Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Roberto Chiaradía: “No debería salir de la cárcel hasta que se muera”

El padre de María Victoria, asesinada junto a Horacio Iglesia, expuso su sentimiento al conocer el beneficio otorgado al doble homicida Gustavo Ravainera.

“Es muy simple. Mis opiniones son dos. Desde el punto de vista técnico necesito ver primero la resolución: quién fue el juez que dictó esa medida y quién el médico que recomendó mandarlo a la casa a este delincuente. Y por otro lado, personalmente creo que como este señor ya tenía una condena firme no debería salir de la cárcel hasta que se muera. Es mi única declaración y creo que esa es la única forma de expresar lo que estoy sintiendo en este momento”.

Roberto Chiaradía respondió de esa manera cuando se lo consultó sobre la resolución que benefició con prisión domiciliaria al doble homicida de su hija María Victoria y su novio Horacio Iglesia Braun (ambos de 19 años de edad), registrado el 27 de agosto de 2000 y cuyos cuerpos fueron hallados el 4 de septiembre siguiente, en un monte de cipreses de la zona de San Eloy, en Coronel Suárez. 

El beneficiario de la resolución resultó ser Gustavo Javier Ravainera (49 años), a quien el 3 de diciembre de 2009 el Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a reclusión perpetua por el doble homicidio, luego de considerarlo reincidente por haber recibido una condena anterior, en la que había sido sentenciado por los delitos de estafas reiteradas, producto de adquirir, entre el 5 y el 14 de octubre de 1999, un camión, una camioneta y una moto, con cheques sin fondos.

En aquella ocasión, el juez Raúl Guillermo López Camelo, quien votó en primer término y contó con la adhesión de sus colegas Alejandro Salvador Cantaro y Gabriel Luis Rojas, se manifestó convencido de que "El Lagarto" Ravainera fue el ejecutor de los disparos que terminaron con la vida de los chicos, y reconoció que "tal vez el detonante de las muertes nunca lo sepamos".

Ravainera fue el único condenado de los tres acusados por el doble homicidio, ya que el Tribunal entendió que la endeblez de las pruebas reunidas contra Gustavo Enrique Aguilar (45, al momento del fallo) y Héctor Hugo Fernández (44) originó una duda que por imperio legal debió favorecerlos, concluyendo en la absolución de ambos.Roberto Chiaradia dice que “no sé porqué toman esta medida” que beneficia a Ravainera, “siendo que este hombre tenía una condena firme”.

El doctor Claudio Brun, a cargo del Juzgado de Ejecución Penal Nº 1, fue quien dictó la resolución y aseguró que “yo le vengo rechazando cuatro o cinco prisiones domiciliarias. No es la primera vez que fue solicitada, pero en ese marco de pedidos que me hizo se le ha detectado un cáncer pulmonar en estado avanzado y los informes de seis médicos indican que el ámbito carcelario, de encierro, no es propicio para el estado tan avanzado de la enfermedad. Está en la etapa terminal, esas son las palabras que han utilizado”.

“No lo invento yo”

La ley otorga la posibilidad de recibir este beneficio a los internos enfermos cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario.

“No lo invento yo, la ley dice cuáles son los requisitos que se deben reunir y en este caso se da porque (Ravainera) está en estado terminal de la enfermedad y los médicos dicen que no es propicio su encierro; por eso se otorgó la prisión domiciliaria, con monitoreo electrónico, a través de pulsera”, asegura Brun.

Luego de reiterar que “en ese contexto se le otorgó la prisión domiciliaria a Ravainera”, el doctor Brun informó que al doble homicida “lo controla el Patronato de Liberados y, obviamente, el monitereo de la pulsera electrónica”.

Si bien no se hizo específica referencia sobre el domicilio fijado por el benificiario, información recogida en el ámbito judicial indicó que permanece en nuestra ciudad.

Las peticiones de prisión domiciliarias comenzaron a ser formuladas hace, aproximadamente, tres meses.

“Las anteriores (solicitudes de) prisiones domiciliarias se las fui rechazando porque los informes médicos no presentaban el cuadro tal como para darlas; pero en esta última oportunidad, debido a que la enfermedad avanzó y mutó hasta estar en una situación terminal, los seis médicos determinaron que (Ravainera) está en una condición que no puede estar dentro de un ámbito de encierro”, asegura Brun.

El juez comentó que ese informe “me lo firman tres médicos de la Unidad (Penitenciaria Nº 4) y otros tantos de la Asesoría Pericial de la Justicia de la Provincia de Buenos Aires”.

Chiaradía aseguró que hoy concurrirá a la sede judicial ubicada en avenida Colón 46, para informarse oficialmente de la resolución, aunque nada cambiará su postura.

“Es muy simple para mí, para mi esposa (Mirta Peralta), para mi familia y también para la familia Iglesia: (el doble homicida) tenía una condena a reclusión perpetua para que quede en la cárcel hasta que se muera... Y como se está muriendo lo mandan a la casa de la hermana...”.

Brun reconoce que “capaz que necesitan una explicación” los particulares damnificados, sabe que la situación está dada “en un marco muy sensible, pero yo atiendo a todo el mundo” y asegura que “si le tengo que dar explicaciones, se las doy; y si tengo que mostrarles los informes, se los muestro”.

El juez confió en que para poner “una firma de esas” reunió “todos los informes habidos y por haber, en el contexto médico legal. Para llegar a esta instancia, me asesoré con varios médicos”.

Chiaradía, con el alma lacerada por esa llaga que lo acompaña hace casi dieciocho años, comentó que “sabemos cómo es la Justicia actualmente en la Argentina” y mantiene el concepto sobre la situación: ”Si se está muriendo, que se muera en la cárcel”.

Es casi una obviedad mencionar que la resolución será apelada.