UOCRA: una violencia que ya excede al gremio
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La espiral de violencia que tiene como epicentro a la UOCRA local sumó ayer a la madrugada un nuevo y preocupante capítulo, cuando desconocidos arrojaron un explosivo sobre el techo de la casa de familia del secretario general del gremio de la construcción, ubicada en el barrio Obrero, a metros de la terminal de ómnibus.
Humberto Monteros no estaba presente en el inmueble de Honduras 85 -se encontraba en la Capital-, aunque sí su mujer, Liz Paola Garay y sus dos hijos, quienes salieron ilesos, aunque shockeados por la detonación, que se registró sobre la 0.20 y provocó un boquete de unos 40x60 centímetros.
“Se escuchó una explosión muy fuerte, que incluso provocó que temblaran los vidrios de la terminal”, reconoció el comisario Claudio Petrizán.
Varios vecinos, sorprendidos, se concentraron en el lugar, suponiendo que se había tratado de una pérdida de gas.
“Después de indagar entre la gente, se supo que algo había explotado en el techo y vinieron los bomberos”, afirmó el vocero, para agregar que la familia fue evacuada por precaución.
El estampido provocó rajaduras en el cielorraso y la caída de un taparrollo.
Al Sistema Preventivo de Vigilancia (SiPreVi) se le pidieron las filmaciones de las cámaras de la terminal. Trascendió por la tarde que al momento del incidente una imagen mostraría a algunas personas a pie cerca de la vivienda, un vehículo de apoyo y un fogonazo en el techo.
Peritos de la Brigada de Explosivos trabajaron hasta pasado mediodía. Durante un rastrillaje por patios aledaños secuestraron algunos pequeños restos que darían la pauta que se podría haber usado una granada de mano.
Así se descartó que se tratara de un explosivo plástico, tipo C4, tal como se creyó en un principio.