Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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La verdadera historia del whisky

Foto: Reuters

El whisky es la bebida alcohólica obtenida de la destilación del fermento de granos de cereal molidos y añejados en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco. Su graduación calórica, según su productor, oscila entre los 35º a 50º. Esta bebida, en Inglaterra, Canadá y gran parte del mundo se conoce como whisky, mientras que en Irlanda y Estados Unidos como whiskey.

El origen del whisky o aguardiente de cebada ya lo conocían los Egipcios y los Romanos, sería el Cristianismo quien se encargara de llevar el arte de destilar cereales a las tierras de Irlanda y Escocia. La palabra whisky procede del Gaélico (lenguaje de Galeas), que originalmente se llamaba “uisge-beatha” o agua de la vida, esta palabra derivo en “usqua”, para terminar en “whisky”.

La primera referencia escrita sobre whisky se remonta al año 1495, en tiempo del Rey Jacobo IV, donde en un registro del tesoro Escocés figura un encargo de ocho bolsas de malta de Fray Juan para destilar. Ya para 1505 se había popularizado en Edimburgo (Escocia), la elaboración casera del whisky con los consiguientes riesgos sanitarios lo que produjo una reglamentación que ponía su fabricación bajo control.

En 1823 se emite una Ley Real llamada “wash-act” que contemplaba ciertos criterios de los productores y de la realeza. A partir de esta ley en dos años paso de declararse dos millones de galones de whisky de producción a seis millones de galones.

Alrededor de 1870 se permite embotellar el whisky y así nacieron las primeras marcas con su propia publicidad. Los pioneros fueron John Haig Dewer (el nombre del whisky es etiqueta blanca),y Johnnie Walker, que a partir de 1808 se pasa a escribir Johnny Walker y Buchanan (12 años del Black and White).

El whisky se toma solo, en caliente; rebajado con agua, con hielo, o en un cóctel, aunque a la hora de tomar un whisky para disfrutarlo y apreciarlo, no se recomienda mezclarlo con otras bebidas.

La costumbre de tomar el whisky solo, recién salido de la botella, obedece a que existe la creencia que los auténticos escoceses solamente beben el whisky así; y porque si así ha salido de la barrica, no es en vano. No es del todo cierto que los rudos escoceses tomen el whisky solo, pero sí los expertos suelen recomendar, y así se hace en la mayoría de las catas, que se beban uno o dos tragos de whisky solo, se paladeen y, justo después, se le añada un poco de agua ya que tomar whisky con agua hace que los matices del destilado se aprecien de una mejor forma.

Tomar whisky con hielos, es ya más cuestionable, porque la temperatura que alcanza el whisky en esta situación anula la gran parte de sus cualidades organolépticas, aunque es cierto que es más sencillo de beber de esta forma.

Como curiosidad, hace cuatro años, se envió una muestra de whisky al espacio a base de malta sin fermentar. El líquido iba dentro de un tubo fabricado en madera de roble carbonizado a la estación espacial internacional, allí, se mantuvo como un experimento para saber cuál era el efecto que la casi nula gravedad tenía sobre este. Luego de un largo viaje de 3 años a bordo de la Estación Espacial Internacional orbitando nuestro planeta, regresó, transformándose en material de estudio de numerosos científicos y esperando servir de ayuda a nuevos procesos en la fabricación del mismo.