Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Recibió un tiro en la cabeza y hoy vive mejor que antes

Sergio Asenjo, el taxista baleado en un robo, reconoció que su vida cambió para bien, aunque se siente decepcionado por algunas personas que incumplieron sus promesas. “Como familia estamos más unidos que nunca”, dijo.

Sergio fue padre cuatro días después de que un delincuente lo baleara en un asalto. (Fotos: Jano Rueda-La Nueva.)

   “Veo la vida diferente a cómo la veía antes del accidente. Empecé a conocer bien a las personas y ya no tomo todo tan a las apuradas. Antes era más exaltado o reaccionaba de otra forma, pero hoy estoy más tranquilo”.
   Cuando Sergio Miguel Asenjo (32) mencionó la palabra "accidente" se refería al asalto que sufrió durante la madrugada del 27 de abril pasado, cuando un delincuente abordó el taxi a su mando y le disparó en la cabeza para robarle. Pero, obviamente, el robo a mano armada fue premeditado.
   A pesar de lo dramático del hecho, el padre de una bebé que nació cuatro días después del incidente hizo un balance positivo del presente suyo y de su familia.
   “Después de lo que me pasó empecé a ser más medido y en cualquier momento extremo como el que me tocó vivir, enseguida adopto esa actitud. Uno va entendiendo el lugar en el que está”, manifestó Sergio.
   “Como familia estamos más unidos que nunca; es algo hermoso y se abrieron otras puertas para bien. Se ve todo diferente, porque es raro recibir un tiro en la cabeza y poder contarlo”, agregó.

 


   

   “En las notas que di siempre dije que no vean al taxista baleado, sino que pongan el foco en el milagro que hizo Dios. Por eso le doy las gracias porque pude volver a mi casa por el amor a mi familia. Siempre me aferré a Dios porque es lo primordial”, continuó.
   El trance que atravesó no le hizo perder a Sergio su ímpetu por emprender nuevas iniciativas, como la obra de ampliación en su casa de Villa Thompson.

Mantenimiento en escuelas

   Sin embargo, a casi ocho meses del hecho dijo sentirse decepcionado por personas que luego del atraco se pusieron en contacto con él para ayudarlo, aunque finalmente -afirmó- solo fueron promesas.
   “Después del hecho vinieron muchos a mi casa que nos hicieron promesas, entre ellos el intendente Héctor Gay, pero no las cumplieron o las cumplieron a medias. Se agarraron de mi imagen y del caso, pero no hubo compromiso de cada uno con sus palabras. Nadie volvió a aparecer”, resaltó.
   “Agradezco al intendente que cumplió con su palabra, pero falta cumplir una parte de la promesa, porque sería bueno que se 'muevan' los papeles de la Sapem Ambiental, empresa con la que tengo un juicio laboral”, agregó.
   Desde hace aproximadamente un mes y medio Asenjo es empleado de una cooperativa de Villa Rosas y realiza tareas de mantenimiento en escuelas.
   “No es lo que me habían prometido, pero no deja de ser un trabajo y no estoy disconforme. Renuncié al trabajo como taxista porque si te pegan un tiro en la cabeza, no podés volver a esa actividad”, opinó Asenjo.
   “Sentís temor de que te subís a un taxi y no sabés quién toma el viaje; eso cambia toda la forma de trabajar. No me servía trabajar así”, añadió.

Secuelas físicas y psíquicas

   El proyectil ingresó por el hueso occipital del cráneo de Asenjo y afectó la visión de su ojo izquierdo.
   “Antes siempre veía bien, pero ahora con el ojo izquierdo veo las letras chiquitas borrosas y se me cansa. Ayer (por el miércoles) me hicieron un estudio de campo visual para determinar el grado de visión del ojo”, expresó el vocero.
   El violento incidente provocó, además, consecuencias psicológicas en el trabajador baleado, quien según los últimos estudios que se le practicaron presenta efectos “postraumáticos”.
   “Cuando me pasa algo malo, enseguida lo asocio con el asalto y empiezo a pensar en aquel momento. El psicólogo me dijo que a medida que pase el tiempo, más me voy a acordar del hecho, pero lo puedo sobrellevar”, explicó.
   “Mi vida cambió mucho para bien y le doy gracias a Dios por las cosas que pasaron”, concluyó Sergio.

Un acto reflejo

Impulso. Asenjo calificó como “increíble” su acto reflejo de arrojarse del taxi en movimiento tras recibir el disparo, y que el rodado se haya desplazado más de 50 metros sin conductor y con el asaltante a bordo.

Hecho. El suceso se produjo a las 0.40, cuando el taxista tomó a un pasajero en la terminal de colectivos y lo trasladó a Pronsato y Alvear, donde el ladrón lo asaltó y le pegó un tiro en la cabeza.

Heridas. Asenjo tenía sangrado en la espalda y la cabeza. La bala, que quedó alojada en su cráneo, fue detectada por los médicos cuando se le practicó una tomografía en el Hospital Municipal. “Tuvo suerte porque por milímetros el proyectil no entró en el cerebro”, comentó la doctora Graciela González Prieto.

Preventiva. Luis Maximiliano Muñoz (20) está procesado, con prisión preventiva, por el intento de homicidio contra Asenjo. Estará entre rejas al menos hasta el juicio oral.