Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Hacer de Bahía una ciudad atractiva, el desafío

Luego de sus primeros meses como intendente, Héctor Gay remarcó la necesidad de reforzar la producción y las economías regionales.
"Bahía siempre tuvo un perfil educativo y cultural destacado", afirmó el jefe comunal.

Este nuevo aniversario de Bahía Blanca nos encuentra en un momento de cambios, desafíos y expectativas. No solamente por el cambio de conducción política, sino porque vamos hacia un país distinto, que privilegie la producción y las economías regionales. Y ahí es donde nuestra ciudad tiene ventajas comparativas que hará valer.

Nuestro principal desafío es hacer de Bahía Blanca una ciudad atractiva. Para los que la habitamos, para quienes vienen a visitarnos y para quienes buscan dónde invertir.

El reciente convenio firmado con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, para ingresar al programa de ciudades Emergentes y Sustentables parte de la premisa de que la ciudad tiene un gran potencial de desarrollo, pero que ese crecimiento es desordenado y con falta de una infraestructura adecuada. Y esa es, quizá, la primera estación del mencionado desafío.

Cuando llegué a Bahía, allá por 1980, la ciudad debatía cuál era su perfil. Si comercial, industrial, portuario o de servicios. Ya comenzaba a desdibujarse aquel mote de puerta y puerto del sur argentino que durante décadas había sido más que un slogan.

La posterior ola de inversiones en el sector portuario e industrial determinó con claridad hacia dónde se encaminaba su crecimiento. Hoy ese concepto está plenamente afirmado.

Sin minimizar su rol comercial o de servicios, Bahía Blanca es hoy un creciente centro agroindustrial, por cuyo puerto pasan dos de los insumos que el mundo demanda: los alimentos y la energía.

Allí radica otro de los grandes desafíos: lograr que los muy importantes capitales que se mueven en ese ámbito generen un efecto inclusivo en el resto de la sociedad. No nos sirve un puerto y un sector industrial de primer mundo con un entorno pauperizado.

Pero claramente las inversiones en estudio apuntan a consolidar ese eje, con el agregado de un parque eólico en ciernes que permitirá aprovechar otro insumo del que muchas veces nos quejamos: el viento. En poco tiempo veremos florecer gigantescos molinos en el entorno de la ciudad.

Todo ese movimiento económico debe sustentarse, asimismo, en otros pilares imprescindibles: una educación de calidad y mayor equidad social.

Bahía Blanca siempre tuvo un perfil educativo y cultural destacado. Y hoy nos enorgullecemos de ello. Para propios y extraños es un sello distintivo.

Lo social no ha ido por el mismo camino. Una simple recorrida por la periferia de la ciudad nos devuelve una imagen de deterioro que urge atacar.

A pocos años de llegar a su Bicentenario, que celebraremos en 2028, Bahía Blanca cuenta con las condiciones y capacidades necesarias para cumplir un rol trascendente en el escenario nacional. Sin desviar, claro está, la mirada del contexto regional.

Cada uno de los distritos de la región espera que nuestra ciudad lidere, de una vez por todas, un crecimiento sostenido y equitativo. El modelo de los últimos años, que ha despoblado el interior productivo y aumentado la concentración en los grandes centros urbanos, ha hecho mucho daño. Nuestra zona lo ha sufrido y muchos pueblos actualmente languidecen recordando tiempos mejores.

Tengo la convicción de que viene una Argentina diferente. Que está sufriendo los dolores del parto. En la cual Bahía Blanca y su región tendrán un rol significativo.

Dependerá de nosotros, como una sociedad que trabaja en equipo, plasmar esa potencialidad en realidad.