Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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"Clamor de ángeles", una obra sobre un texto controvertido

Polémica y aplaudida en todo el mundo, reestrena hoy, desde las 21.30, en Apolo (Zelarrayán 128).

   La obra Clamor de ángeles (versión libre del texto de Bill Davis) es una comedia dramática que indaga, debate y pone en el tapete temas actuales más allá de lo religioso.

   Se presentará hoy, desde las 21.30, en el Teatro Apolo (Zelarrayán 128). Repetirá todos los sábados de abril y el 5 de mayo.  A cargo de la dirección está Viktor Mansilla.

   Se trata de un texto polémico y controvertido que lleva a pensar y reflexionar sobre el rol que cumple la Iglesia Católica. Fue aplaudido en todo el mundo. Las contradicciones y virtudes de dos hombres que abrazan el sacerdocio desde diferentes lugares, en una sociedad que los hace reflexionar seriamente sobre el poder masivo de lo espiritual.

   Los protagonistas son Juan Ignacio Fernandez y Alberto Schmitt.

   "Además del rol del catolicismo, también trata sobre la fuerza de la vocación, de los ideales, de la generosidad entre pares, de la compasión, de los tabúes, de la verdad y de los condicionamientos que uno puede encontrar cuando quiere alcanzar un objetivo", aclaró Juan Ignacio Fernández.

   —En un país con tanta influencia católica ¿creés que alguien, incluso algún ateo, puede estar libre de la influencia del "pecado" y de la "culpa"?

   —La culpa creo que es inherente al ser humano, independientemente de la religión que uno profese, si es que la tiene. Venimos a un mundo donde hay reglas y traspasarlas, por más insignificantes puede generar ese sentimiento.  De esto también habla mi personaje, decide formar parte de una institución con reglas muy marcadas y en su ingenuidad y con la fuerza de su juventud intenta ir contra ellas, sin culpa y convencido que ese es el camino. Veremos si puede lograrlo.

Su relación con la religión

   —¿Te bautizaron, tomaste la comunión, sos católico?

   —Sí, fui practicante de la religión y lo que me parece interesante de la obra que fue escrita muchos años atrás es su actualidad. Cualquier persona que haya asistido a algún ritual o grupo religioso, va a identificar rápidamente a los personajes que interpretamos.

   —¿La obra impone una manera de pensar?

   —No, todo lo contrario. La obra abre el debate, no determina esto esta bien o está mal. Deja que el espectador pueda hacer su propia historia con lo que le presentamos. Lo que me parece importante de la obra y que tratamos también de hacer nosotros desde que iniciamos el proceso con el texto, es de no juzgar a los personajes. Los personajes Padre Miguel Y Diácono Luciano hacen lo que pueden con las situaciones que se les presentan.

Estados de ánimo

   —A nivel profesional ¿qué te gusta de interpretar esta obra?

   —Me gusta los matices por lo que atraviesa mi personaje. A lo largo de la obra va pasando por diferentes situaciones que lo hacen estar de muchos estados de ánimo y eso hace que tenga que estar alerta y permeable a lo que viene. También me parece un gran desafío hacer una obra de texto y de sólo dos personas. Sin conocernos previamente,  con Alberto fuimos logrando una química y un contrapunto necesarios para nuestra composición. 

Para recomendar

   —¿Cómo se preparan para el reestreno de esta noche?
   —Creemos en la importancia de seguir haciendo teatro independiente, donde lo que se necesita es el apoyo de la gente. Trabajamos mucho por darle a la gente un producto de calidad,  con escenografía y elementos escenográficos realizados para la obra , vestuario original y ad hoc y mucho ensayo. Esperamos que nos puedan acompañar y recomendar.