Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Ojalá no te quedes afuera

Foto: Infobae

Por Sol Azcárate | sazcarate@lanueva.com

 

   Anoto los nombres de todos los hombres con los que estuve. Uno a uno, uno abajo del otro, formo una lista de hombres que me hayan violentado. Repaso, hago memoria. Desde los 14 años cuando viví el primer beso hasta hoy, con 26 años. Hago memoria y voy anotando a todos. A todos. No hay uno solo, no exagero, que no me haya violentado en alguna de las tantas formas de violencia que existen sobre nosotras.

   Y anoto a otros con los que no elegí tener nada y que me violentaron igual: el que se masturbó caminando atrás mío en la calle; el amigo que me tiró su cuerpo encima del mío -literal- en una fiesta; el que me engañó en una falsa cita laboral para encararme y aprovecharse de mi ingenuidad de estudiante y de mis ganas de trabajar como periodista; el que “confió” en mí para trabajar sólo cuando tuvo que descartar a todos los hombres que me rodeaban; y también cada uno de los sin nombre que me ejercen acoso callejero casi cada vez que salgo de mi casa.

   La lista es interminable. Me asfixia hacerme consciente de que prácticamente no hay espacios en los que estar a salvo. Me angustia y me limita sentir que relacionarnos con hombres sea un peligro inminente.

   Ojalá no te enojes al leer esto. Ojalá no te apures a aclarar que no sos así y tratarme de exagerada, histérica, mal cogida o lo que sea que, ni más y ni menos, reproduzca más violencia. Ojalá en lugar de eso te pongas a pensar cómo sos vos con las mujeres que te rodean. Con las mujeres y también con los cuerpos feminizados.

   Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Internacional porque somos víctimas de la violencia machista en todo el mundo. Se conmemora desde 1981, 21 años después de que una dictadura asesinara a las tres hermanas Mirabal en República Dominicana por resistirse a la opresión.

   Hoy, 25 de noviembre de 2018, sigue siendo necesario remarcar que violencia de género no sólo es que nos maten a trompadas o que nos violen o nos asesinen. Que hay muchísimas otras formas de micromachismos que pasan desapercibidos o son naturalizados. Y que todas, absolutamente todas las mujeres al menos una vez en la vida somos víctimas de algún tipo de violencia machista.

   Cuando nos dicen cómo vestirnos.

   Cuando nos controlan, nos prohíben salir o disfrazan de amor y cuidado los celos.

   Cuando nos exigen un cuerpo acorde al estándar impuesto y nos discriminan si no cumplimos con eso.

   Cuando una pareja se expresa gritándonos, pide perdón y vuelve a hacerlo.

   Cuando una pareja se expresa golpeando cosas, demostrando así la fuerza que podría ejercer sobre nosotras. Y pide perdón y vuelve a hacerlo.

   Cuando somos "amargas" si no queremos tener relaciones sexuales e imponen su propio deseo sexual por sobre nuestros placeres.

   Cuando se victimizan y nos hacen culpables de estas o cualquier otra forma de violencia.

   Cuando nos imponen el trabajo doméstico del hogar por el sólo hecho de ser mujeres. Y no lo reconocen como trabajo.

   Cuando nos extorsionan económicamente a través del trabajo que hace un hombre fuera del hogar, que sí es remunerado.

   Cuando un hombre se aprovecha de la superioridad de la que goza en las relaciones de poder que presuponen la militancia social y política, o en cualquier otro ámbito público en los que históricamente nos han relegado.

   Y no termina ahí. Tanto más viví o vi sufrir a otras mujeres. Pero aunque duela, al fin estamos siendo conscientes. Y de una manera tan empoderada, que ya no nos quedamos doliendo el rol de víctima. Nos despertamos, nos unimos y estamos luchando para tirar abajo el Patriarcado.

   Ojalá no te enojes al leer esto. Ojalá no te apures a aclarar que no sos así y tratarme de exagerada, histérica, mal cogida o lo que sea que, ni más y ni menos, reproduzca más violencia. Ojalá en lugar de eso te repienses, desaprendas lo aprendido e invites a repensarse también a tus amigos, hermanos, compañeros, padres, abuelos, vecinos. A todo hombre que te rodee. Ojalá en serio lo hagas, porque estamos transformando el mundo y te estás quedando afuera.