Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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La mayoría de las firmas locales destina pocos recursos a la inversión tecnológica

Un informe del Polo Tecnológico señala que el gasto   que se destina al software es bajo, aunque frecuente. 

Mariela Scudelati, Mauro Gesuitti (autores del informe) y Ricardo De Weerth (presidente del PTBB). Foto: Jano Rueda-La Nueva.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Un estudio del Polo Tecnológico del Sur (PTBB) concluyó que las inversiones en software de las firmas locales, por medio de las cuales, se puede expandir la productividad de las mismas, se encuentra en niveles bajos, a pesar de que la frecuencia con que se realizan es un dato por demás alentador. 


Los resultados surgen de un estudio realizado a finales del año pasado entre 421 empresas de nuestra ciudad, sobre las cuales, se obtuvo respuesta positiva en el 63,65 por ciento de los casos (unas 153 firmas). 


Sobre este total, 116 completaron la encuesta, 18 son empresas cuyo centro de decisión está fuera de Bahía Blanca (y por lo tanto no podían responder), al tiempo que 19 manifestaron que no usan software. 


Si se observan los sectores a los que pertenecen  las empresas contactadas, se encuentra que 10 empresas son del rubro Agricultura y Ganadería, 13 Industrias, 15 empresas de la Construcción, 38 del rubro Comercio y Reparación vehículos, 2 Hoteles y Restaurantes, 11 de Transporte, Almacenamiento y Comunicaciones, 2 de Administración Pública, 9 de  Servicios, 11  Ingeniería y mantenimiento industrial y 5 de otros sectores.


Entre las empresas que contestaron acerca de la facturación (97 firmas) el 39% factura menos de 3 millones de pesos al año, el 37% lo hace entre 3 y 20 millones de pesos al año y el 24% factura más de 20 millones de pesos al año.
Si se observa el nivel de empleo se encuentra que el 63% tiene menos de 10 empleados, el 27% entre 10 y 50 empleados, mientras que sólo el 10% ocupa más de 50 personas.


Con todo, el resultado global fue que apenas el 4,3 por ciento de las empresas que completaron la encuesta invierte más del 20% de su presupuesto en software, con un 47% de las empresas que asignó un porcentaje de menos del 1% hasta un máximo del 5%, un 15,5% que invirtió entre el 6 y el 20%, y un 16% que no destinó nada. El resto que manifestó no contabilizar el monto invertido. 


Los datos reflejan la baja inversión tecnológica de las firmas locales, entre cuyos beneficios se destaca el hecho de que permite aumentar su productividad, a la vez que derrama efectos positivos sobre la economía local, que posee una pujante y prometedora industria de desarrolladores de software. 


“Se observa una creciente demanda de software pero resta camino para que sea prioritaria dentro de las inversiones locales. Esto es parte de que las empresas se encuentran transitando su transformación digital y eso no sólo involucra adquirir desarrollos sino realizar cambios en procesos y cultura organizacional”, señalaron los autores del informe.


Agregaron que “sin dudas, la inversión en software permite a las empresas transformarse digitalmente, optimizar sus procesos productivos y no perder competitividad en un mercado que innova continuamente”.
“A esos beneficios se le suma el hecho de generar inteligencia de negocios (BI o Business Intelligence) a partir de los datos recolectados que repercuten directamente en mejores tomas de decisiones para los dueños y directivos locales”.


Frecuencia 
Pese a lo bajo de los montos de recursos destinados al software, el indicador de periodicidad  del gasto en el mismo muestra porcentajes muy alentadores, ya que el 73% de las empresas (85 entrevistadas) declara realizarlo al menos una vez al año. 


Si se descompone esta cifra, se encuentra que el 53% de esas 85 empresas realiza gastos al menos una vez al año y el 47% lo hace más de una vez al año. 


Apenas son 6 las que responden no realizar gastos nunca y 18 hacerlos una vez cada dos o cinco años.


El monto de inversión en software que realizan las empresas da una idea del tamaño del mercado y las futuras demandas esperables. 
Por tal motivo, se les preguntó cuáles fueron sus rangos de inversión en software durante 2018. 


Las respuestas obtenidas muestran que la mayoría de las empresas -67 de ellas que, explican un 58% de las respuestas-  gastaron  menos de 10.000 y hasta 100.000 pesos. 


También se encontró que sólo 4 de las empresas entrevistadas invirtieron más de $1.000.000 en la compra de software, 6 entre $100.000 y $1.000.000, mientras que 35 empresas no realizaron ningún gasto, al tiempo que el resto manifestó no saber o no contestar la pregunta.


¿Cerrado o flexible? 


A la hora de analizar proyectos de inversión en software, el informe muestra que la forma de contratación que más se conoce es a presupuesto cerrado (es decir, la empresa presenta la necesidad y el desarrollador pasa una cifra estimada que se acepta o rechaza) , pero las restantes son ignoradas en su mayoría. 


Así, se desconocen modalidades de contratación más flexibles, como por horas de desarrollo, por etapas y contratación de recursos humanos para desarrollar en la propia empresa, entre otras.


Y esto a pesar de que la contratación flexible permite un ahorro de recursos de hasta el 40% para las empresas, generando, incluso, un software de mayor calidad. 


Además, estudios internacionales confirman que menos del 45% de los requerimientos iniciales se terminan utilizando, al tiempo que todos los proyectos de software sufren cambios durante el desarrollo, generando conflictos entre las partes.


La otra cuestión tiene que ver con el tipo de software en el que se invierte. 


En ese sentido, las alternativas para las empresas se dividen entre software realizado a medida de las necesidades de la empresa , aunque algo  más costoso y aquellos que son "enlatados", cuyos costos son menores, aunque no cubren todas las necesidades de la empresa, ya que se trata de productos con un elevado grado de estandarización


De acuerdo con el estudio del PTBB, el 51% de los encuestados prefiere la segunda opción, mientras que el 39% elige contratar software a medida, encontrándose una fracción que declara que su decisión depende de las necesidades.