Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Un primer balance que entusiasma

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   Era inocultable el estado de optimismo entre funcionarios del gabinete nacional luego de la presentación en sociedad del mega proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública que entró hoy en el Congreso y que se espera que sea sancionado por ambas cámaras del Parlamento de aquí al viernes 27 de diciembre.

   "Arrancamos bien", se limitó a confirmar ese estado de ánimo un funcionario que frecuenta el primer piso de la Casa Rosada, justo al cumplirse exactamente una semana de la asunción de Alberto Fernández como presidente de la Nación.

   La reacción de los funcionarios con despacho en Balcarce 50, una línea discursiva que se pretende que "haga carne" en la sociedad, es que con las medidas que se esperan aplicar a partir de la sanción de la ley de Solidaridad Social, el presidente Fernández viene a dar vuelta la historia en un sentido puntual. Es decir que llega un gobierno que él encabeza que va a trabajar "para sacar del pozo a los que menos tienen, para favorecer a los que cayeron en el fondo del pozo de la pirámide social". Una forma de machacar con la idea de que el anterior gobierno, y particularmente Mauricio Macri como mayor destinatario de aquel latiguillo, "gobernaba para los ricos".

   En el plano que importa que va más allá de lo discursivo o de la apelación a una que otra chicana, como la señalada, en la Casa Rosada destacan un hecho que despeja dudas que existían y aún existen en economistas y observadores: que el mega proyecto "no es inflacionario".

   Se lo explicaba en la previa a un gobernador del centro del país que aguardaba para la cumbre entre los mandatarios y Fernández, un hombre de perfil técnico de la Jefatura de Gabinete. "Con esta ley esperamos el aporte de aquellos que más tienen para poder cubrir las necesidades de los que menos tienen, y eso sin darle a la maquinita", sostenía el funcionario.

   Esa decisión, la de no emitir un solo peso para solventar el mega plan, "es el alma" del paquete de medidas, como sostenía un funcionario que terminaba de mirar la conferencia de prensa que brindó antes del mediodía el ministro de Economía, Martín Guzmán. "No vamos a emitir, no vamos a darle a la maquinita", fue un latiguillo que se escuchó seguido durante la mañana en la Casa Rosada a la hora de justificar el costo fiscal, todavía no estimado ni por el propio titular del Palacio de Hacienda, del paquete de ayuda a los sectores más bajos de la sociedad.

   Se reconocía al mismo tiempo que hubo dudas hasta último momento sobre algunas de las medidas que se pretende aplicar, en las varias reuniones que el presidente Fernández mantuvo hasta la madrugada de hoy en Olivos con casi todo su gabinete, pero en especial con Guzmán, Matías Kulfas, Cecilia Todesca y Santiago Cafiero. "Ellos estuvieron en todas las reuniones, los que salían y entraban eran los equipos técnicos", graficó una fuente.

   Una de aquellas dudas, que quedó zanjada en las últimas horas y que demoró en casi 24 horas el envío del proyecto de ley al Congreso, fue la decisión de finalmente incluir al denominado dólar para atesoramiento, es decir los 200 dólares por cuenta y por persona que se pueden adquirir por mes en el marco del cepo, en el recargo del 30 por ciento que en principio solo alcanzaba al dólar turista y las compras en el exterior con tarjetas de crédito.

   En su primera semana de gestión, el gobierno del Frente de Todos quiera dar la impresión más acabada de que lo que hoy fue al Congreso es un "plan asistencialista" y que lo que busca es "la equidad" entre los sectores que pueden hacer un esfuerzo, como el que otra vez se le reclama al campo o a las empresas de servicio que deberán congela sus taifas, o el encarecimiento del turismo externo, y aquellos a los que Alberto mencionó en su mensaje ante la Asamblea Legislativa como "los últimos", los que en los cuatro años de gestión macrista engrosaron las estadísticas sobre pobreza, indigencia, desempleo y destrato social.

   "Estamos cumpliendo de esta manera con la promesa de la campaña de ponerle un poco de plata en el bolsillo a la gente que más lo necesita, de eso se trata", dijeron en un despacho cercano al de Juan José Olmos, estrecho amigo y Jefe de Asesores de Fernández.