Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El sueño de Eduardo "Chango" Cárdenas, a un paso de morir

Hace 5 años le confirmaron que sería empleado judicial como esperaba desde hacía 25, pero su nombramiento nunca se efectivizó. Hoy, su sueño se pierde lentamente.

   Eduardo “el Chango” Cárdenas todavía espera, a pesar de que su espera lleva más de 30 años.

   Tiene lista para estrenar la misma corbata de 5 años atrás, cuando le contó su increíble historia a “La Nueva”.

   Desde 1987 aguardaba ser designado por la Justicia para ocupar un puesto de trabajo en el Palacio de Tribunales.

   Ese mismo año aprobó el examen de ingreso con una nota de 8 sobre 10.

   Mientras tanto --aún hoy-- sobrevivía haciendo cadetería y pagándole los impuestos a quienes trabajan en la primera cuadra de Estomba, es decir, sus propios compañeros.

   “Sigo esperando como siempre, pero no quiero hacer lío”, contesta el Chango cada vez que se le preguntan los motivos por los que aún no trabaja formalmente en Tribunales.



   Semanas después de dar a conocer públicamente su historia, el 9 de junio de 2013,  el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, Héctor Negri, tuvo en sus manos la nota publicada en “La Nueva.” ¿En serio lleva 26 años esperando?, dijo sorprendido.

   A partir de ese momento asumió el compromiso de darle una solución y cumplió. Días después y con un decreto impulsó la incorporación, aunque el trámite quedó cajoneado.

   Desde la Asociación Judicial Bonaerense, el sindicato que pelea y reclama junto al Chango explicaron que a ese trámite solo le faltó la firma de uno de los siete ministros de la corte, Luis Esteban Genoud.

   “Sabemos que hace poco hubo algún movimiento en ese expediente pero desconocemos de qué se trató. Seguimos acompañando a Eduardo en todo lo que podemos junto con la Defensoría del Pueblo y reclamando soluciones”, contó el titular del gremio, Flavio Meles.

   Como si la historia no fuera complicada, el Chango ya cumplió 63 años y está en edad de jubilarse. Los judiciales pasan a retiro a los 60.

   “Es una situación muy difícil pero de todas maneras vamos a seguir dándole apoyo y evaluaremos un pedido de resarcimiento por todos estos años de discriminación”, agregó Meles.

   El “Chango” sufre una hemiplejia de nacimiento que le dificulta su movilidad. Nació en una familia de escasos recursos y por ese motivo no pudo estudiar abogacía en la universidad, como le hubiese gustado.


   Sin embargo leyendo La Nueva Provincia en 1987 supo que había un concurso de ingreso al Poder Judicial y no dudó en presentarse.

   “Quizás nunca sea abogado, pero puedo trabajar en Tribunales”, imaginó en ese momento. Después aprobó los exámenes de ingreso y esperó en silencio el llamado que nunca llegó.

   En 2001 envió 57 cartas a los diferentes juzgados, dependencias oficiales y al sindicato contando que aún esperaba cumplir su sueño.

   En ellas hizo mención a la ley 22.431, que establece que las dependencias estatales deben incorporar en su planta de trabajadores un tope del 4% de personal discapacitado que demuestre idoneidad para el puesto que pretende.

   Luego se instaló en uno de los bancos de ingreso al palacio de Estomba 34 y se hizo conocido, lo que le posibilitó hacer cadetería para los trabajadores del lugar.

   Hoy a 31 años de aquel examen aún sueña, aunque por burocracia o desinterés su sueño muere lentamente.