Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El Niño traerá más lluvias durante los próximos meses

Las precipitaciones continuarán firmes hasta mediados de enero. En febrero se espera un clima variable.

Fotos: Rodrigo García - La Nueva.

Hernán Guercio / hguercio@lanueva.com.ar

   El Niño hará de las suyas. Un verano lluvioso con temperaturas normales, y por debajo de la media para la época, es lo que se espera en el Sudoeste Bonaerense para los próximos meses.

   De acuerdo a un informe confeccionado por el Sistema de Información y Alerta Temprana del Extremo Sur Bonaerense (SIAT), si bien las actuales condiciones oceánicas y atmosféricas sobre el Pacífico Ecuatorial corresponden a una fase neutral del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (ENOS), existe un 80% de probabilidades se dé una transición hacia la fase cálida o El Niño propiamente dicho durante el trimestre diciembre-enero-febrero.

   Esta proyección, aclara el documento, se mantiene durante el verano y principios del otoño.

   Además, el análisis de esta situación, de otros forzantes atmosféricos y el resultado de diversos modelos climáticos permite prever -con una probabilidad de 45%- que la temperatura media a lo largo del verano se ubicaría en el rango normal, con un nivel de precipitación superior al normal. 

 

   Como dato adicional, según el estudio estadístico de la temperatura media en los meses de primavera en la región en años con eventos El Niño activos, entre 60% y 70% de los casos registran valores térmicos medios inferiores a los normales. De modo similar para las precipitaciones alrededor del 50% de los casos presentan valores superiores a las normales. 

   Según el licenciado en Ciencias de la Atmósfera de Cerzos-Conicet, Carlos Zotelo, que se esté dando en la actualidad un fenómeno Niño no significa necesariamente que en la brevedad lleguen precipitaciones a granel ya que, explica, “hemos tenido años con fenómenos Niños muy débiles -como este- en que hemos tenido lluvias abundantes y otros con sequías fuertes”.

   Sin embargo, reconoce que se espera que se recuperen los valores de lluvia para lo que queda de diciembre, que se mantengan durante las primeras dos semanas de enero y que caigan en la segunda quincena, sobre todo en la zona norte del Sudoeste Bonaerense.

   “Estimamos que sobre el final de enero del año que viene estaremos entre el 5 y el 10% por encima del volumen de lluvias normal para ese mes”, explica a La Nueva.

 

   Según el informe del SIAT, en la zona que comprende los distritos de Bahía Blanca, Patagones, Villarino y Puan, los meses de primavera de este año resultaron más lluviosos de lo normal: en general, los valores acumulados superaron los 200 milímetros en Puan y 120 milímetros en Patagones. El comportamiento térmico, se explica, fue más errático, con un septiembre muy cálido y octubre y noviembre con temperaturas inferiores a las normales.

   Zotelo explica que el sector más afectado por las precipitaciones durante el mes de enero será el norte del sudoeste bonaerense, seguido por una franja que va desde Hilario Ascasubi hasta Carmen de Patagones. En el sector que ocupan Bahía Blanca y Médanos, la incidencia será menor.

   De cualquier manera, señala que las proyecciones indican que las próximas semanas serán lluviosas, mientras que lo que pueda pasar en febrero todavía no es claro.

 

   “Entendemos que tendremos un tiempo variable, con dos o tres días de lluvia y otros dos o tres de seca. Marzo será caluroso, con fuertes lluvias”, reconoce.

   Por otro lado, reconoce que las precipitaciones por venir serán más que beneficiosas para los sembrados de granos gruesos, ya que permitirán cargar el perfil de suelo y mantenerlos en óptimas condiciones de humedad.

   “Los análisis hace unas semanas nos daban bien, pero después se cortaron las lluvias. Esto permitirá que mejoren su condición a futuro”, explica.


De qué se trata


   “El Niño es un fenómeno global, relacionado con la temperatura del océano Pacífico Central; cuando esta se encuentra durante más de tres meses 0,5º C por sobre los valores normales, se establece que habrá un fenómeno Niño; cuando la medición da 0,5ºC por debajo, será Niña”, indica.

   “Normalmente se da entre septiembre y marzo o abril, y no afecta a nuestra zona, como sí lo hace -por ejemplo- al Litoral. En cambio, hay algunos fenómenos asociados que son consecuencia suya”, añade Zotelo.

   Con el calentamiento del agua -según explica el Servicio Meteorológico Nacional-, esta actúa como una gran hornalla que calienta el aire y aumenta la evaporación. La energía agregada a la atmósfera altera la circulación del aire en todo el mundo.

   Es una variabilidad climática natural con efectos que pueden durar varios meses o pocos años. Combinado con otras oscilaciones, su impacto puede potenciarse o atenuarse.

   No tiene un ciclo definido, aunque históricamente, su aparición se observa en períodos que van entre 2 y 7 años.

   Si bien El Niño puede modificar el comportamiento de la temperatura y de las lluvias, generalmente sus impactos no se observan en todo el país. Sus efectos son frecuentes en el Litoral y Centro-Este de Argentina.


Qué pasará con el fuego


   Para el profesional de Cerzos-Conicet, la aparición de las precipitaciones redundará en una caída en el nivel de peligro de ocurrencia de incendios rurales, aunque aclara que la segunda quincena de enero puede ser un período clave, por la baja previsibilidad de lluvias y la acumulación de pasturas que terminarán secándose. 

   Días atrás, desde el INTA Hilario Ascasubi se referían a un nivel medio de peligrosidad, apoyándose en las precipitaciones y su consecuente abundancia de pastos verdes en los campos de la región.

   Este índice ya se vio modificado, ya que el informe del SIAT ya se refiere a un nivel peligrosidad que va de moderado a alto.

 

Peligro de incendios rurales en el Sudoeste Bonaerense

 

   Sin embargo, también se remarcaban los problemas que podrían ocasionar el hecho de contar con un gran volumen de restos de pasturas, ramas y hojas secas -comúnmente denominado broza- que se convierten en un posible combustible al primer chispazo.

   El mayor peligro -habían advertido los profesionales a cargo del área de Teledetección del INTA Ascasubi- se da normalmente durante fines de diciembre y todo enero, ya que son los meses con más altas temperaturas, ventosos y con baja humedad relativa, en los que normalmente aparecen las tormentas eléctricas.

   Como consecuencia,  coincidían en que este escenario podría traer graves inconvenientes en el próximo mes de enero, cuando la vegetación que hoy está verde y en crecimiento, ya se  se encuentre seca.