Bahía Blanca | Jueves, 10 de julio

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Para Danilo Escobar, el título argentino llegó con un regalo del cielo

El "Flaco" atraviesa uno de sus mejores momentos: es campeón por Tercetos a nivel nacional y, el último jueves, nació Amadeo, el tercer nieto de una familia muy querida en el ambiente.

Teo y Milo con bochas en las manos, en el piso sintético de Tiro Federal. Arriba, Débora, Federico, Clarisa, Danilo y Andrea. Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)

   Una alegría tras otra... Así se podría resumir el presente de Danilo Delfín Escobar, que tras conquistar recientemente el título Argentino de Bochas por Tercetos en Suardi -4º en su carrera, sumando un Individual- recibió la grata noticia del nacimiento de su tercer nieto.

   “La chochera me supera (risas). Se llama Amadeo y es el primer Escobar de la familia, hijo de Roberto, ya que mis otros dos nietos (Teo y Milo) son hijos de Andrea, mi hija mayor”, contó, emocionado, el "Flaco" de Sancti Spiritu, un pueblo santafesino de unos 5 mil habitantes.

   “No se cuánto pesa ni por qué se adelantó, porque la fecha era para noviembre. Nos invade una felicidad enorme”, dijo Danilo.

   El "Flaco", "Rompebochas" o "Bombardero del Sur", son apodos que se ganó con una trayectoria intachable.

   “Estuve a punto de retirarme por las lesiones, pero mi señora (Clarisa) no me dejó. Ahora me siento bárbaro”, sostuvo Escobar, quien recordó sus inicios junto a su hermano Abel -ya fallecido- cuando tenía 13 años y ganaron un torneo para el club Defensores.

   “Me hicieron un homenaje, una placa del club donde jugué y una nota con foto que quedó en la secretaría de Deportes del municipio”, dijo Escobar, quien mencionó que son 17 hermanos y que él es el menor, aunque no el único bochófilo de la familia: “También está Miguel”.

   Como federado arrancó en el club Social de Amenabar, cuando tenía 16 años.

   “Una zona donde había un nivel terrible de jugadores. Nos poníamos contentos cuando ganábamos un partido”, reveló.

   “Viajaba a bailar a Rufino, donde conocí a Clarisa (Farías), con quien me casé a los 21 años”, recordó.

   Se radicó en Rufino, donde jugó en varios clubes. Pero un día apareció Gastón Perkins (el ex piloto de Rally), que era presidente del club Matienzo de Juan Bautista Alberdi, y el "Flaco" armó el bolsito.

   “Un hombre espectacular. No pedí nada, pero tampoco podía poner plata de mi sueldo. Arreglé por dos años, mientras me hacía mi casa en Rufino.

   Eran 90 kilómetros y jugaba para la Liga de Vedia. Recuerdo una final en Azul ante Bahía, contra Colantonio, Roldán y Lastes. Perdimos 18 a 16, un partidazo...”.

   —¿Terminaste tu casa?

   —Vivía en la casa de mis suegros, que se habían ido a Santiago del Estero. Un día volvieron y no había lugar. Lo comenté en el club y Perkins me dijo que tenía la solución. Me dieron un cheque. Acepté con la condición de devolverlo.

   “Había firmado por dos años y seguí dos más. Cuando hablé para arreglar me dijeron que no les debía nada, que había pagado quedándome más tiempo. Y me quedé otro año”, subrayó.

   De ahí pasó a Obras Sanitarias de Arrecifes.

   “Fueron 7 u 8 años donde no participaba a nivel Selección porque al dueño del club no le interesaba”.

   Volvió a los pagos para jugar en Venado Tuerto con su amigo Gustavo Fernández -club Pueyrredón- y después a Sarmiento de Santa Rosa.

   —¿De ahí a Bahía?

   —(Juan Carlos) Pistone me trae a Nuevos Horizontes. Bahía me gustaba para los chicos, por los estudios.

   “Llegamos a la final con el 'Colo' Spinacci y Maximiliano Tosolini. Pero se pudrió todo en 2001, cuando el país era un quilombo...”.

   —En 2002 te diste el gusto de salir campeón.

   —En Estrella de Oro, con el 'Coco' Natali y Hugo Vitozzi. En la final, en Independiente, le ganamos a Noroeste (Juan Pablo y Ricardo Urra, y David Tello).

   “Al año siguiente se sumó Carlos Tomaselli y tropezamos con Pacífico (Rodrigo Catini, Rubén Trellini y Jesús Arrieta) tras ir ganando 13 a 4. Al 'Coco' se le ocurrió cambiar y jugar al 'Toro' cerrado. Perdimos el chico y también el partido. Lo queríamos matar (risas)”.

Gran presente

   —¿En la final del Argentino, ante Córdoba, sólo erraste un bochazo?

   —Sí. Una emoción tremenda. Pero tuve un respaldo tremendo con (Raúl) Basualdo y (Daniel) Vitozzi.

   “En el único bochazo que erré viene Raúl de atrás y gana un tanto penado cubriendo mi error. Tiraba con confianza, firme”.

   —¿En cuánto influye el grupo?

   —El grupo es espectacular. Jugamos, disfrutamos y estamos siempre juntos.

   —¿Y el DT?

   —(Rubén) Trellini lo sufría mucho. Es una persona positiva, aplaude, contagia. Me tocó estar en un seleccionado de Santa Fe con un técnico de Rufino y en un partido le pedí caramelos o agua porque se me secaba la boca. ¿Qué me dijo? “No, si ya termina. Aguantá que ya perdés...”. Lo más lindo es que gané, ja, ja, ja.

   —Estás en el listado de los campeones argentinos individuales.

   —Sí. Lo gané en 2013, en San Cristóbal (Santa Fe). En la final vencí a Cristian Zapata, que venía de ser campeón del mundo. Fue uno de los mejores campeonatos que jugué en mi vida.

   —¿Nunca integraste un seleccionado argentino?

   —No. Y ahora es imposible. Limardo me dice: “Naciste una década antes”.

   —¿Qué significa Tiro Federal para vos?

   —Me costó llegar, pero cuando lo pude hacer me adapté, y no soy de cambiar mucho. Me pasó con (René) Jarque en Independiente. Y a Tiro me llevó Sergio Botta, que me venía insistiendo desde hacía mucho tiempo.

   “En la última reunión me cantaban: Danilo es de Tiro, de Tiro no se va....”.

   —Precisamente, jugaste con Martín, el hijo de Sergio Botta.

   —Y tengo una anécdota. En un partido en General Cerri ganamos con una chanta de Martín y el padre salió corriendo a los gritos a abrazarlo. Después le pidió disculpas a Guillermo (Urra), le dijo: “Es que nunca pegó una chanta partido mi hijo”. Nos reíamos todos.

La familia y los clubes donde jugó en Bahía

   Cuatro hijos. Casado con Clarisa, son padres de Andrea, Roberto -juega a las bochas en Velocidad-, Débora y Federico (juega al básquet en 9 de Julio). Y tienen 3 nietos: Teo (9), Milo (5) y Amadeo, recién nacido.

   Muchos años. Llegó a Bahía en 2001 y jugó en Nuevos Horizontes, Estrella de Oro, Independiente (dos veces) y Tiro Federal. En la zona: Sociedad Italiana de Tornquist y Sportivo Goyena.

   Eligió el básquet. “Federico pintaba lindo en las bochas, pero en un momento yo estaba a cargo de la cantina de 9 de Julio y Daniel Severini, que era el presidente, lo convenció de jugar al básquetbol cuando tenía 14 años. Ahora está en Primera, con (Andrés) Iannamico como técnico, aunque viene recuperándose de una lesión en un hombro”.

   Está reservada. “Tengo una franela con mi cara estampada. Me la regalaron cuando salí campeón Argentino Individual. No la uso ni dejo que la usen, porque es para Amadeo. Tiene que ser el sucesor de los Escobar en las bochas, para que no se corte la tradición (risas)”.

   El trabajo. “Soy albañil de toda la vida. Cuando salgo de trabajar y voy a una cancha trato de disimular el cansancio y, muchas veces, el dolor que te genera un trabajo con tanto esfuerzo”.