Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Un viaje al interior del recordado ex Centro de Compras

Ubicado en Brown y Colón, el inmueble ya lleva más de una década buscando un inquilino o un nuevo dueño.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Un particular expediente llegó hace un mes a la mesa de entrada del Concejo Deliberante, luego de recorrer durante un año varias dependencias del Departamento Ejecutivo sin obtener una respuesta concreta.

   Ahora, el proyecto busca obtener su primer visto nuevo para una propuesta edilicia que se pretende desarrollar en el histórico inmueble de avenida Colón y Brown, desocupado desde hace una década, en "alquiler o venta" desde entonces, y cuyo estado general cada día genera más preocupación ante la falta de uso y mantenimiento.

   El edificio está inventariado como bien patrimonial municipal, por su valor histórico y arquitectónico.

   Fue construido en 1909 por la compañía de seguros La Previsora, para ser alquilado como hotel. Su primer ocupante fue una cadena internacional de hoteles, que lo bautizó Sudamericano y lo administró durante una década.

   Cambió luego de dueños pero no de destino: fue el Gran Atlántico, el Atlántico y el Ocean, hasta su cierre a principios de los 80.

   Ahí comenzó un nuevo camino para servir para usos comerciales.

   Primero fue el paseo de Compras Ocean, un verdadero fracaso que además le costó al inmueble un elevado precio: su exterior resultó afectado: se le quitó todo su remate, formado por atractivos ornamentos y balaustradas, la rejería del balcón del primero piso y se alteró su planta baja.

   Lo siguió el Centro de Compras de la Cooperativa Obrera, que lo ocupó diez años.

   Esa propuesta generó un atractivo centro comercial, aunque para eso el inquilino debió tomar decisiones drásticas: las habitaciones de sus pisos altos dejaron de existir y se convirtieron en plantas libres, adecuados para el paseo.

   El último ocupante, una firma de electrodomésticos, fue más drástico en su intervención: desinteresado en utilizar los pisos superiores, montó un cielorraso en la planta baja, con lo cual el edificio perdió su doble altura y espacialidad. Fue el último locatario.

   Lo que queda data de ese emprendimiento. Las fotografias dan cuenta de su estado actual.

La actualidad

   Ver el interior del edificio resulta hoy desalentador, porque la falta de uso y de mantenimiento van generando efectos degradantes en el estado general.

   El cielorraso que va perdiendo placas, las divisiones retiradas dejaron su marca, hay instalaciones precarias, algunas ocupaciones o usos indebidos.

   Nada que sea definitorio o no admita su recomposición, aunque es impensado pensar en volver a ser el hotel de otros tiempos.

   En los últimos años el municipio ha recibido al menos tres propuestas sobre el sitio, aunque nunca ha dado respuestas contundentes. Dos de ellas plantean la readecuación de la planta baja en locales comerciales y eventualmente el uso del primero piso.

   La más osada es la mencionada en el primer párrafo: la readecuación del inmueble original como centro comercial, oficinas y cocheras, y, sobre ese zócalo de tres pisos una torre de 22 pisos, para funcionar como appart hotel.

   Hasta ahora lo único cierto es que la esquina sigue desocupada, con destino incierto, sumándose a otros inmuebles, como la sede del ex banco Hipotecario (avenida Colón y Vicente López), la Aduana (Avenida Colón y Estomba) o la Escuela 2 (Vieytes 51), hoy cercadas a la espera de obras, o desocupadas y sin destino.

La obra en espera

   La torre que se propone construir se bautizó HOBAMA, por Hotel Boutique para Adultos Mayores. Se intervienen los 4.500 metros cuadrados existentes y se suman otros 15.500.

   La inversión fue estimada en 20 millones de dólares.

   El proyecto tiene un singular calidad de sostenibilidad, a partir de tecnologías que economizan energía, el uso de molinos eólicos y colectores solares.

   También incluye el reciclado de aguas pluviales y grises y azoteas verdes.

   En su propuesta los inversores consideran estas cualidades como una "plusvalía" que compensa el permiso para exceder los m2 permitidos por la normativa.