Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

Esta vez no fue “Decilo, Enzo”, fue “pateá, pateá...”

Perdía bien, pero con un zapatazo de González desde 30 metros, Bella Vista empató un partido donde nunca fue protagonista. Kimberley mereció un poco más.
Hacha y tiza, entre Enzo González y Diego Ramírez, la figura del partido. Como estas, hubo varias....

Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]

A usted seguro le sucedió alguna vez, sentirse incómodo en su propia casa por un visitante que se toma esas atribuciones que usted nunca le ofreció. Encima que apenas lo conoce, cuando lo hace pasar, se le instala en el living, le maneja el control remoto del televisor y le abre la heladera para ver que hay. En una palabra, le invaden su privacidad y, por desconfianza, no amaga ni con ir al baño.

Esa sensación vivió ayer Bella Vista en La Loma. Nunca la pasó bien con un extraño equipo de Kimberley, que lo sacó de las casillas varias veces y que jamás renunció a ganar el partido.

El 3-3-2-2 del conjunto marplatense fue un jeroglífico para el albiverde, que entre la ansiedad y el nerviosismo, equivocó los caminos para atacar a un rival con oficio y bien plantado.

El Gallego, con constante movimiento de sus volantes y delanteros, siempre trató de imponer su impronta futbolística, esa que va acompañada de talento y valentía, aunque sus ideas se requebrajaron como una masita de hojaldre cada vez que pisó el área enemiga.

Kimberley no le dio respiro al Boli Priore, a Boquín le saltaron siempre entre dos o tres y en la zona media todos jugaron para Diego Ramírez, el dueño de la pelota y el único que entendió que si encaraba a los dos centrales locales podía hacer un excelente negocio.

El dueño de casa fue puro ímpetu, y más cuando quedó en desventaja y Carlos Mungo cambió el dibujo táctico para empatar como sea. Claro, a esa altura y 1-0 abajo, su equipo ya no iba a mejorar.

Era una tarde rara, con el juego muy cortado, dos hinchas colgados del alambrado, otros acaparando la atención pelándose en la tribuna oficial y un arbitraje muy celoso.

Tampoco pudo hacer "trampa" con un penal que pidió Machain y que no cobró el referí Víctor González. "Macha" enganchó frente a Erramuspe y, como vio que no llegaba a la bola, estiró y trabó su pierna derecha con el cuerpo del capitán marplatense. Amarilla justa para el 8 bellavistense por simular.

Pobre espectáculo, floja producción albiverde y una sola conclusión: empató un partido que tendría que haber perdido.