Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Reprogramaron la Superfinal por el ataque que sufrieron los jugadores de Boca

   El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, confirmó que la Superfinal por la Copa Libertadores quedó suspendida y se jugará mañana a las 17.

   El evento debía iniciar a las 17, pero debido a los incidentes se pasó a las 18 y luego a las 19:15.

   En una última reunión, la Conmbol y los presidentes de ambos clubes, Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio, decidieron suspenderlo "en un pacto entre caballeros", dijo Domínguez.

   La Conmebol fue la encargada de anunciar las actualizaciones tras los ataques al equipo Xeneize.

     El micro de Boca llegó por avenida del Libertador y allí se encontró con el público local, que arrojó diferentes elementos contundentes contra los vidrios y los rompieron, a la vez que las fuerzas de seguridad reprimieron a los simpatizantes con gases, que afectó a los futbolistas visitantes.

   Entre los jugadores afectados se encuentran Agustín Almendra, con varios cortes, Sebastián Villa, con problemas de presión, Nahitan Nández, afectado por el gas lacrimógeno, Pablo Pérez, con astillas en el ojo izquierdo, y Gonzalo Lamardo, también con cortes en el cuerpo.

   Todos fueron atendidos por los médicos del plantel y, a su vez, Pérez y Lamardo fueron trasladados a una clínica para una mejor atención.

   Los hinchas, mientras tanto, permanecieron a los alrededores de la cancha y fueron despejados por la policía.

 

Incidentes tras la suspensión

   Hinchas de River Plate produjeron nuevos incidentes en las inmediaciones del estadio Monumental tras la suspensión de la Superfinal.

   Cerca de las 19:15, el segundo horario pautado por Conmebol para el inicio del partido este sábado, un centenar de hinchas de River se enfrentaron con la Prefectura Nacional en la esquina de Avenida Libertador y Udaondo.

   La seguridad logró dispersar a los hinchas por Libertador en dirección a la General Paz, pero la batalla siguió e incluyó piedras y botellas por un lado y balas de goma y gases por parte de la seguridad.

   Casi en simultáneo, otro grupo intentó meterse en el estadio Monumental por las puertas de la popular que está sobre la calle Udaondo.

   Luego de varios minutos de tensión, la Prefectura junto con oficiales de la Policía de la Ciudad lograron disipar a los hinchas; aunque luego de que se oficializara la suspensión y el público comenzara a desalojar el estadio, seguían algunos incidentes en distintos sectores de la zona.

   Más tarde, una corrida de simpatizantes entraron a uno de los pasillos del Monumental, donde el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, tuvo que ser resguardado.