Kovadloff en Bahía: “No sabemos si lo que está en juego es la república”
Uno de los pensadores más lúcidos del país analizó las crisis en América Latina y el proceso electoral argentino. "Alberto Fernández es una figura ambigua", sostuvo.
Maximiliano Allica / [email protected]
“Vamos hacia una elección donde no sabemos si lo que está en juego es la república, una vez más. ¿Bajo qué sistema vamos a vivir? Está en juego el porvenir de la Constitución Nacional”, le dice a La Nueva el filósofo Santiago Kovadloff, quien visitó la ciudad en la previa de las elecciones.
Invitado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios junto con la Cámara de Comercio de Bahía Blanca el pasado miércoles, para dar una charla abierta con el economista Carlos Melconian, habló de las crisis que están castigando a distintos países de América Latina, el proceso electoral en Argentina y dejó un deseo:
“¿Qué le deseo a mi país? Que renueve su repertorio problemático, que quienes vengan demuestren que son capaces de innovar, que han hecho del fracaso una fuente de aprendizaje y no una fascinación por la repetición y la monotonía de lo viejo”.
América Latina
--Estamos en presencia de crisis en Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, Brasil, Bolivia. ¿Cree que son fenómenos locales o existe un hilo conductor?
--Son configuraciones locales, intransferibles, de un problema estructural de América Latina. Los procesos revolucionarios entre 1810 y 1830 tomaron en cada uno de esos sitios una configuración propia pero fueron todos síntomas de una necesidad de reconfigurar el orden institucional. Hoy la transición del autoritarismo a las democracias constitucionales sigue siendo muy traumática en América Latina. Advertimos que está en juego el porvenir de las repúblicas.
Crisis de representatividad
--¿Observa que existe, como una línea conectora, una gran crisis de representatividad, en términos de que los modelos de derecha e izquierda dominantes en el siglo XX ya no son capaces de atender las demandas de una sociedad del siglo XXI?
--Vaya uno a saber hacia dónde terminarán transitando los ideales democráticos republicanos en el marco de una crisis como la que hoy viven las democracias del mundo, no solo de América Latina. ¿El retorno de los populismos en Europa qué evidencia? El fracaso de la experiencia histórica, debido a que los regímenes autoritarios, xenófobos, extremistas, ya tuvieron lugar. De modo que si hoy retornan con un alto grado de aceptación social es porque la experiencia del fracaso no fue suficientemente aleccionadora. En el caso de América Latina nunca se afianzaron las democracias republicanas como para decir que el desgaste del ejercicio les ha quitado credibilidad, el pasaje del autoritarismo a la democracia cabal no se consumó jamás.
Elecciones, Fernández y Macri
--¿Qué le sugiere un eventual triunfo del Frente de Todos este domingo? ¿Qué piensa de Alberto Fernández?
--La disputa de este fin de semana es entre dos concepciones de país, uno que no ha logrado afianzar al republicanismo, que es el actual oficialismo, y una oposición que no ha dado pruebas muy claras de que aspire a afianzar ese republicanismo, puesto que la componen fuerzas que se orientan, si nos atenemos a uno de sus elementos constitutivos que es el kirchnerismo, hacia la repetición de modelos de fuerte hegemonismo personalista y caudillesco, como el representado por la candidata a vicepresidenta y ex presidenta Cristina Kirchner.
“Por otro lado, el discurso de Fernández, tomando el actual y el previo a la alianza con Cristina, es decididamente institucional, democrático. Hasta diría que le disputa al presidente Macri el electorado. En cuanto al oficialismo, ha cambiado. Después de la PASO hizo un intenso ejercicio de reactualización de su discurso, cediendo a un procedimiento que recuerda las tradiciones políticas argentinas de contacto masivo, de promesas de reactivación económica. Y tiene un electorado que le manifiesta apoyo sin poner el acento en el fracaso económico sino que lo apoya por los valores republicanos que transmite el presidente”.
Los dos Fernández
--¿Usted me preguntaba qué pienso de los dos Fernández?
--De Alberto.
--Por eso. Alberto son los dos Fernández. Es una figura ambigua, él dijo que se retiro del gobierno de Cristina Kirchner por no coincidir con ella, pero él no denunció lo que había denunciado antes de la alianza con ella. El cuestionó el pacto siniestro con Irán que buscaba desconocer el asesinato del fiscal Nisman y de atenuar las responsabilidades del atentado contra la AMIA. El consideró que esa conducta era inaceptable, pero ahora se limitó a acatar el pacto con Cristina para ser candidato a presidente. Esto, sin contar otras actitudes, como ciertas manifestaciones con la prensa donde se mostró bastante intolerante.
“Sin embargo es innegable que ha dado pruebas, como en el caso de su postura de otro momento sobre Irán, de tener un discurso democrático. De manera que uno de los dos Fernández va a llegar a la presidencia, si gana las elecciones. O bien, cosa que no desmiente la tradición política argentina, la ambivalencia volverá a gobernar su conducta. El gran desafío que tendrá Fernández será si acatar las decisiones de la expresidenta o liberarse de esa influencia, aun cuando le garantice quizás a ella la posibilidad de no quedar comprometida con la ley”.
Alberto Fernández, Sarmiento y Alberdi
--A propósito del discurso de Fernández, el lunes en Bahía Blanca valoró dos veces a Sarmiento y Alberdi, en la conferencia de prensa y en el acto con la militancia. Es curioso porque Sarmiento nunca fue una de las figuras preferidas del peronismo y también porque lo asocia a Alberdi, con quien tenía una muy mala relación personal y política. ¿Le sorprendería que los elija como sus figuras históricas de referencia?
--No. Que las entienda como correlativas o complementarias me parece interesante, aunque por otro lado muy revelador de su bicefalismo, puesto que ignora hasta qué punto fueron distintos. ¿Pero qué veo de positivo en eso? Ya es hora que dejemos de ver a nuestra figuras tutelares como antagónicas y sepamos reconocer en cada una lo que supo tener de importante. Si lo que Alberto Fernández hiciera en caso de ganar es una política de integración y complementación, tendríamos a alguien que se sigue moviendo dentro de este proyecto republicano, al que me refería antes. De no ser así, pues tendremos pendularidad, un zarandeo permanente entre los "sí" y los "no", con acento en el "y".
La normalidad argentina, matices actuales y repeticiones históricas
--Argentina tiene una historia de repetición de ciclos de crisis. ¿Es esa nuestra normalidad?
--Ante todo, reconozcamos algunos matices que relativizan el valor absoluto de la repetición y, luego, vayamos a la repetición. Por ejemplo, es altamente improbable que en Argentina vuelva a haber un golpe militar. Eso ha sido un avance importantísimo. También es un país que no ha repetido, por lo que vamos viendo, la posibilidad de que un presidente no peronista no termine su mandato. Si Macri entrega el mando el 10 de diciembre habrá generado un hecho inédito, rompiendo con la fatalidad de lo inconcluso. Ahí tenemos dos elementos auspiciosos de un lento y difícil aprendizaje.
“También tuvimos en la provincia de Buenos Aires a una gobernadora, que aun cuando haya perdido, llevó adelante obras y realizaciones que estaban largamente pendientes. Ahí también hay algo nuevo. Y vimos cómo iban presos muchos delincuentes del gobierno anterior, pese a que la oposición hable de presos políticos.
“Bien, aquí terminó la esperanza. Ahora viene lo repetitivo. Vamos hacia una elección donde no sabemos si lo que está en juego es la república, una vez más. ¿Bajo qué sistema vamos a vivir? Una vez más está en juego el porvenir de la Constitución Nacional. Seguimos desoyendo a Alberdi.
“Una vez más vamos hacia un régimen donde la educación sigue siendo desoída en el caso tanto de un gobierno como de otro, por más que haya habido escuelas y se haya alentado la educación desde un punto de vista tecnológico. La prioridad fundamental de la educación hoy sigue pendiente en Argentina: no tenemos estudiantes que vayan a la escuela.
“Después tenemos un Poder Judicial que ha dado pruebas de cierta libertad, pero por otro lado vemos que en cuanto el panorama político empieza a evidenciar transformaciones, la justicia se detiene, teme y quienes la representan dudan de ejercer con plenitud su deber. Seguimos siendo en ese sentido un país que está más cerca del siglo XIX que del XXI.
“Argentina es un país que tiene problemas graves, pero no tiene problemas interesantes porque no renueva su repertorio problemático con suficiente radicalidad. ¿Qué le deseo yo a mi país? Que renueve su repertorio problemático, que quienes vengan demuestren que son capaces de innovar, que han hecho del fracaso una fuente de aprendizaje y no una fascinación por la repetición y la monotonía de lo viejo”.