Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Pese a los tarifazos en luz y gas, el Estado no logra ahorrar en subsidios

La política energética del gobierno nacional apuntaba a reducir el gasto del Estado trasladando el mayor peso del precio a los usuarios. En una primera etapa lo logró, pero la ecuación se volvió a revertir.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   El servicio domiciliario de gas natural en Bahía Blanca aumentó un 1.950% en los últimos 5 años y, la luz, un 810%, según un estudio de octubre del año último publicado por el Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA).

   Las mayores subas se produjeron a partir de 2016, cuando entró en vigencia la política energética del gobierno de Cambiemos, que apuntaba a trasladar costos a los usuarios reduciendo los altos niveles de subsidios otorgados por el gobierno anterior.

   Los objetivos eran bajar los gastos del Estado y mejorar la capacidad de inversión de las empresas ante la escasez de recursos. En especial, del gas, ya que Argentina dejó de ser un país exportador para comenzar a importar a ritmo intenso en 2008.

   En cuanto a la primera etapa, la finalidad no se cumplió.

   “En el servicio de energía eléctrica, y luego de los dos primeros años de la gestión Cambiemos, se había alcanzado que los usuarios afrontaran el 70% del costo de generación, que es la parte más fuerte del monto de facturación. En cuanto al servicio de gas, pagaban el 60%”, dijo el ex concejal Matías Italiano, quien realiza un seguimiento de estos servicios desde su etapa en la función pública.

   Agregó que, durante el gobierno kirchnerista, el Estado subsidiaba un 81% del costo del sistema de gas, número que se mantuvo hasta septiembre de 2016.

   “La gestión de Mauricio Macri planteó llegar al año 2019 sin subsidios en la tarifa del gas, situación que no va a ocurrir. En 2017 se subsidió un 38% del servicio y, hasta mayo de 2018, un 31%. Venía bajando. Pero, con la devaluación, los subsidios debieron aumentar y hasta octubre ascendieron al 65%. Este año el gobierno va a seguir subsidiando en el orden del 60%, no tan lejos del punto inicial”, señaló Italiano.

   En el servicio de energía eléctrica, añadió, la estatal CAMMESA requirió un poco más de $75.000 millones del Estado Nacional durante 2017 y, en 2018, se giró aproximadamente la suma de $110.000 millones.

   “Si los fuertes incrementos tarifarios, que afectaron considerablemente la economía de los usuarios, buscaban reducir los subsidios a los servicios públicos, y pese a ello, el Estado continúa subsidiando, las preguntas son: ¿Dónde está ese dinero? ¿Quién se beneficia con los fuertes aumentos de tarifa? ¿Quién se beneficia con el dinero de los subsidios?”, concluyó Italiano.

Por si fuera poco, impuestos

   Para el economista Oscar Liberman, este gobierno empezó con dos problemas: tarifas muy bajas respecto de los precios internacionales y un Estado que subsidiaba un porcentaje demasiado alto del valor.

   “Aclaremos que se trata de un inconveniente que viene desde la pesificación asimétrica, es anterior a Cristina. Pero tanto el gobierno de Eduardo Duhalde como el kirchnerismo, lejos de solucionarlo, lo metieron en el freezer”, dijo.

   La curva en “U” que muestra el aporte de subsidios a la energía durante la administración de Cambiemos tiene que ver, según explicó, con que se fueron retirando subsidios pero no se bajaron en forma proporcional los impuestos de los servicios públicos.

   “Al contrario, algunos aumentaron. Y la carga fiscal de la energía o los combustibles es altísima, en torno al 50%. Cuando vino la devaluación de abril-mayo de 2018, el gobierno necesitaba reacomodar los precios internacionales porque se dispararon, pero era demasiado fuerte el traslado a los usuarios. Por eso volvieron a subir los subsidios”, agregó.

   Otra “trampa”, comentó Liberman, es que cada peso que aumenta la tarifa, implica mayores ingresos al Estado vía impositiva.

   “O sea, cuanto más caro es el producto, más recauda el fisco, con lo cual no hay incentivo en el Estado para reducir esa carga”, dijo el titular de la Fundación Mercado.

Vaca Muerta, menos cortes y las renovables

   Acerca de la inversión empresaria, los resultados a la vista son dispares. Lo más positivo es que la producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta permitirá volver a exportar gas este año, desde el puerto de Bahía Blanca.

   La barcaza Tango, de YPF, realizará la operación en abril y probablemente mayo, hasta que comience el frío más riguroso y todas las reservas se utilicen para el mercado interno.

   Allí la duda es si el buque regasificador que permitió el proceso de inyectar gas importado entre 2008 y 2018 deberá volver al puerto local por falta de abastecimiento en el país o si, efectivamente, el acto de despedida de fines del año pasado, encabezado por el presidente Macri, fue un adiós definitivo.

   En cuanto a la energía eléctrica, el gobierno sostiene que hubo menos cortes de luz que en veranos anteriores debido a las obras de mejoramiento. Además se vienen sumando importantes inversiones en energías renovables, aunque su efecto en el sistema nacional por ahora es mínimo.

   Para este año se esperan aumentos por encima del 55% en la electricidad y del 35% en el gas. El agua subirá en marzo un 38% el metro cúbico aunque, en este caso, "no hay subsidios", indicó Italiano