puede ser asistido. Somos una institución que está trabajando en serio y con el respeto que se merecen todas las personas, tanto hombres como mujeres", dijo Quiroga.
El equipo de profesionales que la respalda, la alienta para continuar. "Es importantísimo trabajar en grupo. Vamos sumando experiencias. Ellos aprenden entre ellos. El psicólogo aprende de leyes y de trabajo social. El trabajador social aprende de psicología. Es un grupo interdisciplinario y todos se llevan algo cuando se van de la institución donde trabajan ad honorem y con el corazón".
"La gente recibe un abrazo fraterno y sobre todo es escuchada. Es difícil mantener las instalaciones (funciona en la Casa 80 del Barrio Cooperativa), pero estoy en los detalles para que los profesionales desarrollen su tarea en un lugar cómodo y quienes se acercan encuentren una casa cálida. Tienen que saber que no es una oficina, sino un hogar, donde se los escucha y pueden despojarse de ciertas cosas y, mediante los profesionales, emprender una nueva vida", dijo.
La deuda pendiente, subrayó, es la habilitación de un hogar de tránsito.
"Es una de las herramientas fundamentales. Nos falta en Punta Alta. De esa manera, se podría asistir a las personas que quedan en situación de calle", indicó.
En tanto la doctora María Varas Rodríguez, señaló que trabajar en red, con organismos de la ciudad, es clave. "Esto nos permite que realmente las personas puedan salir de las situaciones de violencia. Nosotros ofrecemos asesoramiento y contención, pero es necesario que el Estado esté presente en sus diversas áreas".
Búsqueda de salidas. No es sencillo resolver las problemáticas.
Factores. "Es muy difícil porque no estamos hablando de algo que se resuelva con un papel, sino de la emoción de las personas, de situaciones de vida que no tan sólo comprometen a un integrante de la familia, sino a todos, incluido a los niños", dijo la abogada.
Por la situación familiar. "Hace que esto sea un proceso largo. Entonces resolverlo es una cuestión interdisciplinaria, una tarea mancomunada, para que sea lo más llevadero posible", agregó.